Fueron las palabras que pronunció una dama participante del maratón de Roma, cuando el periodista de ESPN la entrevistó. La verdad no sé si ganó alguna medalla o qué lugar ocupó en el recorrido, lo cierto es que su expresión me causó gran impacto.
Concluí, que lo peor que le puede suceder a alguien que emprenda una empresa personal, algún proyecto estudiantil, social, deportivo o de otro tipo, es hacerlo por simple obligación. Eso es triste, desarrolla un conflicto existencial que al poco tiempo se convierte en pesadilla. Buscar alcanzar metas anheladas y una realización propuesta, sin amor, por obligación, no tendrá sentido al final del camino. «Y todo lo que hagan, háganlo con amor». 1 Corintios 16:14
Les cuento. Una amiga muy cercana, mientras estudiaba, sus padres le inculcaban tomara la carrera de medicina, pero a ella no le gustaba. Prefería ARQUITECTURA. Era estudiante de 20 puntos y esto le favoreció para ingresar automáticamente a la carrera, para alegría de sus padres. Mantuvo su promedio y se graduó de médico sin problemas. Cuando le entregaron el título, lo puso en manos de sus padres, les dio las gracias y dijo «Mamá, papá, aquí tienen su título. Ahora, voy a estudiar ARQUITECTURA, que es lo que amo.» ¿Qué les parece?
Podemos realizar cualquier actividad de manera excelente, por obligación o por una paga. Pero no creo tenga el fundamento que la mueva. Si ello le sucede a Ud., por cuanto en lo profundo de su corazón no desea hacer lo que hace, pero le toca, déjeme decirle que la solución está al alcance de su mano. Y es gratis: La oración. Pida a Dios diariamente, fuerza, interés y sabiduría para realizar lo propuesto y el Señor obrará.»Por eso os digo: Pedid, y se os dará. Buscad, y hallaréis. Llamad, y os abrirán.»Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abren.Luc.11:9,10. Si sus propósitos son buenos, cuente, con toda seguridad, Dios lo va a mover. Tal vez de manera imperceptible. Sin darse cuenta. Pero al final hará lo propuesto con alegría y plena satisfacción. Imagínese, si Ud. lo hace con amor desde el principio, los resultados estarán garantizados. Desde lo profundo de nuestro ser digamos como el salmista «Mi carne y mi corazón desfallecen, mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre» (Sal. 73: 26).
De verdad, alabo a Dios en esta hora y por la eternidad, por haber encontrado una actividad deportiva la cual amo. Trotar y participar en los maratones organizados. Cuando arranco a realizar el entrenamiento y luego en la competencia, se me viene a la mente la frase de esta veterana corredora del maratón de Roma y la he hecho mía. !Amo trotar!. Me alienta, me fortalece y me hace feliz. Y es una recomendación para que mis amados lectores la tomen para sí. Ejemplo aprendido de esta conducta, el de mi hermano en la fe, Félix Octavio Amaro, el profesor Héctor Pérez y el Club de Corredores del Oeste. Profesionales, universitarios, amas de casas, hombres y mujeres de la tercera edad, que nos enseñan a hacer las cosas con amor. Han sido fuente de inspiración. Igual que el Centro de Vida Sana de la Clínica Adventista, donde las fisioterapistas Marlene de Borg y Judit Guédez, realizan un trabajo extraordinario donde destila eficiencia, capacidad y sobretodo amor. Otro caso de entrega y amor al trabajo, es el joven profesional Ing. Alexis Hernández, Gerente General de C.C. Sambil Barquisimeto, quien asciende a una cartera más elevada fuera del país, por su entrega responsable y honesta a su labor. Por lo cual recibe el reconocimiento de sus jefes y dirigidos.
Dios compara la carrera cristiana con los maratones. Por ello me identifico con ellos, me mueven con fuerza y me motivan. Me hacen meditar en las promesas que Dios tiene para sus hijos fieles a su palabra. Mi mente hace un paralelismo entre la actividad física y mi vida espiritual. Cuando despierto y hago mi devoción personal. Y cuando entreno o participo en una carrera, escucho su voz «Dejemos a un lado todo lo que nos estorba […] y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante». Heb. 12:1. Te quitas el mono, la franela y la gorra que te estorban, te quedas en Short, franelilla, zapatos deportivos y arrancas a correr. Igual, te quitas tradiciones, filosofías, creencias sin fundamentos bíblicos, obstáculos familiares y laborales que estorban para seguir a Cristo y a correr. !Esa es la recomendación! !Hasta el martes, Dios mediante! Próximo título: «Mayo, mes de las flores» «La existencia de la Biblia como un libro para el pueblo, es el beneficio más grande que la raza humana ha experimentado» Conde León Tolstoy. Eminente escritor ruso.
