Dos veces han anulado el juicio por el asesinato del joven Juan Carlos Mellizo

-

- Publicidad -

Hace 27 años la familia Mellizo Heredia celebró como debía y por todo lo alto el nacimiento del cuarto y último miembro de ese nucleo conformado por padre, madre, así como dos hembras y dos varones.En el Hospital Antonio María Pineda, el 25 de abril de 1985 nacía por parto normal Juan Carlos Mellizo, un pequeño de tez blanca con un peso de tres kilos 700 gramos y midiendo 57 centímetros.Los primeros pasos los dio en su casa de habitación, en la carrera 2 entre calles 10 y 11 de Santa Isabel, sector II, en el oeste de la capital larense.Estudió primaria y secundaria en el colegio San Pedro de donde salió egresado en el 2002 como bachiller en Ciencias. Como todo joven inquieto, alegre y con ímpetu le gustaba jugar al fútbol, basquet y la natación, aun cuando su padre lo estimuló por las artes marciales, pero no se destacó en estas prácticas por ser más bien pacífico y de carácter conciliador.Por ser de buen porte, mientras estudiaba también incursionó en el modelaje de ropa casual y se presentó en varios escenarios locales y centros comerciales.
Proyecto de vidaMuchos eran los planes, sueños y proyectos en la mente de Juan Carlos, quien, a los 21 años, cursaba el primer trimestre de Análisis de Sistemas en el decanato de Ciencias de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, núcleo Obelisco.De vez en cuando ayudaba a su padre Carlos Mellizo en el ramo de la publicidad y estaba haciendo un curso de reparación de teléfonos celulares, pues se le hacía fácil asimilar conocimientos en el área de las ciencias y tecnologías.Su deseo era graduarse de ingeniero electrónico, superarse, conformar una familia y serle útil a su patria y los seres que lo amaban, pero por un aparente celo pasional, su corta vida fue truncada con un disparo que le traspasó el corazón amaneciendo el primero de enero de 2006.El sucesoEl 31 de diciembre, y después de haber estrechado entre los suyos el abrazo por el año nuevo, el estudiante junto a unos amigos y su novia se fueron a disfrutar de una fiesta en el club Italo Venezolano, en la parte noreste.Al regresar, a eso de las 5 de la mañana y luego de haber dejado en su respectiva casa a su novia, Juan Carlos llegó a su residencia acompañado por sus amigos Wilman Coscorroza y Francisco González. Como hacían mucha bulla en la sala y los padres del estudiante estaban durmiendo, el anfitrión propuso que mientras amanecía fuesen a casa de Wilman a media cuadra a buscar las cosas para ir luego de viaje. Al amanecer del primero, la familia Mellizo tenía planeado ir a la playa y horas antes el estudiante había invitado también a sus amigos. Mientras Wilman buscaba su bolso en la parte interna, los acompañantes se ubicaron a escuchar música en el garaje, en el capot de un camión 750.Lo que averiguó del suceso el padre de la víctima Carlos Mellizo, es que a esa hora, hacia el patio de casa de al lado del amigo de su hijo, una persona salió a orinar.Los muchachos desde el camión, contó, lo pidieron divisar porque la cerca perimetral no es muy alta y se puede observar el panorama sin mayores obstáculos. Detrás de la persona venían otras tres más y, acto seguido y sin mediar palabras, se escucharon dos disparos.Uno de los proyectiles, refiere el declarante, quedó incrustado en el espejo retrovisor del auto de carga y el otro impactó en el corazón de Juan Carlos, de 21 años, ocasionándole la muerte de manera instantánea.Wilman, quien estaba dentro de casa salió a ver qué pasaba y al observar a su amigo herido corrió a dar aviso a sus padres, mientras que Francisco, asustado, caminó hacia la pared vecina para rogar a los sujetos que dejaran de disparar.En eso, continúa el relato el padre del asesinado, José Gregorio Colina, le manifiesta que no se preocupe que los disparos eran al aire y que aparentemente estaba “cazando” un malandro de la zona.Con la urgencia del caso, el joven fue llevado por su padre a la emergencia del Hospital del Seguro Social Pastor Oropeza pero ingresó sin signos vitales.”Por las referencias, el arma incriminada y la decisión de los tribunales de justicia, sabemos que quien disparó fue Riccio Javier Castellanos Barreras, un funcionario de la Guardia Nacional”.“El militar en todo este tiempo no ha querido declararse culpable, pero los elementos y pruebas así lo hacen responsable de la muerte de mi muchacho.El hecho lamentable e irracional en el cual perdió la prematura vida el último de cuatro hermanos, se debió a que presuntamente el efectivo castrense cortejaba a una chica del sector, quien no le correspondía porque supuestamente a la jovencita le gustaba era el deportista y modelo de ropa casual.
Ante fiscalíaOcurrido el sangriento suceso, el presunto involucrado abandonó el lugar con destino incierto.El tres de enero del año 2006, dos días después del asesinato, Castellanos Barrera se presentó ante la fiscalía del Ministerio Público para conocer sobre la imputación en su contra.Desde hace seis años, la familia Mellizo no sólo llora al ser querido que la inconsciencia, irresponsabilidad, violencia e irracionalidad le arrebataron, sino que han tenido que iniciar una fuerte cruzada en los tribunales de justicia por lograr que el hecho no quede impune.Durante todo este tiempo se han realizado varias audiencias y se han concluido dos juicios que han sido posteriormente anulados por la Corte de Apelaciones del estado Lara, a petición de la parte que defiende al acusado. Con lágrimas en los ojos y un sentimiento enorme de impotencia, el padre de la víctima hace un valiente esfuerzo para no alimentar odios ni sentimientos.“No estoy de acuerdo ni concibo que el Poder Judicial en nuestro país se preste para burlas, dilaciones e injusticias; que se premie la barbarie y vulneración de los Derechos Humanos”.Soy un comerciante, detalla, pero en estos 8 años poco me ha importado el negocio y he tenido que hacer casi que un post grado en derecho buscando evitar las injusticias de la justicia. Fotos: Dedwison Álvarez

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

- Publicidad -

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -