Pobladores del sector El Llenadero de Quíbor, municipio Jiménez del estado Lara, se despertaron con una alarmante noticia que corrió como pólvora: localizaron dos cuerpos sin vida en la quebrada El Torito.
Hombres, mujeres, ancianos e incluso niños, que se mostraron angustiados, bajaron de la avenida Florencio Jiménez, a la altura de “llenadero” municipal, hacia la desértica zona en la que estaban los cadáveres para ver si identificaban a un familiar, ser querido o conocido.
“¡Ese es mi hijo! ¡No, Segundo no! ¡Levántate Segundo Andrés!”, gritó despavoridamente la señora Edelmira, quien llegó al sitio del suceso alrededor de las 10:30 de la mañana reconoció el cuerpo de su hijo, rompió en llanto, para después lanzarse sobre Segundo Andrés Herrera, de 23 años de edad.
Después le tocó pasar por la misma situación a la esposa de Herrera, quien llegó a la escena del crimen más serena, a eso de las 10:45 , pero no pudo evitar quebrarse emocionalmente tras asimilar lo sucedido.
“¡Qué voy a hacer yo sin él, Señor! Si me dijo que venía mañana a comer”, gritaba con lamento la joven, quie entre lágrimas, nudos en la garganta, frases desgarradoras y bajo un inclemente sol, explicó que vio a su pareja con vida por última vez la noche del sábado, cuando salió de su hogar, ubicado en el sector Arenales y cercano al Polideportivo de Quíbor, con la intención de dormir en la casa de su madre (comunidad El Atardecer); pero nunca llegó.
“Ese es Óscar (…) Ese viejo siempre lo iba a buscar a la casa”, comentó la señora Edelmira sobre el cadáver que yacía al lado de su hijo, quien fue identificado posteriormente como Óscar José Fréitez Fréitez, de 73 años de edad.
Los parientes del más joven de los asesinados alcanzaron a contar que él residía en un caserío de Las Faldas, frente a la carretera Panamericana, después del pueblo de Tintorero.
Asimismo, revelaron que Segundo, quien se dedicaba a vender café, cigarrillos y pan de manera ambulante, había rechazado una invitación para una fiesta de Óscar. Presumen que lo habría convencido después. Ambos sujetos estaban con camisas y bien vestidos.
De Fréitez Fréitez se conoció que tiene antecedentes policiales que datan del año 2009.
Lo habían amenazado
Se sospecha que, en horas de la madrugada del domingo, los difuntos fueron sometidos y obligados a caminar hasta el sitio en el que fueron ejecutados.
A Segundo le dispararon detrás de la oreja y en el cachete; mientras que a su compañero le dieron en la cara y el pecho.
“Un carajito le había dicho que iba beber café por él y que siempre lo veía dando la panza”, acotó la viuda de Herrera, sobre una presunta amenaza que habría recibido después de una discusión, hace una semana y en voz de un menor de edad llamado Anthony, de Arenales. Funcionarios del Cicpc realizaron el levantamiento de los cadáveres, los trasladaron hasta la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda y se encuentran realizando las labores de investigación.
