#RevistaGala Más que servir…: ¡Brindando sonrisas!

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“Al unirte a esta causa, vas a valorar y entender que tus problemas son insignificante al lado de los de otros”. El don de ayudar al prójimo no sólo es para las personas adultas, regalarle un poco de tu tiempo a un desconocido, puede ser valorado más de lo que te puedes imaginar y si es una obra de caridad, la satisfacción es triple.

Desde pequeños sus padres le inculcaron el placer de servir a los más necesitados. Luis David Guerra, Arturo Valecillos y Enzo Bolech, estudiantes de ingeniería industrial, administración y derecho respectivamente, llevaron su amistad de años a otro nivel. Además de ayudar en los negocios familiares, procuran conservar la humildad que los caracteriza, por siempre. Nos cuentan que desde temprana edad han colaborado con obras, fundaciones y actividades a personas de bajos recursos, pero hace 3 meses decidieron realizar su propio trayecto y crear una fundación sin fines de lucro, que ayude a concienciar sobre la situación de calle de muchos y aportar su granito de arena para hacer feliz a un desamparado. Cuando ellos se refieren a la motivación de seguir trabajando en este proyecto, narran que los anima la felicidad de darle de comer a alguien que no tiene nada. “Esto es una buena causa y con la contribución de todos podemos mejorar el país”.

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Todo empezó con repartir comida en las principales calles de la ciudad, a medida que lo iban haciendo, incentivaban a sus amistades a que se unieran a esta bonita causa, formando un movimiento juvenil en pro de ayudar a la sociedad. Actualmente tienen un grupo conformado por 80 voluntarios, en edades comprendidas entre 16 a 25 años de edad. En este caso, tienen a muchos colaboradores, pero la tarea de Enzo es recolectar la comida mediante donaciones, Luis David de logística y Arturo de la seguridad y organización, además de la coordinación de Redes Sociales con la que promueven y difunden sus actividades. Aclaran, que ha sido fácil darse a conocer y están encantados, que cada semana se involucran más personas y en tan poco tiempo ha tenido mucho auge la idea de donar.“ Los mismos niños nos motivan a no dejar de hacer este tipo de iniciativas”

El arte de ayudar…

A Luis David, Arturo y Enzo les enseñaron a dar, sin esperar nada a cambio, pensar en las necesidades y carencias en las que viven los niños de calle, los llevó a querer enseñarlos a ser buenas personas y a luchar por sus sueños. Sus pensamientos están basados en ayudar principalmente a los pequeños, que aparte de darles de comer, juegan con ellos, los hacen pasar una tarde divertida y diferente para despejar los problemas. Como motivación para seguir con este emprendimiento es la alegría con la que los niños le agradecen cada vez que ellos se acercan y comparten un momento con ellos. “Cada actividad nos motiva a seguir, no hemos terminado una cuando ya queremos hacer la otra”

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Comenzando…

En su primera actividad formal no había tanta coordinación, visitaron a una comunidad indígena al oeste de la ciudad, en situación de calle, en ese momento tuvieron el apoyo de 27 personas más,  que decidieron acompañarlos en esta aventura, darles un almuerzo hecho por ellos mismos y compartir, ya que no conocen un afecto tan cercano de los habitantes de esta comunidad. “Se fue regando la voz para que más voluntarios se unan”.

Brindando… ¡Más que felicidad!

En la semana, se realiza un plan de los posibles lugares a los que puedan ir los sábados. Se hace una fase de observación para determinar el sitio más idóneo, una reunión para abordar los puntos y hacer un itinerario de actividades. También se organiza un menú de almuerzo y se transmite a los  voluntarios, con la finalidad de recolectar los insumos mediante donación. Cada visita dura al menos 2 horas, alrededor de 30 voluntarios emprenden este camino con mucho entusiasmo, desde realizar la comida, actividades interactivas, juegos recreativos, hasta pintar caritas a los más chiquitos. “Nos da satisfacción ayudar a otros, mientras más ayuda más alegría sentimos en nuestras vidas, al ver agradecer lo que esta fundación les proporciona”.

Se elaboran alrededor de 300 almuerzos para ser donados entre las zonas más afectadas de la ciudad, su trayecto hacia la zona rural y en la visita.

¡Únete!

Nos comentan que quieren hacer de esta fundación,  algo grande, que más barquisimetanos se involucren y colaboren sin distinción política, ni de razas, que se propague y llegue a ser una causa nacional, no sólo contando con jóvenes sino también con médicos, enfermeros o paramédicos para que chequeen el estado de salud y necesidades sanitarias de los beneficiados.

No sólo puedes ser voluntario, puedes donar alimentos, ingredientes para el menú, insumos, ropa y la última iniciativa es recolectar libros para ser repartidos el Día del Niño.

“Si cada quien pone su granito de arena, podemos llegar más lejos” – Luis David.

“Es la satisfacción de hacer un bien, a una persona necesitada y empezar a valorar lo que tenemos” – Enzo.

“Somos un gran equipo, una buena familia” – Arturo.

Instagram @brindandosonrisas

 

 

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