El ojo del escorpión La última vez que hablé con Pepi

En dos oportunidades fui entrevistado en su ameno programa de televisión, recuerdo que conversamos acerca del gran periodista duaqueño Kotepa Delgado. Aquel brillante hombre con fuego en el alma, que fundó medios de gran importancia histórica como Últimas Noticias y El Morrocoy Azul. El espacio se llenó de historias hermosas unidas al génesis del periodismo moderno. Pepi demostró un conocimiento enorme de las difíciles circunstancias que atravesó Kotepa para ver carburar su sueño, después de haber estado bajo el rigor carcelario en la época de Juan Vicente Gómez.      
Lo noté exultante ante la positiva respuesta que consiguió en el ánimo de los lectores, me habló de lo agradecido que estaba con el periódico centenario, por invitarlo a llevar unas reflexiones que expuso con el alma. Era como aquel hombre que abre el armario vivencial para reencontrarse con una vida ejemplar al servicio de la dignidad. Me contó de la gran cantidad de llamadas y mensajes de felicitaciones que había recibido por su aparición en el foro.   
Hicimos un vuelo rasante acerca de lo que acontece. Sentía gran emoción por percibir como surge en la nación una expectativa de futuro. Después fuimos coincidiendo en escenarios y personajes, hablamos del talento simpar de José Ángel Ocanto. Esa prosa maravillosa que hace del gran amigo y excelente ser humano un periodista distinguido.
Sentí gran satisfacción al saber que le encantaba mi columna. Que muchas de ellas las comentó con amigos y allegados, me instó a seguir escribiendo como representante de tantos que quieren leer lo que otros callan. Me aseguró que El Ojo del Escorpión, era de sus espacios periodísticos predilectos, manteniendo la satisfacción por conocerse desde siempre.  
Al final me hizo portavoz de un saludo muy especial para nuestro amigo común y excelente maestro de juventudes: Daniel Segura Jiménez. Recordó momentos vividos junto al hombre que desde el aula de clase formó generaciones para la patria. Hermoso escuchar como Pepi hablaba con pasión acerca de la vida de un hombre integro e intachable.
Terminamos hablando del porvenir. Mi amigo era un hombre con el vuelo que marcan los seres inolvidables. Jamás podrá morir su recuerdo en este corazón que siempre lo tendrá presente.
Su voz seguirá convocando sueños y sembrando esperanzas. Observo el cielo duaqueño con su rostro límpido de nubes que coquetean con el azul, la vida recordará al gran líder que siempre abrazó la causa de la libertad.
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