¡Cuidado!: Lo natural también puede ser nocivo

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“Un te de esta matica es bueno para calmar los nervios”, “mastica los palitos del árbol que está en el patio de la abuela, eso sirve para esa tos que no se quita”, “Para los gases tome infusión de estas semillas”, así y más son las recomendaciones que han pasado por siglos de generación en generación, pero ¿existe base científica para estos remedios caseros?

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En la actualidad existe una tendencia denominada fitofármacos, que son medicinas hechas a base de un activo natural, bien sea plantas, semillas, cortezas de árboles y otras, pero elaborados bajo un estricto análisis, procedimientos científicos que incluyen pruebas en animales, para conocer sus propiedades y efectos colaterales.

Al momento de escoger tomar un producto hecho a base de plantas, extractos de cortezas o flores, se debe tomar en cuenta quien lo produce, así como la permisología sanitaria, porque aunque muchos piensen que lo “natural” no hace daño, están equivocados, porque algunos pueden ser tóxicos y provocar consecuencias adversas en el organismo.

Así lo explicó el médico farmacólogo clínico Luis Redondo, quien vino desde Barcelona, España, al taller para periodistas “Fitofármacos, extractos estandarizados de plantas que generan salud”, que se realizó en la ciudad de Caracas, bajo la organización de FitoLeti.

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En décadas pasadas se conocía que ciertas plantas tenían algún tipo de beneficio para la salud según rezaba la tradición popular, sin embargo, debido a los estudios científicos ahora se conoce por qué cierta planta favorece la curación de ciertas enfermedades.

“Ya dejó de ser un fraile que se metía en una cámara oscura con unas plantitas y un mortero para machacarlas mientras rezaba y salían volando tenebrosos murciélago”, recalcó Redondo.

Agregó que ahora son fármacos reales que son estudiados con las mismas técnicas utilizadas para los de síntesis.

“En la actualidad conocemos las sustancias que están dentro de la planta y son responsables del efecto terapéutica, conocemos su farmacodinamia, es decir, su mecanismo de acción, la toxicología y más”, explicó Redondo.

Alternativa terapéutica

El farmacólogo español, Luis Redondo, quien se ha dedicado al desarrollo y la investigación principalmente de fitofármacos, indicó que estos medicamentos pueden servir como curación para algunas patologías y mejorías en otras.

“Por ejemplo, para el cáncer existe fitofármacos, que no sustituyen a las quimioterapias, pero pueden aliviar los efectos de estas drogas antineoplásicas, como también evitar que el tumor crezca o llegue a metástasis”, dijo Redondo.

Alertó que para una infección no pueden ser reemplazados los antibióticos, pero los fitofármacos podrían ser utilizados en combinación para mejorar los síntomas.

“Ahora bien, para enfermedades crónicas (incurables) como la artrosis (reumatismos) se pueden recetar medicamentos de origen vegetal, con el objetivo de mejorar la calidad de vida del paciente y evitar que tome gran cantidad de fármacos sintéticos que por la prolongación del tratamiento puede generar daños colaterales”, explicó Redondo.

Señaló que en patologías femeninas como la menopausia o trastornos premenstruales pueden ser útiles los medicamentos de origen vegetal.

Luis Redondo también mencionó que puede servir para condiciones como estreñimiento crónico, para el cual se pueden tomar un complemento que contenga fibra, al menos 20 a 40 gramos por día.

“Son trastornos livianos pero nadie está dispuesto a sufrir, porque las mujeres llegan a la consulta porque sienten sofoco, están más nerviosas que de costumbre, y al insistir el médico le receta hormonas, sin embargo, existen los fitoesteroides, que tienen una acción excelente para tratar estas molestias de las mujeres, y no son hormonas, sino otra alternativa”, indicó el médico farmacólogo.

Dejó de ser empírico

Luis Redondo entiende la resistencia de algunos médicos de recetar los fitofármacos, porque durante muchos años se vendieron sin conocer sus verdaderos beneficios, pero los más jóvenes han aprendido que deben observar si en realidad el medicamento conllevó una investigación científica comprobada que validara el efecto prometido.

“Se calcula que hay 350 mil especies vegetales conocidas, no llegamos ni al 25% registradas y apenas de un 10% conocemos sus beneficios terapéuticos”, aclaró Redondo.

Recalcó que aunque los medicamentos naturales traen la posología recomendada en la caja, lo ideal es que sea recetada por un médico previo diagnóstico certero de la enfermedad.

 

Legislación venezolana

Mery Ramírez, directora de asuntos regulatorios de laboratorios Leti Consumo, mencionó que la legislación para entregar el permiso sanitario a los fitofármacos es igual que para las drogas de síntesis.

“Se deben consignar todas las evidencias clínicas, farmacológicas, así como los análisis y metodología utilizada en la elaboración del medicamento y los trabajos clínicos, que han debido ser publicados en revistas científicas reconocidas. Deben tener la posología y dosis exacta que transferiremos a la etiqueta, entre otros documentos específicos”, señaló Ramírez.

Explicó que se debe especificar la planta botánica, con la investigación que corrobore la concentración, cantidad e indicación del producto, leyendas legales y la responsabilidad del fabricante.

No se producen en Venezuela

Por su parte, Mercedes De Marquis, pediatra, recalcó que los productos a base de plantas deben contar con todas las exigencias legales, tener estudios de mecanismos de acción así como sus efectos colaterales, igual que un producto sintético.

“En Venezuela no se cosechan plantas para la elaboración de fitofármacos, para ello se debe seleccionar el suelo acorde a la mata a sembrar, tomar en cuenta las condiciones geográficas, que crezcan sin la utilización de insecticidas ni fertilizantes, ser recolectados a una hora específica del día, con medidas especiales como la utilización de tapabocas”, detalló Ramírez.

No es simplemente sembrar una planta y luego procesarla para el consumo humano, sino que debe contar con un proceso escrito, patentado y estandarizado, de manera que siempre el producto tenga la cantidad precisa de la cosecha, en cada una de las cápsulas, pastillas, polvo, jarabe o cualquier otra forma de presentación farmacológica.

“Por ejemplo, tenemos el extracto de la corteza de cierto árbol, cuya bondad medicinal sólo la tiene cultivada en unas condiciones geográficas específicas, si se siembra en otro lugar no tendrá ningún efecto terapéutico”, explicó De Marquis.

Explicó que para los niños existen fitofármacos que contribuyen a recuperarse de enfermedades respiratorias de forma rápida; también para las mujeres adultas existen terapias que reducen los efectos de la menopausia, sobre todo en pacientes que se niegan a tomar hormonas o no pueden hacerlo por alguna contraindicación médica.

“Se pueden combinar los tratamientos con fármacos sintéticos y fitofármacos, buscando un mismo objetivo: mejorar la salud del paciente con menos efectos secundarios”, indicó De Marquis.

Por su parte, Luis Redondo recordó que en el caso de los niños es primordial evitar el uso de antibióticos de forma indiscriminada, porque cuando sean adultos ya habrán hecho resistencia bacteriana y no podrán ser curados de infecciones, por ello, los fitofármacos pueden ser valiosos para las enfermedades respiratorias y otras patologías específicas.

 

Fotos: Archivo

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