Cardenales le puso carácter al segundo juego y logró el triunfo que necesitaba para mantener a distancia a su escolta inmediato. La ofensiva rompió el silencio con dos racimos de cuatro carreras en el quinto y en el sexto, justo lo que necesitaba Raúl Rivero para alcanzar su séptima victoria de la temporada. Lara apoyó a su tirador estelar, cuyo inicio en el partido tuvo bastante tropiezos, aceptando tres carreras, con tres imparables, un boleto y un balk.
De allí en adelante apareció el verdadero Rivero, permitiendo solamente un hit más en el sexto tramo, antes de que el mánager Dorante diera por terminada su tarea tras 88 envíos.
A esas alturas ya tenía la conquista en el bolsillo el lanzador cumanés. Cardenales pudo haberse anexado los dos encuentros, pero su pitcheo de relevo falló y Zulia alcanzó su clasificación dejando en el campo a los pájaros rojos 5 por 4. Williams Pérez tuvo una salida discreta, aunque realmente lo pudieron batear con libertad en un cuarto inning de tres anotaciones. La alarma cundió en el equipo cuando un batazo de Alex Romero dio en el brazo del lanzador portugueseño, afortunadamente sin consecuencias importantes. Lara empató ese juego a cuatro en el séptimo, pero el relevista Tiago da Silva falló en el intento de evitar que las Águilas treparan hacia la victoria, con hit de oro de Robinson.
La ganancia 35 de Cardenales lo deja virtualmente en posesión de la vanguardia y en medio de esa satisfacción aparece como otro punto de alegría una ofensiva altisonante, un pitcheo que no baja la guardia y un entusiasmo contagioso en la cueva. El brasileño Paulo orlando se despidió temporalmente extendiendo su racha a 20 juegos con hit. En el primer choque la rescató con un doble en el último episodio, antes de que Jesús Montero igualara a cuatro el compromiso. Cardenales queda con un calendario cómodo, restándole cuatro desafíos. Se puede transformar en juez y parte para definir las muy estrechas posiciones en los lugares que van del cuarto al sexto. Mañana el cubano Jorge Martínez estará en la lomita en un choque de mucho morbo frente a los crecidos Leones del Caracas. Los pájaros rojos casi que pueden decir misión cumplida.
