La inflación en el sector alimentos es una realidad que las autoridades no han podido ignorar, pese a las proyecciones de crecimiento en la economía ofrecidas por el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes, quien afirmó que aun cuando la producción avanza en el campo, el consumo aumenta de forma acelerada.
En detalle, el titular del BCV señaló que para revertir esta situación es necesario optimizar las líneas de distribución de alimentos y ajustar los niveles de importación, los cuales aumentaron en 64.1% en el primer trimestre de 2012.
Al respecto, el diputado Eduardo Gómez Sigala coincidió con Merentes en que definitivamente para combatir la inflación es necesario producir más alimentos. No obstante, sin políticas económicas coherentes será imposible lograr esta meta. «El mismo Nelson Merentes, cuando fue ministro, ayudó a destruir el aparato productivo nacional con la intervención de tierras e industrias. Expropiaron tres millones de hectáreas, acabaron con las industrias, y no respetaron las leyes. Con tanta inseguridad jurídica ¿quién va a invertir en el campo?», cuestionó.
El diputado señaló que incluso las entidades financieras no otorgan créditos a los productores, por cuanto las tierras son consideradas activos en riesgo. «Sólo en el sector café podemos notar la caída de la producción y la disminución de la calidad. El Gobierno tiene el control de las torrefactoras como Fama de América o Flor de Patria, y a pesar de ello, el café escasea».
En este sentido, Gómez Sigala destacó que a pesar del fracaso de las políticas económicas establecidas, muchos funcionarios continúan apostando por los controles y las importaciones.
Según fuentes oficiales la inflación acumulada en los cuatro primeros meses de 2012 se ubicó en 4.4%, mientras la variación del mes de abril fue de 0.8% lo cual representa una desaceleración por quinto mes consecutivo.
Esta tendencia, según el ministro Jorge Giordani, se enmarca en la meta oficial de reducir la inflación anual a un 20 y 22%, tal y como lo contempla el presupuesto nacional de 2012.
Al respecto, Eduardo Gómez Sigala señala que el crecimiento económico no viene dado por al aumento del Producto Interno Bruto (PIB) sino por el incremento del gasto público. «Lo que han presentado no es un esquema sostenible, pues el gasto público sigue demandando recursos para importar y abastecer la demanda nacional. La inflación terminará consumiendo el salario de los venezolanos. El BCV está alertando a cuenta gotas el colapso de la economía. Los síntomas de crecimiento económico no son creíbles ni sostenibles».
El fracaso de Agropatria
Para lo productores agrícolas, la expropiación de Agroisleña ha sido uno de los errores más graves del Gobierno, que ha cobrado millones de bolívares por retrasos en la dotación de insumos y semillas. «Agropatria es el caso más patético de corrupción y mal manejo. La quebraron; arruinaron a la empresa y a las personas que se proveían de su apoyo e insumos».
Gómez Sigala recordó que esta organización no sólo financiaba a los pequeños y medianos productores, sino que ofrecía la materia prima y los insumos en el tiempo acordado. «Agropatria se convirtió en un elemento perturbador de la actividad agrícola. Desde la Asamblea Nacional (AN) pediremos que se investigue este tema».
El diputado destacó que el ministro Juan Carlos Loyo fue responsable de toda la corrupción y despilfarro que hundió a la empresa y a los productores que depen-dían de ella. «Nombran a Elías Jaua como nuevo ministro, y ellos han sido los responsables de aniquilar la agricultura. Una investigación va a explicar por qué la corrupción y la ineficiencia están acabando con la agricultura de este país».
El parlamentario concluyó que para revertir esta realidad será necesario un cambio de dirección en las políticas económicas con un nuevo Gobierno.
No hay papa para la industria
Uno de los casos más evidentes de la ausencia de una gerencia apropiada por parte de Agropatria, es la situación que presentan los productores de papa en el estado Lara.
El productor Javier Barrera, destacó que la realidad es crítica por cuanto no hay producción para abastecer a la industria debido al retraso en la dotación de insumos y el encarecimiento de las semillas.
En días recientes, los productores denunciaron que las importaciones afectaron la colocación de cosechas en el mercado fresco, generando cuantiosas pérdidas económicas. «Sabemos que no hay papa para la industria y es necesario importar. Sin embargo, no queremos que la papa importada invada el mercado fresco».
El productor denunció que el rubro colombiano no ha dejado el mercado nacional. «El Gobierno tiene que tomar medidas severas para poder controlar esta situación, pues por contrabando entre más papa que las importaciones».
Vale destacar que hace tres años, la producción de papa en los estados Mérida, Lara, Carabobo y Táchira, abastecía 100% de la demanda nacional en el mercado fresco y el 50% del sector industrial.
«Desafortunadamente todo cambió, pues las semillas llegan a destiempo y son de muy mala calidad».
Ante estas circunstancias, invertir en el campo no es la mejor opción de los productores por cuanto los riesgos se imponen a los beneficios. «Tenemos todas las ganas de sembrar, pero las condiciones son cada vez más difíciles».
Fotos: Archivo
