Aquí pagan los platos rotos quienes ni siquiera tienen vajilla. Y a veces ni qué comer. Y esos son los más difíciles de convencer para que dejen de endiosar a Esteban.
Les invito a que seamos menos envidiosos pues la envidia lo que hace es engrandecer los logros de los demás. La envidia hace, igualmente, más evidente nuestras carencias.
El Pran y Pa’l Cartel de la ahora quinta república, reemplaza el otrora Plan y Pa’l Cuartel de la cuarta. Me quedo con éste último por lo menos dañino.
Ojalá y la fórmula para uno unirse como venezolano la hubiese brindado, no Maldonado, sino un Pastor no parcializado.
Dime cómo te comportas cuando nadie TV y te diré quién eres.
“Los hombres sabios hablan porque tienen algo que decir. Los tontos porque tienen que decir algo”. Esto lo dijo Platón, que no fue ningún plato de segunda mesa.
Si quieres que el tiempo pase rapidito -como entierro de pobre- te recomiendo que te ocupes en algo que realmente te agrade. “Busca un empleo que te agrade y jamás tendrás que trabajar”, era uno de los lemas de Confucio.
Yo sé que este país está patas pa’rriba pero debemos hacer esfuerzos por voltearle las patas soñándolo en donde otros tienen pesadillas.
Por cierto, hablando de sueños, yo antes roncaba (ahora no, ahora gruño) y para que mis ronquidos no me despertaran, solventaba el problema cambiándome de cuarto.
Todo el mundo piensa que adulterio es serle infiel al cónyuge (o a la cónyuge, para complacer a la Carta Magna) y no es que no lo sea, pero en principio, el término viene de adulterar, de faltar a la ley.
Me embarga la tristeza al ver que un presidente haya llegado a tan alto cargo siendo emocionalmente analfabeta y con una inteligencia de segunda mano.
Yo tenía un tío, asiduo visitante a mi casa, con una gran inclinación a la bebida. Recuerdo que casi siempre llegaba, como dicen por ahí, con una “arrea pollos”. De pequeño, de tanto verlo así, me costó un mundo aprender a dar mis primeros pasos sin “trazzzztabillar”. De esta experiencia podría yo explicar mi habilidad para levantarme cada vez que la vida me tumba de platanazo.
En Venezuela es saludable que haya más de un partido político siempre y cuando no olvidemos que somos un solo país.
Es verdad que las palabras se las lleva el viento pero a veces es necesario la excepción de la regla. No sólo de pan vive el hombre.
De los cientos de temores que se le atraviesan a uno en la vida, apenas unos cuantos se materializan, demostrando con ello que más era la bulla que la cabuya.
Crean Farmapatria, me imagino que para competir con la otra Farma que vende de todo. Una sana competencia siempre será saludable.
Era el momento de hacer una lectura con tres de mis alumnitos de 2do grado en mi clase de inglés como segunda lengua en Minnesota. La lectura hablaría sobre un granjero y su granja. Para animar a mis niños les pregunté si alguna vez habían visitado una granja. Gina, una de las más espontáneas, levantó su mano y me dijo: ”Mr. Ramón, yo siempre visito en vacaciones la granja de mi abuelito en Micoachán (la niña se refería a Michoacán en México). Y mi abuelito es muy bueno. El me compró una vaca y me la tiene allá”. “¿Y cuántos años tiene tu abuelito, Gina”?, le pregunté. “El ya está viejito, Mr. Ramón. El tiene 50 años”. “Pero sabes qué, Mr Ramón, él todavía puede! Ha-blar y ca-mi-nar! Al verle las “malas intenciones” de preguntarme por mi edad, le salí al paso y le dije: ”Ginita, por el amor de Dios, a mí no me estés preguntando por mi edad”. !Plop!
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