Vigilantes de tránsito: «Ser policía es una vocación y no imposición»

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La protesta no surtió el efecto esperado. El proceso de migración de los vigilantes de Tránsito a la Policía Nacional Bolivariana, sembró la angustia entre los funcionarios adscritos a la Unidad 51, con competencia en el estado Lara, por cierto, uno de los más peligrosos del país, tal como lo sostiene el Ministerio (PP) de Interior y Justicia.

La cadena nacional de radio y televisión, hecha por el presidente Hugo Chávez, el miércoles en la noche, acabó con la valentía de la manifestación realizada hace apenas dos días en varios puntos del territorio nacional. Se resignan a una orden que, de no cumplirla, pudiera signifcar problemas. Perder el empleo es el principal temor de los vigilantes de Tránsito de la ciudad en caso de resistirse.

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Hay un hermetismo que impide obtener nombres y cargos, de quienes verdaderamente sufren con esta medida «impuesta» por el Ejecutivo, como salida a la grave inseguridad que afecta a la nación entera. El déficit de policías parece encontrar una solución arbitraria. Hacer a un lado la profesión escogida, no es fácil para los casi 800 vigilantes de Lara.

«Yo no quiero ser policía»

El descontento entre los funcionarios del Cuerpo de Tránsito Terrestre, de sus familiares, se debe a los riesgos que corren los policías al ejercer sus funciones. «Servir al ciudadano, exponiendo la propia vida, es una vocación y no imposición; yo estudié para ser vigilante de Tránsito y ser últil a la sociedad inculcando el respeto por las señalizaciones en las vías», sostuvo uno de los afectados.

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Asimismo, piensan en los posibles ensañamientos que el hampa pudiera tener con los futuros policías integrales que además de levantar accidentes y enseñar las normas de Tránsito, podrán ejercer funciones de policías ante cualquier hecho delictivo.

Quieren evitar ser presa fácil de los delincuentes, en particular, en nuestra región donde cerca de diez polícías han sido asesinados en lo que va del año 2012. La manipulación de las armas de reglamento es otra de las consideraciones que realizan. «Un curso de tres meses es insuficiente para enseñar todas las destrezas que debe tener un policía.

Por donde se analice, es un disparate obligarnos a ser parte de la PNB», declaró otro de los vigilantes quien tampoco se atrevió a dar su nombre.

¿Corrupción?, en pañales

Respondiendo a los señalamientos hechos por el Presidente, acerca de la corrupción que presentaba el Cuerpo de Tránsito Terrestre a causa de algunos funcionarios, vigilantes de la Unidad 51 de Lara, reconocieron que si bien existen «matraqueos» por parte de uniformados irresponsables, existen delitos más graves cometidos por hombres adscritos a los cuerpos de Seguridad del Estado.

«A diferencia de ciertos políticos, policías, guardias nacionales, funcionarios de la policía científica, nosotros no estamos involucrados en secuestros, crímenes u otros delitos, que sí representan una corrupción tremenda de sus cargos».

Por lo pronto, ya fue instalada una oficina de la Policía Nacional Bolivariana en la sede de la U-51 mientras las unidades son rotuladas con el nombre de Lara y el logo de la PNB. Ayer, no fue necesario el apoyo de la FAPL debido a que los vigilantes de tránsito trabajaron normalmente.

Fotos: Jairo Nieto

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