Muchos barquisimetanos consideran inseguro usar mototaxis por varios motivos: algunos conductores no están identificados ni afiliados a una organización; en muchos casos incumplen medidas de seguridad.
Cerca de la parada de la Asociación Cooperativa Transporte Las Trinitarias, Eva Lugo miraba a las unidades con desconfianza, aunque al mismo tiempo reconocía que trasladándose en una motocicleta se llega rápido a cualquier lugar.
Piensa que es un trabajo digno, sin embargo indica que tiene mala fama porque los delincuentes utilizan esos vehículos para cometer fechorías. Otras personas consideran útil el servicio, como el caso de Juana Medina, quien paga Bs. 60 para que la dejen en la puerta de su casa, en vista de que los autobuses no circulan por algunas zonas de El Ujano.
“Sobre ruedas la vida no es tan fácil”, dice Milton Sandoval, mientras esperaba que una señora con bolsas en sus manos se subiera a la moto. Dice que están expuestos al peligro, los roban en los semáforos y en zonas solitarias. Cuando les quitan las motos deben pagar por el rescate cerca de Bs. 40.000.
Al llover, salir a la calle es terrible, existe el riesgo de caerse y sufrir una lesión, manifestó Enderson Timaure. Agregó que las calles en algunas comunidades están inservibles y ante el mal estado las motos sufren desperfectos. También se quejan de que son víctimas de funcionarios matraqueros y los policías que los tildan de malandros.
