En lo que varios testigos calificaron como una “emboscada” encabezada por el Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas), componente de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), fue baleado el estudiante universitario de 19 años de edad Eduardo José Orozco Porra, la víctima número 20 asesinada en Lara en lugares donde se desarrollara alguna protesta antigubernamental. Ayer en la tarde, Orozco estaba en el distribuidor Bellas Artes, municipio Palavecino, cuando llegaron los castrenses con armas cortas empuñadas y las accionaron contra unos 15 muchachos que estaban en el lugar.
En una camioneta gris y otra negra, un carro blanco Orinoco rotulado como la línea de taxis estatales y un Aveo verde oscuro llegaron unos ocho funcionarios de manera sorpresiva al distribuidor, debajo del cual estaban sentados los jóvenes manifestantes. Enseguida, comenzaron a disparar y los muchachos corrieron despavoridos. Orozco no pudo ponerse en resguardo. Una bala le perforó la cabeza. Para cuando los hombres del cuerpo castrense lo llevaron al Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp) ya no respondía a los estímulos.
Junto con Orozco los funcionarios llevaron a la sala de emergencia a Gabriel José Conde Hurtado, de 18 años de edad. Tenía una herida por arma de fuego en la mano derecha, lesión que ameritó una cirugía porque el proyectil le afectó un tendón.
La madre de Conde, Yenny Hurtado, declaró a EL IMPULSO que su hijo no participaba activamente en las manifestaciones en Cabudare por temor a los episodios de violencia no pocas veces repetidos en Palavecino. Aun así indirectamente estaba pendiente de las acciones de protesta.
Ayer, mientras acompañaba al grupo, aparentemente, los protestantes vieron cómo se mezclaron entre ellos unos desconocidos, uno de los cuales sacó un arma al ver a los efectivos del Conas. Sin embargo, esta versión la refutó una persona testigo de lo sucedido y quien pidió reserva de su identidad por seguridad. “No hubo enfrentamiento”, recalcó la entrevistada. Los jóvenes manifestantes, agregó otro ciudadano, no estaban armados.Todas las balas, coincidieron ambos, fueron disparadas por el organismo de seguridad actuante.
El Conas, por su lado, a través de la minuta oficial atribuyó la muerte de Orozco a un enfrentamiento de los manifestantes contra la comisión. Los “terroristas”, como los etiquetan en el boletín, estaban obstaculizando la vía, “cobraban peaje a los transeúntes” y enfrentaron a los funcionarios. Como evidencias recogieron un revólver calibre .38, una lanza mortero, cinco cohetones y tres explosivos de fabricación artesanal.
Además de dar muerte al universitario, arrestaron a cuatro muchachos: Jean Michae Thielen, Jean Carlos Espineli Presti, Moisés David Gómez Colmenárez y Conde Hurtado (herido en la mano antes mencionado). El delito por el cual los señalan es terrorismo y ataque al centinela. Del caso están a cargo la fiscal militar número 26 y el fiscal 21 del Ministerio Público en Lara, Carlos Muñoz.
Orozco estaba de vacaciones
La víctima de este hecho estudiaba Administración en una universidad privada de Valencia, estado Carabobo y lo llamaban por afecto y por su origen andino El Gocho, según aportó una allegada de la familia enlutada.
Los padres de Orozco tienen domicilio en la urbanización Roca del Valle III, en Cabudare. Allí, llegó de visita el muchacho, el viernes 4 de agosto. Había salido de vacaciones en la universidad. En cuatro meses de protestas contra el Gobierno nacional, a él en Cabudare no lo conocían por ser un participante activo.
De a poco, amigos de la familia, cuya pérdida equivale a la quinta persona asesinada en Palavecino en ambiente de protestas, se acercaron a la morgue del Hcuamp para compartir con abrazos y apretones de manos la consternación por lo sucedido.