Las estadísticas de pasajeros durante el Carnaval 2017 indican que muchos larenses y venezolanos en general dejaron de lado la práctica de viajar durante el primer asueto largo del año, situación que tiene su principal causa en el incremento del monto de los pasajes y el alto costo de la vida.
Durante la mañana de este martes 28 de febrero se observó una considerable circulación de usuarios en el Terminal de Pasajeros de Barquisimeto. A las 10:00 de la mañana muchos usuarios se encontraban en la fila para cancelar la tasa de salida del terminal, cuyo costo es de 20 bolívares.
Sin embargo, el ingeniero Luis Valencia, aclaró como administrador del terminal que la circulación de pasajeros probablemente se redujo en un 40%. “Hoy (ayer) culmina la zafra de Carnaval y nuestro balance institucional es positivo porque no se registraron inconvenientes en la movilización y tampoco vinculados con la seguridad, gracias al respaldo que recibimos de parte de más 100 funcionarios de la Guardia Nacional y de los cuerpos policiales, Bomberos, Protección Civil y la ONA”.
La movilización fue baja en comparación con años anteriores, “hasta el lunes se movilizaron 102.000 personas y cuando comparamos esa cifra con los datos de 2016 notamos que existe una disminución cercana al 40%, producto de la situación económica complicada que vive el venezolano”.
Valencia recordó que los pasajes extraurbanos han registrado aumentos no publicados en gaceta, por la vía de acuerdos establecidos entre el ejecutivo nacional y los representantes del sector. “El pasaje hacia destinos como Puerto La Cruz tiene un costo de 10.000 bolívares, lo que incide en el bolsillo de los usuarios. Pero pese a la crisis logramos garantizar que todos los pasajeros que acudieron al terminal fuesen movilizados”.
Los destinos más solicitados durante el asueto son los llamados de ruta corta: Quíbor, El Tocuyo, Carora, Humocaro, Cubiro y San Felipe.
Desde la tarde del domingo 26 y hasta este martes 28 se inició la salida de pasajeros hacia Caracas, Valencia y Maracay. “Contrario a lo que ocurrió en otras temporadas, esta vez solo tuvimos que habilitar dos carros para cubrir la ruta hacia la capital, antes se debían habilitar muchas unidades”.
En líneas generales, durante los cuatro días de zafra (tomados del viernes al lunes) se habilitaron 80 unidades para cubrir todos los destinos, un número que según el director del Terminal es bajo.
Durante 2016, ese centro movilizó 200.000 pasajeros entre el sábado y el martes de Carnaval.
Pocos pasajeros
En el terminal privado de Aeroexpresos se supo que la afluencia de pasajeros fue baja, al punto de que no se cubrió la totalidad de los puestos de las unidades.
En 2016 el sitio presentó inconvenientes debido a la poca disponibilidad de buses para atender la demanda, este año la situación fue inversa. Tenían unidades, pero faltaron pasajeros hacia Caracas y Valencia, que son las únicas rutas disponibles.
Por otro lado, en el Aeropuerto Jacinto Lara el último día de Carnaval transcurrió con normalidad. A las 10:30 de la mañana los pasajeros abordaron el único vuelo hacia Maiquetía y en los pasillos se comentaba el incidente registrado el pasado lunes con el avión que regresaba de la capital.
Pasajes recargados
Quienes utilizan los autobuses que salen del Terminal de Pasajeros hacia destinos como Yaracuy, para movilizarse dentro de la ciudad, se quejaron del recargo en el costo del pasaje.
Ernesto Camacaro dijo que le estaban cobrando 200 bolívares por trasladarlo desde la calle 42 hasta la avenida Venezuela con Leones. “A quienes iban hacia Yaritagua les pedían 300 bolívares, cuando los precios oficiales son de 90 y 140 bolívares, muchos pasajeros como yo se negaron a cancelar esos montos, dado que tenemos un presupuesto quincenal o mensual del dinero necesario para el transporte, si un día gastamos más de lo previsto se descuadran las cuentas”, expresó.
En las rutas extraurbanas se conoció que el costo de un pasaje hacia Caracas es de 4.300 bolívares y de 3.300 hacia Valencia.
El monto para los municipios foráneos oscila entre 500 y 3.000 bolívares, según las tarifas acordadas internamente por el ejecutivo y los transportistas.
