Reflexión — Las iglesias cristianas y las comunidades

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Salir a defender a ultranza las actividades de evangelización pública de algunas iglesias cristianas o evangélicas, en urbanizaciones o barriadas, no es muy conveniente. A pesar, que nuestro objetivo es llevar el mensaje de Arrepentimiento, Esperanza, Salvación y Vida Eterna a toda persona, no nos atrevemos a salir en defensa a ojos cerrados estas actividades, por cuanto han hecho méritos para recibir el rechazo de ciertas comunidades.

Somos testigos sufridos, de la forma como, en ocasiones, trancan las vías principales de acceso a populosos sectores. Durante días colocan un aparato de sonido con altísimos decibeles que perturban la tranquilidad de las personas. Llenan el ambiente de ruidos molestos. Vallenatos, merengues, salsa y lo peor, reggaetón “cristiano” que puede volver loco a cualquiera. Los predicadores gritan, bailan y realizan “curaciones”, en medio de actos, que más bien causan miedo, todo, en el nombre de Dios, sin percatarse, que si bien es cierto, reúnen alguna cantidad de adeptos que les ve y escucha, perturban sobremanera la paz y la tranquilidad de muchísimos vecinos, que llegan a sus hogares esperanzados en descansar. El Señor recomienda. “Pero hágase todo decentemente y con orden.”1Cor.14:40
Obvian, que deben tener sus casas, locales o templos, acondicionados, donde pueden llevar sus campañas evangelizadoras, sin perturbar la tranquilidad de los demás. Han hecho de los gritos y la exagerada elocuencia, un instrumento evangelizador, sin entender que por más algarabía que se haga, no van a forzar al Espíritu Santo para que obre en el corazón de las personas. Les confieso, no he conseguido ni un solo versículo en La Biblia, donde El Señor Jesús o los apóstoles, tumben a la gente “dándoles” el Espíritu Santo. Este, es dado solo por Dios y a quienes obedecen su Palabra. «Y también el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen».Hech.5:32
Sin embargo, una iglesia cristiana, que presente la predicación del evangelio por testimonio, en sus comunidades. Que lo haga con orden y sobre todo con espíritu de servicio. Amor, respeto y consideración por los no creyentes, es una bendición para la misma. Pero hay que estar claro, siempre, la presentación del mensaje de Salvación va a encontrar detractores. Una prueba fehaciente es la crucifixión de nuestro Señor Jesucristo y la muerte trágica de los apóstoles, quienes fueron rechazados por los mismos miembros de su religión.
Les cuento. Luis, es un próspero comerciante amigo que visita regularmente nuestro templo. La Iglesia Adventista La Concordia. Ubicada en la urbanización del mismo nombre. Allí, la iglesia tiene 25 años funcionando. Por lo cual hemos hecho muchos amigos. Sin embargo, hay algunos que no nos ven bien. Eso es normal en toda comunidad, por la lógica diversidad de caracteres. Pero somos pacientes, benignos y tolerantes, por cuanto necesitamos presentar con urgencia el mensaje de Salvación.
Narra nuestro invitado, que una tarde llegando a su casa en su camioneta con su hijo, en el centro de la ciudad. Al bajarse para abrir el portón, divisa por el espejo retrovisor dos jovencitos que se acercan con premura. Entonces le dice a su hijo “no te muevas que nos van a atracar”. Efectivamente, los jóvenes maleantes, le colocaron una pistola a cada uno en la cabeza y le dicen que entregue las llaves de la camioneta y los celulares.
No contento con ello, el líder de la fechoría le ordena a Luis, “saca el armamento que tienes debajo del asiento o te mato”. Mi amigo Luis, con mucho cuidado, lentamente, mete la mano debajo del asiento, saca su Biblia y le dice: “mira hijo, este es mi armamento”. Como tocado por un rayo, el peligroso mozalbete, le devolvió la llave del vehículo y dijo a su compañero, “vámonos, entrégale el celular, este tipo es varón de Dios” y se marcharon. ¿Qué les parece?
Créalo o no, es el milagro que en cualquier momento o lugar. A cualquier hora o circunstancia puede hacer Dios en la vida de quienes le buscan sinceramente. Bendición que recibe toda persona donde se congreguen los hijos de Dios. Hoy, alabamos al Señor, al poder convivir con personas inteligentes en esta hermosa urbanización, quienes a pesar, de no pertenecer a nuestra congregación, nos aceptan y compartimos proyectos que benefician la comunidad. Saludamos con respeto, a todos los vecinos. Especialmente a los de la vereda 1 y la calle 1, por su trabajo comunitario. A Milagros Rodríguez, Laura Kempis, Cecilia Camacho, Orlando Kempis, Víctor Anzola, Justino Garrido, La Nena Arrieche, Prof. Armando Prado, Blanca Soto y Vilma Falcón. ¡El Señor les bendiga! !Hasta el martes, Dios mediante! Próximo título: “5 de Julio” “La esencia de la mujer es el fruto de su vientre. Su espíritu maternal proviene de Dios. La más grande creación de Dios son la madres.” Euclides Páez.

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