Dan con fugado de El Dorado

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Estaba por caer la noche en el sector Santa Teresa de Pavia en Barquisimeto, este jueves, y funcionarios del Cuerpo de la Policía del Estado Lara se encontraban en un punto de control revisando a un ciudadano que caminaba por la zona como cualquier otro.

Ya habían chequeado a más de 20 mil personas entre transeúntes, motorizados y pasajeros del transporte público, cuando, a través de las comunicaciones radiales verificaron que el individuo respondía al nombre de Gerordanyelo Macedo Torres, de 22 años de edad, un prófugo de la justicia que era conocido como El Nego y tenía alrededor de tres meses de haberse escapado del Centro Penitenciario de Oriente El Dorado, ubicado en el estado Bolívar.

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Contra El Nego estaba librada la orden de captura, por fugarse, desde el 15 de julio del año en curso, emanada por la subdelegación de Tumeremo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), así que los efectivos policiales lo detuvieron inmediatamente.

Macedo Torres es uno de los líderes de la banda de Los Betas, la cual se dedica al robo, secuestro, extorsión y estaría involucrada en varios homicidios. El centro de operaciones de este grupo delictivo es Pavia y Bobare.

El sujeto estaba tras las rejas desde el 8 de junio de 2013, día en el que fue sorprendido con 13 envoltorios (62,9 gramos) de droga, cuando transitaba en la avenida principal del mismo sector Santa Teresa de Pavía.

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El Nego ya había pagado tres años de condena, la mayor parte de ellos en el Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocido como Uribana, pero tras una de las reyertas fue trasladado hacia El Dorado junto a más de 60 reos, aunque no duró mucho allí.

Escape de película

El delincuente fue trasladado, la mañana de este viernes, a la Comandancia General de Polilara y allí contó, de manera distendida, cómo hizo para darse a la fuga de El Dorado y así recobrar su libertad ilegalmente.

A mediados de julio, aparentemente en horas de la noche, trepó por las lianas de un bejuco que daba a lo interno del centro de reclusión, para sortear una pared de concreto que mide como siete metros de altura. Con él saltaron cuatro reclusos más.

Una vez fuera del penal, se mantuvo escondido como 15 días entre la vegetación para despistar a las autoridades que fueron detrás de él.

Sobrevivía a punta de frutos, insectos y agua supuestamente contaminada de los ríos Cuyuní y Yuruán, los cuales cercan el penal con su confluencia. Según dijo, pasó mucho trabajo.

Cuando vio que era prudente hacerlo, cruzó nadando y se alejó lo más posible del sitio. Luego pidió colas y trabajó lavando carros hasta llegar a Barquisimeto porque quería ver a su familia, quienes no podían ir a visitarlo por la lejanía.

Contó que comía gracias a las sobras que dejaban sus compañeros de celda, pues no tenía quien le suministrara de alimento.

De quienes escaparon con él, mencionó que murieron “tiroteados”, aunque no dio detalles de ellos.

 

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