Emilio Lovera, humorista venezolano, conversó sobre su obra “Aquí se habla venezolano”, la continuidad de “Inmigrante yo”, que escrita por Amilcar Rivero y su persona y recogió las anécdotas, peripecias y sentimientos de quienes viven en el exterior; “ahora esta trata de la aceptación del pueblo que los acogió”.
“En Venezuela somos muy acogedores, eso lo pueden decir españoles, italianos y portugueses, y Venezuela les hizo hasta clubes, uno en cada ciudad (…) Cuando me presento en Panamá pido disculpas, perdón por la invasión, tenemos una situación difícil y la gente intentó huir, Chile no se lo merece, Colombia sí, España y Portugal también. Ahora vamos a montar una panadería en Portugal en el mero centro de la portuguesidad y allí nos vamos a bucear a todas las mujeres que lleguen, vamos a montar una zapatería en Italia, vamos a vender un zapato y te vamos a convencer de que es el que a ti te gusta, y en Galicia vamos a montar un estacionamiento y a todo el que traiga un carro más grande lo vamos a devolver”, bromeó.
En entrevista a Vladimir Villegas, por Unión Radio comentó que el humor no escapa de la crisis que vive el país, los espectáculos privados se acabaron, las empresas que hacían lanzamientos de productos, convenciones de ventas, fiestas; y los comediantes y actores venezolanos subsisten gracias a los eventos que se producen en el exterior.
“Lo que queda es el espectáculo público, si vas a esperar tener una retribución por una grabación no hay esperanza, que grabes un disco y que eso se venda para pagar al menos la grabación, eso no existe y las disqueras que pagan eso a los artistas, es porque estos son internacionales que puedan vender en países que no tengan pérdidas como en Venezuela”, lamentó.
Frente a este panorama, Lovera considera que “siempre hay motivos para reírse porque la risa es necesaria para el cuerpo y la salud”.