#opinion: Caminito que un día – Cotidianidad barquisimetana en la crónica de Raúl Azparren. (3) por:Ramón Querales

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24. Informa Azparren acerca de un famoso chofer que vivió en Barquisimeto, llamado José Sánchez pero a quien todos conocían como “Mosquerita” por haber sido chofer de Sinforiano Mosquera Suárez. Dice que Miguel Angel Silva, el barbero dueño de “El Estuche de Oro”, lo empleó para conducir su automóvil Chevrolet de los llamados de Coplón que vendía en Barquisimeto, Calderón e hijos. (p. 56).
No me pregunten qué es eso de Chevrolet Coplón, porque yo soy demasiado joven para saberlo.
25. Los utensilios metálicos que se usaban en Barquisimeto para medir la manteca, aceite, querosén y granos que se vendían en los negocios, los fabricaba un latonero a quien se conocía como Rafael “el mal hecho”.
Los colgaba del manubrio de su bicicleta, para visitar a los posibles clientes generalmente pulperos o negocios afines, pero cuando no vendía nada, cambiaba sus taturos por cocuy, regresando a su casa sin éstos y, claro está, ebrio.
26. En la esquina de “El Baúl”, avenida 20 con calle 27, ángulo sureste existió una casa a la cual se le dotó de un sótano donde los comerciantes escondían sus mercaderías protegiéndolas del pillaje frecuente en los asaltos armados a la ciudad. Era propiedad de un italiano de apellido Vechione y de Gustavo Insausti.
Del techo de esta casa, en 1902, fue derribado un oficial del Dr. y general Rafael González Pacheco, nativo de Valera, apellidado Troconis y Padrón, de un balazo de máuser, disparado desde la torre de la iglesia de la Concepción.
Eran los tiempos de la revolución “Libertadora” contra Cipriano Castro.
27. Raúl Azparrren menciona un botiquín llamado “El Rhin” propiedad de
Rafael Rivas Rivas, situado “por allá en la lejana sabana por donde los enmascarados asustaban a los trasnochadores al filo de la medianoche”. (p. 108).
28. En el terreno ocupado ahora por el edificio “Buría”, calle 25 con carrera 18, ángulo noroeste, estuvo el Botiquín “La Crema” cuyo dueño fue un checoeslovaco de nombre Carlos Dvorak. Aquí no sólo se vendían licores sino artículos como “tabacos ensortijados” fabricados en Puerto Cabello, quesos de Holanda, bombones franceses.
Allí funcionaba una vitrola marca “Víctor” y los artistas de moda eran Juan Arreaza, Ortiz Tirado, Carlos Gardel… Los sábados, en La Crema, ensayaba, la orquesta Mavare, ensayos húmedos, es de suponer.
29. El edificio donde funcionó el mabil llamado “El Manteco” propiedad de Manuel Pérez Morales fue demolido en 1936, después de fallecido Juan Vicente Gómez y allí se construyó el Mercadito del Norte, uno de los cuatro con los que el general José Rafael Gabaldón, presidente del Estado Lara, dotó  la ciudad.
Mucho antes de ser “El Manteco”, la zona se conoció como barrio de Las Rancherías que eran posadas donde se alojaban arreos de mulas y burros y carretas provenientes de Quíbor, El Tocuyo, Carora, Siquisique, Cabudare. (p.101).
Uno de esos arrieros, con sueldo de un bolívar diario y comida, venía de la Turiquía, caserío del Municipio Urdaneta: se llamaba Carlos Alberto Querales y era mi padre.
30. Famosas “chicas” de El Manteco mencionadas y a quienes el joven `Raúl Azparren, seguramente conoció, se les decía La Camiona, La Quesito, La Chinga Julia, La Grilla, La Perrita, La Carne Buena´. (p.191).
Paz a sus almas.
31. La casa de dos plantas que existió con el nombre “La Francia” en el ángulo noroeste de la carrera 19 con calle 25, hasta 1943 o 1944, sirvió de alojamiento al general del pueblo soberano, valiente ciudadano Ezequiel Zamora en 1859, cuando vino a Barquisimeto en búsqueda de un cargamento de pólvora escondido en una casa situada en la calle 26 con carrera 20, pólvora que, según se sabe, garantizó el triunfo de las tropas federales en la batalla de Santa Inés.
En el hotel que allí funcionó con ese nombre de “La Francia” se destapó, según Azparren, la primera botella de cerveza que llegó a Barquisimeto.
32. En la “Lara”, calle 24, existió “El Gran Figón” hotel de José Luis Canelón, que ofrecía la especialidad de un dulce de leche exquisito y la ahora muy conocida “torta borracha” según parece, inventada por Canelón.
33. Hubo en Barquisimeto un hotelero llamado Andrés Vargas que, además, elaboraba una exquisita torta que, al principio, llamó torta Imperial, pero que después bautizó torta “Marne”, nombre del río donde se dio una batalla ganada por los aliados contra Alemania en septiembre de 1914.
Esta torta la pregonaban sus vendedores como “Torta Marne del regreso de Varsovia” pregón cuyo significado nunca se supo y a nadie le importó saboreando aquella delicia (p.148).
34. En las pulperías se vendían “chinas” (naranjas), conservas de membrillo y de naranja, envueltas en cepas de cambur; conservas de coco elaboradas por la negra Felicia Moreno, turrones de semillas de auyama; bizcochuelos cubiertos, portalíneas, que fabricaba un valenciano de nombre Sergio Márquez, mazato, pan de horno, acemitas, alfajoles, rosquetas de agua, panecitos, almidones, conservas de Las Cuibas, bizcochos cabudareños, chicha en botella que hacían las Mendoza en el barrio La Mora, cocuy con una aceituna en el fondo del vaso que recibía el nombre de “gallito”. ¡Ah, vicio!

caminitoqueundí[email protected]
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