Ceniza y misericordia

-

- Publicidad -

Este miércoles de ceniza lo viviremos dentro del año de la misericordia que, por disposición del Santo Padre Francisco, comenzó el pasado 8 de diciembre. Y la misericordia la relaciono con la ceniza. No hay nada más necesario para un cristiano,  consciente que en ceniza se ha de convertir, que la misericordia divina. Es extraño en la vida moderna, hablar de lo corta que es la vida. Hay tanto por hacer, conocer y disfrutar, que no se tiene tiempo para pensar sobre el fin de la vida. No quiero ser “aguafiestas”, pero la sentencia contenida en el Libro del Génesis, decretada por Dios para todos los seres humanos, según la cual “eres polvo y al polvo volverás” (Gen. 3, 19) es una realidad incontrastable, no hace falta ser creyente para aceptarla.Pensar en no detenerse mucho en esa realidad y seguir el curso de la vida sin darle importancia, es insensato. La muerte es inherente a la vida. Nuestra vida es efímera, corta, a veces muy corta, flor de un día. Cuántas conductas mejorarían si tuvieran  presente la realidad de la finitud de la vida humana. En cualquier momento Dios llama a su presencia y no hace falta estar enfermo o anciano.

“¿Has visto, en una tarde triste de otoño, caer las hojas muertas? Así caen cada día las almas en la eternidad: un día la hoja caída serás tú”. Siempre me impresionó ese pensamiento de San Josemaría Escrivá, contenido en el punto N° 736 de su libro Camino. La Iglesia Católica comienza hoy,con la imposición de la ceniza en la frente de los fieles, tan ligera que el más leve viento la dispersa, un período de sacrificio, de ayuno, de austeridad, de atención al necesitado no solo de bienes materiales sino también de asistencia espiritual y moral, porque la Iglesia, como su Divino Fundador, enseña que la vida de todo cristiano es una vida de servicio, de amor a Dios y al prójimo. Centrar nuestra vida en servir, hará más grata la vida de quienes nos rodean y de la sociedad donde vivimos.

- Publicidad -

No se trata de estar tristes, ni mucho menos, se trata de servir con alegría. Se alegra la buena madre de familia cuando atiende y vela por sus hijos o el buen padre de familia que se entrega a servir a su esposa e hijos y colabora todo lo que puede para hacer más amable la vida en sociedad. Al tener presente que nuestra vida hoy es y mañana no, bajaremos la soberbia. Y la Iglesia también nos recuerda hoy que Dios es un Dios que perdona, un Dios misericordioso. Que nos ama y busca para acoger nuestro arrepentimiento. Francisco está urgiendo esa misericordia en todos los corazones humanos porque el corazón divino de Jesús es misericordioso. La ceniza en la perspectiva de la misericordia es una gran esperanza para el cristiano. Es muy trascendente lo que nos recuerda la ceniza que recibimos hoy.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

- Publicidad -

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -