“El término RESISTENCIA proviene del latín resistentĭa y es entendida como la acción o capacidad de aguantar, tolerar u oponerse a algo o a alguien” Wikipedia. Obviamente este es un tema que por necesidad se ha colocado en la palestra de las opiniones a lo largo y ancho de nuestro país. A veces, como padres, cabezas de familia. Como profesores e incluso como individuos con cierto liderazgo en el entorno social donde nos movemos, teniendo a cargo personas, cuando se nos “embochincha” el ambiente, cuando encontramos resistencia a nuestros planteamientos es muy fácil culpar a los demás. Endilgarles culpas de manera conclusiva a ellos, sin tomar en cuenta, hasta donde, nosotros mismos como coordinadores responsables de grupos, somos los culpables. Bien sea por descuido, por subestimar a los demás. O, por soberbia, autosuficiencia, arrogancia y prepotencia innata o nacida en funciones de liderazgo. Lo más lamentable de esto, es que si no rectificamos, seguro, la resistencia continuará.
Sin embargo, no podemos negar que muchas veces puede haber resistencia sin justificación alguna, pero cuando la inmensa mayoría lo reclama, lo exige, lo anhela, es para reflexionar y cambiar, por cuanto algo grave está sucediendo. Con toda seguridad una evaluación sincera nos llevaría a descubrir donde estamos fallando y eso puede ayudarnos a conseguir las soluciones consensuadas para evitar choques innecesarios o divisiones peligrosas.
Vamos a estar muy claros en esto, resistencia siempre la habrá. Hoy, para la inmensa mayoría del país estará justificado, pero cuando haya un cambio, que lo habrá, en la correlación de las fuerzas políticas de la nación, la resistencia vendrá de otra parte, por cuanto los distintos liderazgos, vengan de donde vengan, siempre impondrán tendencias personalistas. Es el yo, el individualismo, el que priva a la hora de tomar decisiones y para quienes detentan o asumirán al poder, no existe la posibilidad de ceder, pese a que las propuestas contrarias puedan ser mejores. Eso queda claro porque Dios lo ha dicho “Y el SEÑOR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal” Gen. 6:5
Ahora, la peor resistencia que Ud. pueda hacer es a las propuestas que le vienen del infalible. De nuestro Señor Dios Todopoderoso a través de las SAGRADAS ESCRITURAS. Y es que Dios diariamente nos hace un llamado, al cual, si Ud. se resiste, estará caminando por la orilla del precipicio. Por ejemplo, ÉL nos dice. “Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas”Mat.7:12. O esta, “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”. Efe.4:32. ¿Cómo les parece?
Cuando Pedro, indignado por la injusticia de llevarse preso a Jesús para crucificarle, saca la espada y agrede al siervo del sumo sacerdote cortándole la oreja, Jesús le dice y nos dice hoy también. «Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere”Mat.6:22. Estos textos no necesitan interpretación humana. Son simples recomendaciones que DIOS hace a sus hijos para preservarlos para la Salvación. Pero somos nosotros quienes debemos tomar la decisión adecuada. Y no ofrecer resistencia a ellas. Al final nos advierte “…todo lo que el hombre siembre, eso también segará”Gal.6:7. ¡Hasta el martes Dios mediante! Próximo ARTÍCULO “RESILIENCIA”
