Reflexión – ¿Democracia?

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Dios no quiere que sus hijos, aquellos quienes abrazan su Evangelio y guardan la esperanza de habitar una tierra nueva, se involucren en contiendas políticas. Nunca quiso y no quiere, que se conviertan en abanderados de una lucha social que siempre degenera en violencia y muerte. Dios sabía y sabe muy bien, que somatizar físicamente el rechazo a un gobierno invocando justicia humana es muy fácil. Y eso nos apartaría del Camino de salvar almas del pecado. Es por ello, que nuestro Señor Jesucristo, el gran Yo Soy humanado por amor al hombre, lo deja bien claro en los evangelios y nos insta a amar a nuestros enemigos y tener paz con ellos. Cuando el Señor quiere mostrarnos la gran responsabilidad que tenemos de sacar las almas del camino de perdición nos compara con la sal de la tierra. Y agrega. “Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros”. Mar 9:50.
Hoy 23 de enero se cumple una fecha más del llamado nacimiento de la Democracia en nuestro país. Y seguramente las expresiones públicas de júbilo y las celebraciones por parte del Estado no se harán esperar. Pero estamos asistiendo a la era de las metamorfosis políticas. Los gobiernos democráticos están mutando a gobiernos constitucionalmente totalitarios y los ciudadanos hemos tenido que adaptarnos. Ponernos en manos de Dios y seguir adelante esperando las cosas puedan tomar su rumbo “lógico” en un futuro cercano. Por su parte, los cristianos, cuya única regla de fe es la santa Biblia, debemos tener mucho cuidado no poner por delante posiciones viscerales que no van con el Evangelio de Salvación de nuestro Señor Jesucristo
En el libro de Romanos el Señor nos alienta. “Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”Rom.10:15. Y en el cap.12:16-19 es contundente. “No seáis sabios en vuestra propia opinión.
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”. Obviamente en un planeta y un país que ha sido tomado por Satanás, el cristiano está tentado a salirse de sus “casillas”, pero el llamado de Dios es muy claro. “En un mundo cuyo príncipe es Satanás, los soldados de Cristo no deben esperar que todo sea paz; pero el cristiano debe vigilar para que cuando se altere la paz no sea por culpa suya” Comentario Bíblico Adventista. ¿Cómo les parece?
No tenemos facultad para interpretar la Palabra de Dios por cuanto ella se interpreta a sí misma. Creer lo contrario sería peligroso, estaríamos poniendo nuestro criterio, nuestro yo, por encima de Dios. Cuando en el libro de Daniel leemos la extraordinaria sentencia acerca del Altísimo. “El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos”Dan.2:21. Es un evento que se desarrolla a lo largo de toda la historia de la humanidad. Y surge una pregunta. ¿Por qué el Salvador nace durante el gobierno más atroz que haya conocido la antigüedad? Se necesitaba la “Paz Romana” para la difusión del Evangelio por todo el mundo. Y se cumplió. ¿Por qué Dios permite los pueblos sufran situaciones difíciles con los malos gobiernos? Queda para nuestro discernimiento. ¡Hasta el martes Dios mediante! Próximo artículo: “El peor enemigo”.

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