PARTE I
La historia de los gobernantes que sufrieron enfermedades y murieron de ellas es muy triste. En primer lugar, porque son seres humanos y obviamente sufren en carne propia el dolor físico y mental y su familia también. Y el temor de morir, con toda seguridad, abate sus corazones. Pero cuidado, si tenemos diferencias de fondo con ellos no debemos alegrarnos, por cuanto es pecado a los ojos de Dios, aún, cuando para nosotros hayan sido malos. Es mejor dejar las cosas en manos del Todopoderoso. En segundo lugar, si antes de contraer la enfermedad, el gobernante ha conocido de Dios y arrobado por el poder y el dinero deja su relación cercana con EL y decide seguir consejos en acudir y consultar fuerzas extrañas. Entonces, la situación se pone más crítica, por cuanto nunca encontrarán verdadera salud, igual morirán y perderán la Vida Eterna. ¡Y eso, si es lamentable!
El caso del rey Ocozías es propicio comentarlo hoy. El objetivo no es otro, sino saber y aprender de Dios lo que necesitamos para nuestras vidas. Y es un caso, que no solo se aplica a los gobernantes, sino a todo hombre que habita en este planeta. Ocozías fue rey de Israel y había presenciado las obras prodigiosas de Dios en medio de su pueblo. Pero le pasó como a muchos gobernantes, desde niños se les enseña la existencia de Dios. Seguramente en las rodillas de sus madres. Pero, cuando son adultos, las doctrinas filosóficas suplantan la sabiduría divina desembocando en el paganismo. Vuelcan sus afectos en ídolos y fuerzas extrañas al Evangelio de Salvación.
Ocozias enfermó. Y en vez de consultar al profeta de Dios, Elías, respetuoso de la Palabra divina. Mandó a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón. “Y Ocozías se cayó por la celosía del aposento alto que tenía en Samaria, y se enfermó. Y envió mensajeros, a los que dijo: Id, consultad a Baal-zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad” 2Rey.1:2. Esta es la misma conducta de muchos que han crecido en un ambiente religioso cercano al Dios de la Biblia. Incluyendo gobernantes de turno. Pero se dejan influenciar por las fuerzas del mal y tranquilamente se apartan de la Verdad. Y Dios no tolera esas infidelidades, por cuanto ÉL, es el dador de todo lo que tenemos y eso incluye el poder que detenta el gobernante. «Y le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su palabra? No te levantarás, por tanto, del lecho en que estás, sino que de cierto morirás. «2Rey.1:16 ¿Cómo les parece? !Dios permite o quita la enfermedad! Es autonomía divina.
“Hoy los misterios del culto pagano han sido reemplazados por reuniones y sesiones secretas, por las oscuridades y los prodigios de los mediums espiritistas. Las revelaciones de estos mediums son recibidas con avidez por miles que se niegan a aceptar la luz comunicada por la palabra de Dios … Ocozías, el rey de Israel, al apartarse de Dios para solicitar ayuda al peor enemigo de su pueblo, proclamó a los paganos que tenía más confianza en sus ídolos que en el Dios del cielo. …. No podemos quebrantar con impunidad una sola barrera que Dios haya erigido para proteger a su pueblo del poder de Satanás” Yo agregaría, “sin sufrir las trágicas consecuencias” Libro Profetas y Reyes. Elena de White. ¡Hasta el martes, Dios mediante!. Próximo título «Enfermedad de los gobernantes» PARTE II
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