Ventana abierta – Desnutrición, hambre y sed

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Para recordar: “He aquí vienen días, dice el Señor Jehová, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír palabra de Jehová”. (Amós 8:11).

Una noticia escrita en el diario EL IMPULSO, el 19/01/18, p.A4,nos dejó estupefactos. Por supuesto, está hablando de Venezuela.Aunque la información tiene varios días,no está fuera de contexto, a pesar que el tiempo dispuesto para hablar, promover la alimentación en nuestro país, se celebra cada 18 de noviembre y el día de la nutrición mundial, es el 28 de mayo.
Cuando el precio de los alimentos, en algunas ferias de esta ciudad, sobrepasan de 20 a 30.000 bolívares por cada kilo; cuando un kilogramo de arroz, pasta, o algún grano ya alcanzancasi los 200.000 bolívares,consideramos que no es nada amarillistatal noticia, cuando se dice:“Los más pequeños de la casa se han vuelto el blanco de la crisis alimentaria y de medicinas”. Según Cáritas de Venezuela, estiman que:“280 mil niños podrían morir a causa de la desnutrición”.
Estareseña,recogida por Martínez, Sammy P., era para que los gobernantes de este país permitieran la ayuda humanitaria.Por ello, con mucho respeto decimos a quienes dirigen esta nación: Por cada niño o adulto que muere, tendrán que dar cuenta ante los tribunales celestiales por el rechazo de la ayuda mundial que se necesita con urgencia. En tal sentido, en Mateo 25: 36, 40,41, palabras más o palabras menos,dice: Le distes de comer a estos pequeñitos (niños y adultos,) a mí lo hicisteis…de lo contrario apartaos para el fuego preparado para el diablo y sus ángeles.
Y si no quieren entender nuestras autoridades, pudiéramos pensar que ninguno de los funcionarios, desde el que tiene el más alto rango, no han pasado ni siquiera una hora en algún hospital, especialmente una institución pediátrica.
Por ejemplo:En el Hospital Universitario “Dr. Agustín Zubillaga” de Barquisimeto, cada día los médicos libran batallas para salvarle la vida a niñitos que llegan con cuadros de desnutrición muy avanzados; tristemente se siente dolor en el cielo y la tierra, cuando Dios “autoriza” bajar el “switch interruptor” de la vida a inocentes criaturas, que ni el Señor, ni los médicos tienen la culpa,al estado en que hemos llegado. (Ver Job: 34:10: Ezequiel 18:32).
¿Dónde se consiguen las leches formuladas para niños? Y si alguno la encuentra ¿cuánto le cuesta? Es el motivo por lo cual hay madres que no tienen alimentos ni para ellas mismas, menos para producir y darle leche materna sus niños; por ello, hay madres dándole leche completa, leche de cabra, solo agua, o alguna bebida que representa un “veneno” o un peligro que le causaría la muerte a sus propios hijos.
Por lo que está pasando en Venezuela, podemos entender un poco mejor cuandonuestro título señala, que Dios nos enviará hambre y sed de oír su Palabra, y por lo que sucede en nuestro país, podemos comprender bien el símil ¿Habrá hambre de conocer y/o entender la Biblia?
Jesús nos ordenó: “Id y predicad…” (Mateo 28:19). Tenemos un mandato, dado por Dios (Cristo), para tratar de darles el “pan” espiritual a quienes podamos; debemos hacer algo para que comprendan la Santa Escritura. Nunca para torcer, cambiar, adaptar la Biblia,ayudando a formar hombres con sólido conocimiento de Dios, mientras colocamos a Cristo como el fundamento de la iglesia y de nuestra vida (Efesios 4:13-15), solo así entenderemos la situación de desnutrición, hambre y sed que vivimos.

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