Reflexiones en Positivo – Leyendo la Tercera Ola…

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Quien ha tenido la oportunidad de leer el libro de la Tercera Ola, de Alvin Toffler, sabe que no se puede ubicar los problemas políticos y económicos en el socialismo ni en el capitalismo, que el desarrollo de la humanidad ha sido un hecho natural en el que el hombre a través de su desarrollo vivencial se ha hecho familia, se ha hecho chaman, se ha organizado para dirigir, ha inventado producir para lograr su mantenimiento personal, familiar y colectivo en general. Esa Primera Ola de producir para su familia y entorno, tal vez hoy en el mundo subsiste en algunas partes política y económicamente, es aceptable y se sabe el quién y el dónde.

Esta Reflexión viene al caso de este país que llaman Venezuela y que los habitantes que se llaman venezolanos y extranjeros pero, que unidos en ese mismo territorio porque vivimos en él, tenemos que llamarnos indios venezolanos ¿y por qué indios venezolanos?; simple y llanamente la respuesta no es otra que en los últimos tiempos nos enseñaron a reclamar derechos y al incumplimiento de nuestros deberes; nos dijeron que somos un país rico, que tenemos derechos en los que el gobernante de turno nos debe garantizar educación, salud, vivienda, seguridad, justicia, servicios públicos eficientes; mas no nos educaron para algo muy importante que significa el de dónde viene y el con qué pagar todo esto. Somos tan cínicos cuando respondemos y para que hay riquezas mineras, es decir, depender de equis cantidad de personas que se ocupen de producir para todos. Esa Primera Ola no ha desaparecido y la Segunda Ola tiende a desaparecer, pero no para pasar a la Tercera Ola, por el contrario es para devolvernos a la Primera Ola, sin mas explicación que no sea de tipo político que hoy no cabe ubicarse en capitalismo o socialismo.

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En alguna parte leí una doctrina política ubicándome en la socialdemocracia y es ahí que a partir de 1961 nos empeñamos en hacer una Venezuela socialdemócrata, partiendo de aquello: “se respetará la propiedad privada siempre y cuando no la necesite el Estado por utilidad publica e interés social”; y son muchas las interrogantes que quedaron por fuera, no se definió el alcance o límites de la propiedad publica y privada, no se establecieron parámetros que permitan ubicar al individuo o persona natural como propiedad privada o pública y hoy se puede afirmar que pasamos de una Constitución socialdemócrata a una Constitución nacionalsocialista, en la que el Estado es dueño de todo, donde los gobernantes asumen el concepto de ser los dueños del Estado.
No es extraño oír a un gobernante expresarse diciendo: Vamos a recoger a todos los individuos desamparados o enfermos de la calle, colócales el nombre de hijos expósitos, envíelos a los hospitales, centros de educación, centro de salud y hagan lo que quieran con ellos, bajo la premisa de por utilidad pública e interés social. Es duro decirlo y no es nuevo en el comportamiento histórico de gobernantes del mundo pero cuando se dispone arbitrariamente de la libertad individual de los ciudadanos con simples manifestaciones como: privarlos del derecho a la salud, del derecho a su personalidad (raparle el cabello), maltratarlos físicamente y quitarle el derecho a la vida, no queda otro calificativo que no sea el vivir en un ambiente que no ha llevado a superar el ambiente salvaje de antes de la Primera Ola. Esto es muy importante el darle contenido a una carta magna para justificar lo inaceptable en cualquier Ola que viva la humanidad, no es otra cosa que justificar etapas superadas cientos de años atrás y que no podrán ser implementadas en esa Tercera Ola que comenzó en lo político, económico y social en la década del ochenta.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país……
José Gerardo Mendoza Durán
[email protected]
@JGMendozabargto

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