Un total de 25 instituciones educativas ubicadas casi en su totalidad en el municipio Iribarren, no se encuentran en condiciones para resistir un evento sísmico.
Así lo ha hecho saber el Centro de Ingenieros y Arquitectos del Estado Lara (CIEL), a raíz de un estudio realizado por la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), el cual arroja que estas infraestructuras requieren ser adecuadas estructuralmente con carácter de urgencia.
“Si hay un movimiento intenso, bien sea por sus grados o tiempo de duración, estas edificaciones se vienen al suelo. El modelo estructural con el que están construidas no es sismorresistentes. Es necesario reforzar las bases y los techos”, indica el ingeniero Luis Vásquez Corro, vicepresidente del CIEL, y miembro de la Comisión de Funvisis del estado Lara.
“Ese modelo estructural es diseñado por el Ministerio de Educación y lo construyen en todo el país sin adaptarse a las condiciones propias de cada región”, acota el experto, al tiempo que recuerda que Lara es una zona de alto riego sísmico, ya que forma parte de un sistema de fallas que está activo, como la falla de Boconó. “Pero es un asunto que nos afecta sólo a esta zona. En Venezuela, el 80 por ciento de la población vive en zonas de alta amenaza sísmica”.
“Es el mismo modelo con que se construyó la escuela que se derrumbó durante el terremoto de Cariaco, en el año 1997, tragedia en la que lamentablemente fallecieron 38 personas, en su mayoría niños”, recuerda Vásquez Corro.
Esas 25 edificaciones altamente vulnerables ya fueron afectadas durante ese terremoto registrado al oriente del país, y cuando se presente un nuevo sismo no podrán soportarlo. “No sabemos cuándo será, pero sabemos que viene, ya que estos fenómenos son cíclicos”.
El CIEL recientemente ha enviado un comunicado, indicando el resultado del estudio realizado por Funvisis a las instituciones que tienen la responsabilidad de tomar cartas en el asunto y mejorar las condiciones de estas escuelas, como la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE), el Departamento de Infraestructura de la Gobernación, la Zona Educativa y Corpolara. “Aún no hemos recibido respuesta, pero confiamos en que esta advertencia sera considerada”, afirma.
Al ocurrir un movimiento telúrico, los afectados no serían unicamente quienes se encuentren en estas instituciones, sino la comunidad en general, porque las mismas son consideradas por las Normas Sismorresistentes de la Comisión Nacional de Normas Industriales (Covenin), actualmente vigentes, como “instalaciones esenciales”, es decir, edificaciones de funcionamiento vital en condiciones de emergencia, las cuales además son consideradas por Protección Civil como refugios, centros de atención médica y distribución de alimentos y medicinas.
La lista incluye a la Unidad Educativa Carmen Fernández de Leoni, ubicada en la Ruezga Sur; el Simoncito de Los Crepúsculos; la Escuela Bolivariana Juan Ramón E. Gualdrón; el liceo Maestro Jorge Rodríguez, de El Cercado; el Colegio Federico Froebel, de El Cují; y el Colegio Pedro Pablo Barnola, de Cabudare, entre otros centros educativos.
En caso de emergencia
Siendo Lara una zona de alto riesgo sísmico, es obligante que las comunidades estén preparadas para saber cómo actuar a la hora de un evento de este tipo. Sin embargo, existe un gran vacío en materia de prevención, y la población no sabe qué hacer ante una emergencia.
“Nosotros no tenemos cultura del desastre. El venezolano suele pensar que aquí no va a pasar nada. Debe ser porque felizmente nuestros movimientos sísmicos tienen magnitudes por debajo de los 4 grados”, comenta el coronel Héctor Vargas, director de Protección Civil (PC) Lara, organismo encargado de atender a personas en caso de accidentes producidos por fenómenos naturales.
El tema de la prevención hay que abordarlo desde las escuelas. “El Ministerio de Educación debería incluirlo como parte del currículum de estudios. Nosotros hemos diseñado un taller que lleva por nombre Aula Sísmica, sin embargo no podemos abarcar a toda la población”, acota Vargas.
Los talleres en cuestión son dictados previa solicitud a Protección Civil y van dirigidos a comunidades organizadas e instituciones educativas o de cualquier otro tipo, y en ellos explican de manera práctica cuáles son las medidas preventivas que se deben tomar en la edificaciones, qué hacer en caso de un temblor y cómo organizarse para una evacuación.
“La receptividad ante estos talleres y los simulacros que realizamos es alta y denota que hay una gran necesidad de información, la gente simplemente no tiene idea de cómo responder ante las emergencias”.
Pero Protección Civil presenta una carencia: la cantidad de personal para realizar constantemente inspecciones a las escuelas y liceos ya que deben estar prestos para la atención de emergencias. “Acudimos a realizar los estudios de riesgo cuando nos enteramos a través de los medios que ciertas edificaciones presentan fallas estructurales”, puntualiza.
Urge actuar
“Nosotros, desde el Centro de Ingenieros y Arquitectos del estado Lara, hacemos el llamado de atención como asesores del Estado y guardianes del bien público, tal como lo establece la Ley de Ingeniería.
Esta inspección realizada por Funvisis se hizo en edificaciones de mucha conglomeración de personas, estamos hablando de lugares que albergan a más de cien personas, incluyendo niños, maestros, personal administrativo y obrero.
No podemos dejar que el tiempo pase sin adecuar las estructuras de estos centros educativos. Hay que actuar urgentemente.
Recordemos que los fenómenos sísmicos no avisan cuando van a ocurrir, por lo tanto tenemos que estar alertas para poder evitar tragedias lamentables”.
“En Barquisimeto es común ver edificaciones con paredes resquebrajadas, pisos que ceden, filtraciones, salidas de emergencia que no funcionan, entre otras situaciones alarmantes.
En otros municipios hemos encontrado edificaciones que sencillamente no deben seguir funcionando, como es el caso de la escuela del caserío El Parchal en el municipio Morán y la escuela Augusto Graterón de Cubiro.
La problemática no se vive únicamente en las instituciones educativas. Recientemente se presentó un incendio en una zapatería de un centro comercial del oeste de la ciudad y al momento de evacuar a las personas que se encontraban en el cine, no había por dónde sacarlos y los rescatistas se vieron obligados a romper las puertas de vidrio de acceso a las salas”.
20 segundos destruyeron a El Tocuyo
Tal día como hoy hace 63 años, a las 5:50 de la tarde, un terremoto de 6.6 grados sacudió a la población de El Tocuyo.
20 segundos bastaron para sembrar el pánico en los 7 mil 746 habitantes que tenía para entonces la ciudad fundada por Juan de Carvajal en 1545.
Este sismo, cuyo epicentro fue entre Carache y la falla de Boconó, ha sido calificado como uno de los más destructivos del occidente del país, generando 7 fallecidos y 15 heridos.
En el libro El Terremoto, publicado en el año 2000 por la Fundación Museo de las Riberas de El Tocuyo, su autor, Pedro Pablo Linárez describe que al día siguiente de la tragedia se pudo registrar que el 80 por ciento de las edificaciones sufrieron daños considerables, el 50 por ciento quedaron inhabitables, y alrededor del 30 por ciento fueron totalmente destruidas.
Pero no sólo fue afectada la capital del municipio Morán, en Sanare, Guarico, Anzoátegui y los Humocaros también se sintió con intensidad el sismo que horas antes había sacudido varias localidades del Táchira.
Fue peor el remedio que la enfermedad
En una información publicada en este rotativo el 4 de agosto de 1975, se lee un titular que dice: “Los tractores, saqueadores y negociantes de reliquias hicieron más daños en El Tocuyo que el mismo terremoto”.
Y es que las obras dirigidas por el abogado tocuyano Carlos Felice Cardot, a quien el Gobierno a cargo del dictador Marcos Pérez Jiménez le asignó cuantiosos recursos, provocó la demolición de reliquias arquitectónicas, la desaparición de valiosos objetos históricos, y el irrespeto a templos.
De no haber sido así, la Ciudad Madre, como se le conoce por ser el punto de partida para dar inicio al proceso de colonización española, sería hoy uno de testimonio arquitéctonicos más representativos de la época en el país.
