Por ahora no está planteada ninguna nueva parada en el suministro de agua a las ciudades de El Tocuyo, Quíbor y Barquisimeto, pero sí continúa el intenso verano que afecta a la región necesariamente habrá que intensificar los racionamientos.
La advertencia la hizo la ingeniero Adriana Díaz, presidenta de Hidrolara, durante la visita de inspección que, en compañía de otros técnicos de la empresa, entre ellos los ingenieros José Briceño y Julio Tersek, gerentes de Producción y del sistema Alto Tocuyo, respectivamente, hizo a la presa Dos Cerritos y a las estaciones de bombeo en el oeste de la entidad.
Allí pudieron constatar los bajos niveles que presenta el embalse, cuya cota estaba este viernes en 665,95, calculándose que baja unos 4 centímetros cúbicos diarios.
“Se teme que si en 50 días no llueve y la presa se recupera algo, bajaría a 664 metros sobre el nivel del mar e, irremediablemente, sería necesario un mayor racionamiento a fines de marzo.
Eso significaría que a aquellos sectores que tienen servicio continuo les será programado el mismo y donde hay programación deben aumentarse las horas del suministro. Intervino el ingeniero Tersek para explicar que por los momentos no hay parada alguna programada como se ha corrido en rumores mal intencionados y que la estación de bombeo Dos Cerritos, donde se recibe el agua cruda procedente de la presa, cuenta con cuatro motores y uno de reserva y al bajar el suministro se apaga uno, dejando de bombearse mil de los 4.500 litros por segundo, pero actualmente funciona normalmente.
Se considera normal que la planta de tratamiento Ciudad de Barquisimeto, cerca de Quíbor, reciba 2.500 litros por segundo.
Díaz y Tersek especificaron que seis de cada diez personas reciben agua de Dos Cerritos, embalse que a causa de la sedimentación ha reducido su capacidad, como se puede constatar en el sector sureste, por donde ingresa la quebrada Guarico, hasta hace algunos años bajo las aguas, hoy convertido en zona de pastoreo de ganado vacuno. Durante el recorrido con periodistas de EL IMPULSO, los técnicos de Hidrolara estuvieron en el sitio Palo Verde-Togore, donde el sábado explotó un enorme tubo matriz, obligando a un trabajo de emergencia para restituir el suministro del vital líquido.
Igualmente mostraron, en el sector Botucal, cerca de La Vigía, un tubo matriz de 60 pulgadas que se ha “enchinchorrado” por la erosión que ha venido sufriendo la quebrada, temiéndose que durante una crecida de la misma pueda fracturarse y dejar a Quíbor y Barquisimeto sin agua.
Se trata de un tubo que estaba bajo tierra y con el tiempo quedó al descubierto y ahora en el aire.
Es necesario instalar un “by pass” o empalme aéreo para sustituir el existente y de esa manera garantizar la continuidad del suministro a la planta de tratamiento Ciudad de Barquisimeto y por ende a ambas ciudades, pero se requiere de una inversión millonaria.
La ingeniero Díaz dijo que en Hidrolara se trabaja de manera continua para garantizar el suministro de agua a la colectividad, aunque los frecuentes “apagones” ocasionan daños a las tuberías obligando a la suspensión del servicio mientras se hacen las reparaciones.
“El año pasado la tubería matriz fue reparada seis meses y este año, en menos de dos meses, llevan tres reparaciones de gran magnitud”, explicó el ingeniero Tersek.
