Luego de una ilustre carrera llena de memorables remontadas en copas aunadas a desconsoladoras derrotas en la Premier, Steven Gerrard llegó a su fin.
Gerrard, de 36 años, obtuvo todos los logros de clubes con el Liverpool, salvo un título de liga, y el jueves anunció su retiro como jugador luego de una carrera de 18 años.
«Uno está consciente de que el tiempo lo alcanza, el cuerpo te lo dice», señaló el ex capitán de la selección de Inglaterra a la televisora británica BT. «Los dolores y las molestias se vuelven más frecuentes. Cambia la manera en que uno se siente dentro de la cancha.
«Durante el último par de años sentí que cedía un poco y básicamente no podía hacer lo que hacía antes, y eso es frustrante con el paso del tiempo».
Gerrard fue uno de los mejores mediocampistas de su generación y se ganó la admiración del mundo al mantenerse fiel al equipo de su infancia, al resistir millonarias ofertas de equipos rivales de la Premier.
Únicamente salió del Liverpool en 2015 luego de ya no poder mostrar los formidables niveles de sus mejores años y perder su lugar en el equipo. Sus últimas dos temporadas las jugó con el Galaxy de Los Ángeles de la MLS.
Durante una carrera tan larga se presentaron las inevitables frustraciones, a menudo a nivel internacional con el seleccionado inglés en los Mundiales de 2010 y 2014, así como en la Euro 2012. Inglaterra no pasó de la primera ronda en ninguno de esos tres torneos, luego que la actuación del equipo jamás alcanzó las expectativas que Gerrard intentó atenuar en su posición de líder.
Con el Liverpool, Gerrard se quedó agonizantemente cerca de obtener el único logro de clubes que lo esquivó durante toda su carrera: El título de la Premier. Para aumentar la angustia, un resbalón del propio Gerrard resultó costoso en una derrota de 2-0 ante el Chelsea que puso fin a las aspiraciones de campeonato del Liverpool, mientras que el Manchester City se quedaba con el título.
«Me volvió loco durante muchas noches, semanas», dijo Gerrard en su momento. «Era un momento importante y resultó en mi contra».
Pero también tuvo muchos momentos que resultaron a su favor.
El más grande de todos llegó en la final de la Liga de Campeones de 2005 en Estambul. Abajo 3-0 al medio tiempo ante el Milan, el Liverpool se enfrentaba a una humillante derrota hasta que Gerrard anotó para iniciar una remontada que culminó con el quinto título europeo para su club, al alzarse campeón en la tanda de penales.
