Por la puerta del sol – Los novelistas y la dictadura (5)

-

- Publicidad -

“La enredadera no llega más arriba de los árboles que la sostienen” (Descartes)
La frase que encabeza este tema es una crítica a los pueblos que permiten el ascenso al poder de hombres perversos, cuyo macabro sueño es el de imponer solo su voluntad, sin pensar que el pueblo tiene el poder de quitarlo como se quita la mala yerba o del árbol una enredadera que no sirve porque está seca e inútil.

“El señor presidente” de Miguel Ángel Asturias, sin lugar a dudas es uno de los libros que ocupa destacadísimo puesto en la novela latinoamericana, por su estilo encantador su escritura, sus ancianas construcciones, la excelente manera como describe a sus personajes y aborda sin miramientos la realidad de los pueblos latinoamericanos, historia que elabora a través de una figura clave en el escenario, definiendo igualmente lo que es el conjunto nacional. La larga dictadura del guatemalteco Estrada Cabrera es historia a la que se aboca el autor en el descarnado análisis que hace de lo que es un poder altamente corrupto, ejercido a través de brutal represión. Asturias condena en su libro a Estrada e incita a condenarlo; el autor orientó su inspiración hacia la resistencia férrea y sufrimiento de los campesinos, su narrativa retrata la ignominia de la colonia, sufrida hoy por los pueblos del siglo XXI que han caído en manos de la tiranía.

- Publicidad -

La hojarasca, de García Márquez, lo llevó a escribir La mala hora, novela de protesta escrita por este genio de las letras latinas.
Alejo Carpentier y García Márquez operan en sus novelas con un protagonista sucinto, compilado de todo lo que ocurre fuera. En El Recurso del Método y El Otoño del Patriarca se encuentran los rasgos de una sociedad bajo regímenes dictatoriales y la represión como el centro en el que se desarrollan las dos novelas. Allí podemos ver la manera de cómo nuestros países han ido pasando por democracias y macabras dictaduras. Los dos ejercen la desintegración del personaje que de aparente salvador pasa a la de cruel verdugo. Es un esfuerzo de los autores por volver a escribir la historia de cuando los dictadores se creyeron dioses, olvidando el límite de sus pies de barro, convertidos al final del corto periodo de vida en polvo y cenizas.

García Márquez y Miguel Otero Silva se empaparon bien acerca de la historia y padecimiento de los pueblos olvidados de Macondo en Cien años de soledad y de Ortiz en Casas muertas. Allí tenemos dos grandes referencias de lo que es la vida de estas poblaciones y más aún se aprecian mejor las dos obras, cuando hemos estado allí, conocemos aquellos parajes y la historia de los pueblos abandonados a su triste suerte por gobiernos irresponsables e incapaces; son pueblos en los que también se sueña, se ama, se espera, hay anécdotas, brujos, gente buena y vivencias que alimentan la escritura de los novelistas.

Las obras de García Márquez son un entretejer de estas vivencias en diversos escenarios y sucesos que emplea, produciendo en ellas un íntimo vínculo. En “la mala hora” son las emociones internas las que desatan en un pueblo lamentables sucesos. Caro pagan los pueblos el precio, cuando no asumen su responsabilidad de luchar contra la corrupción política y la miseria en la que viven. García Márquez apostilla en sus novelas las acciones de ciertos dictadores como ficción, pero que son realidad.

- Publicidad -

La soledad y abandono de los pueblos llevó a García M. a buscar pistas en los registros del pasado y en los suyos propios, para escribir su magna obra Cien años de soledad.
Final próximo sábado.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

#PulsoEmpresarial América Latina y el Caribe busca potenciar su influencia global con una marca regional

CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe- pretende generar nuevas oportunidades para los países de la región mediante una mayor proyección internacional que atraiga inversión, cooperación y turismo, entre otros.
- Publicidad -
- Publicidad -