¿Por qué los dantescos niveles de inseguridad? La respuesta radica en que no se atienden las causas sino los síntomas. Nada se hace al incrementar el número de efectivos policiales si estos son pésimamente pagados, mal equipados, no supervisados, sin sólidos beneficios socioeconómicos extensivos a su núcleo familiar, si no son estrictamente profesionales, integralmente formados, además, si no se desintoxica la administración de justicia del país, altamente corrupta, politizada, lerda. Estos son los puntos álgidos para derrotar la inseguridad, lamentablemente nada de lo que hoy se hace responde a ello, desde la inacción gubernamental sólo se endilga culpabilidad a factores detractores o etéreos, como oligarquías, derechas, imperios y pare de contar.
¿Por qué el caos de los servicios públicos? Desde hace tiempo, al igual que las instituciones del Estado, las empresas públicas rectoras de los servicios de electricidad, comunicación, transporte, así como el sistema público de salud y educación, se desprofesionalizaron, los vertebrales elementos cualitativos fueron sustituidos por una jerarquización superlativa del elemento político-partidista. Basta acudir a estas empresas para comenzar a preocuparnos seriamente acerca de cuánto de nuestros recursos, en lugar de ser invertidos en incremento de la calidad de los servicios, son despilfarrados en todo tipo de propaganda progobierno, del PSUV, en imágenes presidenciales, sin mencionar que en tiempos de campaña electoral las flotas de automóviles y cuadrillas son casi de dedicación exclusiva a tareas de movilización de simpatizantes, a labores muralistas, forraje de ciudades con afiches, vallas, pancartas de los candidatos rojos, así como para borrar y quitar los de las otras tendencias.
¿Por qué la indignante escasez y la empobrecedora inflación? He aquí un punto clave, desde tiempos del expresidente Chávez el modelo de país propuesto se basó exclusivamente en la renta petrolera, en la hegemonía del Estado, en el paulatino sometimiento de las actividades productivas y comerciales privadas al férreo control estatal, a la importación como lucrativo negocio, como retrogrado instrumento de represalia política. Bastó el estancamiento y posterior descenso del precio del barril para que el modelo Socialista del Siglo XXI no solo claudicara, sino que hiciera mucho más cuesta arriba revertir los estragos del rentismo petrolero, agravado por una frenética y viciada economía centralizada.
¿Por qué el país empeora día a día? Porque parte de la población aún cree que una bolsa de comida casa por casa es la solución, porque cree que los gobernantes son líderes supremos, eternos, comandantes de civiles. Porque una parte de la población está infectada por una “viveza criolla” cuyos héroes se caracterizan por burlar la ley y sacar provecho de la depauperación moral de la sociedad.
Finalmente, esta conjugación de errores y distorsiones hacen que el producto más representativo de todo este proceso histórico sea “el bachaqueo”.
@leandrotango
