Esta es la que siempre se ha resistido. Tocó romper los paradigmas y abrirle caminos a Venezuela en el baloncesto internacional de clubes primero con dos títulos en Liga de las Américas (2016 y 2017) y uno en Copa Intercontinental FIBA (2017).
El mal sabor de las derrotas a nivel doméstico se sacó primero en la Liga Nacional (2014 y 2015) pero a los Guaros de Lara les llegó el momento, a partir de este lunes 26 y martes 27 a las 7.30 de la noche en el Domo Bolivariano de Barquisimeto, de ir por el cetro más ansiado, cuando inicien la serie final de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) 2017 ante los Marinos de Anzoátegui.
Lo harán ante un rival que ya se les atravesó en el camino en otro par de finales (2005 y 2015) y se impuso 4-1. Son tres los subcampeonatos, si se agrega el de 2006 ante Trotamundos de Carabobo. Esta vez, con la mayor profundidad en su estructura criolla que haya tenido alguna vez, además de una importación del nivel requerido para estas instancias, los crepusculares irán a quebrar la historia.
Marinos ha sido el equipo de la década, con cinco finales ganadas y participaciones en ocho de las últimas nueve (11 títulos en general). Guaros desea convertirse en la siguiente franquicia que señale el camino al resto en el baloncesto rentado y desde sus éxitos internacionales se plantea trasladar la hegemonía a su propio patio y cortar con largos dominios, como el que alguna vez cortó Panteras de Lara (1983) a los Guaiqueríes de Margarita (seis veces campeones entre 1977 y 1982).
Un giro a tiempo
Los larenses tuvieron un comienzo incierto, entre lesiones (Zach Graham, Rafael Guevara, Yohanner Sifontes), partidas (Álex Abreu) y sus compromisos en el exterior. Tras una primera mitad de 10-8 y cuando marchaban con 12-9, la gerencia decidió sustituir a Jorge Arrieta (12-9), darle un interinato a Yonaiker Ecker (2-1) y luego traerse a Guillermo Vecchio, quien tuvo foja de 10-2 para cerrar la eliminatoria como segundo en la Conferencia Occidental (24-12).
La llegada de Nate Robinson en reemplazo de Abreu causó impacto. Entre su temperamento y su indiscutible calidad, se logró la adaptación deseada, en especial al llegar la postemporada (19.5 puntos y 5.0 asistencias por juego en ocho cotejos).
La recuperación de Graham permitió prescindir de Andy Panko, la regularidad de Lazar Hayward hizo olvidar que no vino esta vez Damien Wilkins y los criollos adquiridos en el mercado de canjes (Elvis Báez, José Vargas), no hicieron sino volver más completa a una estructura envidiable.
Goza Guaros de un Gregory Echenique convertido en arma letal en la pintura, un Heissler Guillent que marca diferencias venga del banco o no, un Néstor Colmenares convertido en el Mejor Sexto Hombre y un Luis Bethelmy pletórico de recursos, minutos y experiencia para ser decisivo.
Así se le ganó a Trotamundos de Carabobo 4-1 la semifinal de Conferencia Occidental y se saldó una cuenta contra Cocodrilos de Caracas, al devolverles la barrida del año pasado (4-0) en la siguiente instancia. Nada despreciable antecedente antes de medirse contra un equipo contra el que la historia no sonríe (21-48 y 3-16 en playoffs) y al que cuesta mucho ganarle de visitante (2-33 en eliminatoria y 0-8 en postemporada).
Las claves
El cuerpo técnico ha podido aprovechar la circunstancia de dos series más cortas de lo esperado para no exigir demasiado en cuanto a minutos a sus piezas claves, algo digno de notar ante un contrario cuyo promedio de edad es muy superior.
La presencia de Echenique contra Massie (39 años de edad) invita a los crepusculares a apostar de nuevo por el ataque en la zona pintada temprano en los partidos con pick and roll para forzarlos a trabajar en defensa, como ya lo padecieron los Josh Powell o Maurice Sutton en semanas previas.
Robinson y Guillent han trabajado muy bien tanto por separado como en sociedad, con una relación positiva de asistencias y pérdidas y un auge en el porcentaje de triples muy necesario para un grupo que, además, cuenta con una banca productiva y que va a la lucha por los rebotes con más que los internos, gracias a la presencia de Hayward y Bethelmy como complementos ideales.
Nadie duda que será una serie larga y Marinos ha invertido en traer de vuelta a gente de experiencia para su segunda unidad, además de un nuevo importado acostumbrado a ganar títulos, pero esta vez David se parece a Goliat al mirarse al espejo. Las cosas podrían empezar a cambiar desde este lunes.
