#RevistaGala Por la salud y buenos hábitos: ¡Andemos a Pedal!

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Día tras días el tráfico vehicular aumenta, el estrés cotidiano se mantiene y el sedentarismo parece seguir siendo la opción de muchos. Frente a este escenario, no muy agradable por cierto, es  importante buscar alternativas que nos permitan sentirnos bien, propiciar un sano esparcimiento y porque no, colaborar con el ambiente valorando la ciudad. Hoy les contaremos porque andar en bicicleta… ¡Súmense con nosotros a la movida y vámonos a pedal!

Usar bicicleta es una actividad rutinaria para muchas personas en todo el mundo, en Europa por ejemplo, consideran que este medio de transporte debería tener un trato preferencial frente a cualquier vehículo, por lo que representa en cuanto a bienestar para el ser humano y por supuesto, para su ambiente.

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A pesar de falsas creencias o aspectos “negativos o desfavorables” entre los que destacan el sentimiento de inseguridad al andar por las calles y las condiciones climáticas que puedan presentarse como lluvias, vientos o fuertes oleadas de calor que impidan el cumplimiento de lo planificado en un día de actividades, la bici se sigue imponiendo con muchos puntos a favor, incluso en países donde existen las cuatro estaciones bien marcadas que pueda pensarse dificulten el uso de este particular medio de transporte.

Desde nuestro punto de vista, existen diversos beneficios bajo tres grandes aspectos: salud, ciudad y ecología, sin embargo, todo es cuestión  de preferencia y de accesibilidad, sin embargo, si tiene alguna en casa o puede adquirirla, no deje de experimentar qué se siente y si no sabe montarla, está es una gran oportunidad para hacerlo…nunca es tarde para aprender algo nuevo, si se tiene la intención, el optimismo y las ganas.

Pensando en ti

Toda actividad física que implique ejercitar nuestro cuerpo, será siempre beneficiosa para la salud. Está comprobado que trasladarse en bicicleta regularmente reduce el riesgo de infartos en un 50%, ya que al pedalear, el ritmo cardiaco máximo aumenta y la presión arterial disminuye, todo ello genera un trabajo eficiente y economizado por parte del corazón.

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Al igual que este órgano el cerebro también se beneficia, evitando el padecimiento de enfermedades psicológicas y depresivas pues se oxigena mucho más y permite pensar con facilidad, además de segregar hormonas que generan una sana adicción.

Por otro lado, los dolores de espalda disminuyen, pues al adoptar una buena y adecuada postura (torso ligeramente inclinado hacia adelante) los músculos de la espalda se tensan y estabilizan el tronco, previniendo la aparición de hernias discales al mantener la columna protegida de vibraciones y golpes.

Así mismo, andar en bicicleta hace que las rodillas funcionen de manera protegida pues el “golpeo” recae sobre el asiento, evitando cargas o fuertes impactos sobre articulaciones y cartílagos. También, enfermedades graves como el cáncer se alejan del organismo, pues se impulsa notablemente el sistema inmunológico. Un dato importante es que el montar bicicleta de manera controlada, resulta una excelente opción para personas que ya padezcan de esta enfermedad u otro tipo de enfermedades, ya que el pedaleo activa a las células “come bacterias” o fagocitos quienes se encargan de aniquilar a todas aquellas que no favorezcan al cuerpo.

Y por supuesto, esta agradable actividad genera hormonas como las endorfinas encargadas de producir la felicidad, alejándonos de preocupaciones o situaciones incómodas y haciéndonos la vida más feliz…porque a veces allí está la clave, en las cosas más sencillas de la vida.

Pensando en la ciudad

Vivimos en sociedad y debemos aprender a socializar adoptando conductas favorables que permiten relacionarnos de manera armónica con los demás y con el entorno; este ideal se nos hace más fácil andando en bicicleta.

La Comisión Europea señala entre los beneficios que una bicicleta puede aportar al colectivo aquellos de origen económico, político y social. Entre los primeros, se agrupa: la disminución del presupuesto familiar destinado al automóvil, la reducción de horas laborales perdidas y la minimización de gastos en materia de salud gracias al ejercicio que se promueve; por su parte, los segundos incluyen la reducción de la dependencia energética y  el ahorro de recursos no renovables; y los últimos, hacen referencia a la democratización de la movilidad de jóvenes y personas mayores.

No obstante y de manera más sencilla este tipo de desplazamiento genera: menor deterioro de las vías, reducción de programas de nuevas infraestructuras viales, mayor fluidez del tráfico automovilístico, ahorro de espacio (en cuanto a calles, avenidas y aparcamiento), optimización de la apretada agenda semanal del trabajador y revalorización del ciclista y de sus derechos como habitante de la urbe.

Ferrara (Italia), Bilbao (España), Dublín (Irlanda), Nicosia (Chipre), Friburgo (Alemania), Estrasburgo (Francia)  y Ginebra (Suiza), son algunas de las ciudades más conocidas a nivel mundial en cuanto al uso e implementación de bicicletas, desarrollando programas locales para incorporar al ciudadano común en esta movida amigable con el entorno.

Pensando en el planeta

La sustentabilidad es uno de los retos más importantes del siglo XXI, y diversas iniciativas han surgido a lo largo de los años para apostarle a la preservación de la vida y al respeto por el planeta Tierra, siendo las bicicletas una buena idea ya que resultan el sistema de transporte más ecológico y amigable con el ambiente, principalmente porque no emiten gases de efecto invernadero agresivos a la atmósfera (como el CO2) ni generan la irritante contaminación sónica que actualmente agobia a las ciudades.

De igual forma si pensamos en los espacios naturales que embellecen nuestros centros urbanos, este transporte “de dos ruedas” le apuesta a la conservación de monumentos, parques y plazas, pues evita que sean deteriorados o reemplazados por espacios vehiculares, invitando al ciudadano común (ciclista) a apropiarse de los mismos.

Las ciclovías son el espacio perfecto habilitado para la circulación de bicicletas, creadas principalmente pensando en la sustentabilidad. Países sudamericanos como Argentina, Colombia, Chile y Ecuador, han implementado este tipo de sistemas resultando de provecho para sus habitantes, no obstante, el éxito de este tipo de proyectos urbanos, recae en el trabajo mancomunado de la sociedad civil con municipios, alcaldías y gobiernos locales.

¿Cómo estamos en Venezuela y en Barquisimeto?

En el año 2004 se inició la implementación de ciclovías en el Municipio Chacao (Caracas, Distrito Capital) al igual que en algunas otras ciudades de Venezuela, sin embargo, la falta de cultura y de hábitos, es algo que ha puesto en riesgo el mantenimiento, uso y perdurabilidad.

La buena noticia es que actualmente muchas personas han comenzado a entender lo agradable de montar bici, y en Barquisimeto por ejemplo, el Grupo de Ciclismo Lara realiza rodadas nocturnas donde participan niños, jóvenes y adultos; el requisito para acompañarlos es estar dispuesto a formar parte de una actividad distinta y por supuesto, tener una bicicleta, considerada la mejor amiga de muchos y conmemorada por cierto el 19 de abril de cada año.

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