Coman ustedes lo que quieran, pero yo no

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Reflexiones en positivo

El mundo conocido y ubicándonos en el planeta Tierra con su población, es muy grande y es muy difícil satisfacerle su bienestar en forma colectiva e individual, sus gustos y costumbres.

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Reduciendo el espacio geográfico a nuestra Venezuela, tengo que aceptar que no soy del Medio Oriente ni de la otra parte de ese Oriente, que no soy norteamericano, ni asiático, ni africano, que simplemente soy venezolano y de ese espacio tan grande me ubico en la región Centroccidental, en donde puedo informarme a través de los medios de comunicación social que los asiáticos consumen insectos, ratones, culebras y muchos otras cosas que les son de gusto exquisito y les permite satisfacer su necesidad de alimentación, igualmente que una inmensa mayoría de la población mundial no usa cepillo, crema dental, papel sanitario, servilletas y mucho menos productos cosméticos.

Reducido ese espacio a mi Venezuela querida, tengo que aceptar que escribo este artículo para que lo lea una población limitada al espacio venezolano donde llega el periódico y que la frontera termina hasta donde llega el conocimiento transmitido en él, para informar que somos diferentes individual y colectivamente, y que a golpes y porrazos de la noche a la mañana no se puede pretender hacer que todos nos comportemos igual.

En todo este planeta Tierra hay líderes para establecer la doctrina políticas conocidas para el manejo de sus estados y población, en los que destacan el capitalismo y el socialismo con sus diferentes variaciones en su aplicación, y en ese punto me hago algunas preguntas como la existencia del estado capitalista y el pueblo socialista, el capitalismo social, el pueblo socialista y el estado socialista, en donde se ubican las cooperativas, las compañías anónimas y otras formas de organización para producir bienes y servicios en esos conceptos de capitalismo y socialismo, para llegar a lo que hoy veo y leo en Venezuela, en donde no hay ninguna organización política que se manifieste abiertamente con lo que podría llamarse democracia capitalista.

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Hecho este pequeño análisis entiendo que ningún gobernante podrá transmitir a toda Venezuela su forma de vivir, administrar y comportarse en la mima forma, que tiene que respetar al indio del Amazonas, al apureño, al deltano, al de Bolívar y al de otras partes del país que ancestralmente unos comen mañoco, otros cumache, otros catara, otros casabe, otros bachacos, otros gusanos, y la inmensa mayoría no depende de lo que hoy es escaso en los supermercados de las grandes ciudades de Venezuela.

Como esto es así, en estas reflexiones propongo elegir dos presidentes: uno para que le hable a la población indígena, que en su mayoría no recibe ese producto interno bruto, que nuestros gobernantes afirman que ha tenido un crecimiento anual como consecuencia del aumento del precio del petróleo; y otro para esta inmensa población no indígena que espera que ese dinero ingresado de lo que se llama renta petrolera sirva para que el pueblo aprenda a producir lo que necesita de tal manera de garantizar el guayuco indígena, puesto que, se nos esta cayendo en forma acelerada el guayuco petrolero.

Espacio geográfico en mi país hay de sobra, gente con deseo de trabajar y producir bienes y servicios, existe siempre que los gobernantes garanticen rentabilidad por esfuerzo y para ello también existen los bolívares en los bancos y en la población, pero si esto no sucede obligatoriamente permanecerán dependiendo de la convertibilidad del dólar por bolívar como negocio productivo sin miramiento de donde se producen las cosas que garantizan la satisfacción de las necesidades básicas de los venezolanos llámense casabe, papel sanitario, maíz, o atún.

En estas reflexiones en positivo tengo que afirmar lo que le oí a un indio guajiro con título universitario: «Nosotros los guajiros no somos ni venezolanos ni colombianos, somos guajiros, no pretendan los gobiernos de Venezuela y Colombia ponernos a producir arroz en estos cujisales, nosotros hemos vivido toda la vida del contrabando y el pillaje y siempre buscaremos la forma de hacerlo para vivir».

Este mensaje va como dedal al dedo cuando se están imponiendo controles en las fronteras del Zulia para esa población y la pregunta sería: ¿Qué pasaba cuando era lo contrario: los guajiros bachaqueaban de Colombia a Venezuela? Esto sólo se logra produciendo en mi país lo que necesitamos y lo que necesitan otros países en forma permanente que siempre será: desayuno, almuerzo y cena.

Unidos todos por la producción nacional.

[email protected]
@JGmendozabargto

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