Caminito que un día De San Felipe a Puerto Cabello por el río Yaracuy (1)

Según Telasco A. Mac Pherson, el río Yaracuy “…nace de un estribo de la sierra de Nirgua y recibe en el curso de sus aguas” la de varias corrientes más.
Nicolás Perazzo, intelectual e historiador yaracuyano aporta datos más completos de este río que, según él, tiene una longitud de unos 150 kilómetros desde “el cerro de La Enjalma, del Distrito Urachiche, para ir a desembocar en el Mar de las Antillas, en un punto convergente de los linderos de los Estados Carabobo, Yaracuy y Falcón”.
Sus principales afluentes son los ríos Sarare, Guama, Yurubí, Taría, Cabria, Macagua, Urama, Mayorica y las quebradas Guayurebo, Tinajas, Agua Blanca, Taracoa, La Virgen, Culantrillo, Guarapito, La Barra, Guaremal, Los Cañizos.
Prosperan a lo largo de su trayecto varios poblados como Faltriquera, Campo Nuevo, Mamón Macho, Guaquira, Los Cañizos, Chino, La Esperanza, en territorio yaracuyano y El Vegote y Boca de Yaracuy en el Estado Carabobo.
Sorprende que siendo desde tiempos inmemoriales tan importante este río para el sustento de la vida humana se le haya dispensado tan poca atención.
Quienes mayormente lo hicieron fueron Federico Brito Figueroa y Manuel Álvarez A. en su libro sobre el Estado Yaracuy de 1954.
Brito y Álvarez fijan el nacimiento del río en los manantiales llamados Gusanito, Quebrada Abajo, Quebrada Tacarigua, Ventarrón, El Loro y Quibayo.
Codazzi dice que “Todavía a mitad del siglo pasado (el XIX) era navegable…” lo que no sólo es cierto sino que, como se verá, motivó la existencia de una empresa de navegación importante que con sus lanchas surcaba, transportando grandes lotes de mercaderías hasta bastante entrada la segunda mitad del siglo XIX; lo que si no parece cierto, como afirman Brito y Álvarez, es que el general Ezequiel Zamora haya utilizado sus aguas para ir, en pequeños botes, desde Boca del Yaracuy hasta San Felipe en 1858 ya que los testimonios de protagonistas de este acontecimiento hablan de haber marchado por el camino de la costa.
Brito y Álvarez mencionan como afluentes del río Yaracuy 242 quebradas y 15 ríos. Este prodigioso torrente de aguas dio ocasión a la producción de extraordinarias riquezas desde el período colonial, acerca de lo cual César A. Guevara y Catherine de Guevara expresan lo siguiente;
“El surgimiento de las haciendas de cacao, fundadas por familias españolas, venidas de Barquisimeto, El Tocuyo y Trujillo a los valles del Yaracuy, hizo de esta una zona próspera donde la mano de obra esclava adquirió gran importancia”.
Un caudal de riquezas y una zona de prosperidad donde las mayorías apenas sobrevivían porque la prosperidad era sólo para las minorías explotadoras del valle.
Nota: aclaro, una vez más: la Convención de Cronistas en San Felipe se realizará del 17 al 20 de julio.