LA “NADA” AMENAZA

El lunes 18-06 se le preguntó al Presidente-candidato sobre un posible debate público entre él y el candidato contrario, como se acostumbra en los países más democráticos, modernos y civilizados, algunos con expresas disposiciones legales. El Presidente Chávez, candidato para a reelección indefinida mientras lo diga su voluntad, mantuvo en la respuesta su cuestionada línea de conducta de siempre con sus adversarios políticos, a quienes trata como enemigos, enemigos suyos dizque porque son “enemigos del pueblo, de los pobres”. De ahí aquello de “freir con aceite las cabezas de los adecos”, “águila no caza moscas”, “escuálidos”, “majunches”, hermanados estos tratamientos con  “los apátridas”, “los contrarrevolucionarios”, la envolvente y genérica “derecha” y otros calificativos, que siembran el desprecio, el odio, la confrontación emocional de la gente más sufrida por las limitaciones y carencias en su vida diaria, todo cuanto conduzca a la radical polarización.
La más apretada síntesis del trato presidencial a sus discrepantes u opositores es el uso de cuánto subestime al contrario y lo ponga a él en el cielo o algo parecido. En el fondo de todo existen en su más recóndito interior sentimientos nada superiores en la valoración del contrario. Es como alimentar por necesidad su autosuficiencia, su sobreestimación, el sentirse volando en los espacios de su dominio y actuación. Incluso, hasta con sus colaboradores se siente “sobrado”, más allá de lo normal, y sobre ello ha habido espectáculos públicos que lesionan el respeto a la persona y a la individualidad. Quizá el intenso y extenso culto a su personalidad tenga que ver con todo esto, aunque sea universalmente calificado de antirrevolucionario y fundadamente rechazable en la relación humana. ¿Qué dicen sobre todo esto la sicología y la siquiatría? Ya ha habido científicos de tales ramas que han dado sus aportes, que preferimos dejarlos para después.
Mientras el Presidente Chávez declaraba “…estoy en frente de la nada” y como de costumbre insultaba y ofendía Capriles andaba por todas partes, sin hacerle caso y colmado de éxitos sucesivos. Si para Chávez y sus incondicionales el candidato Capriles es la nada, es decir, no existe, ¿por qué no aprovechan un debate con su contrario para volverlo polvillo? Teme en el fondo caer en su misma trampa. Pareciera que la predicada “nada” estuviera volando y andando su esperanzado camino del futuro, haciendo soñar con pesadillas y mucho miedo a quien constantemente ha mantenido una mentalizada superioridad y con ella siempre ha pretendido estar por encima de los demás.