Para recordar: “…pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. (Mateo 13:22).
En el capítulo 13 de nuestro texto inicial, Jesús presentó una extraordinaria parábola que relacionaba el uso del dinero y la palabra de Dios. En nuestro caso, una semilla sembrada entre espinos, ahoga la planta cuando va creciendo; eso mismo sucede a las personas que por los afanes de esta vida, por el afán de los bienes materiales, olvidan a Dios, o no desean ni siquiera escuchar de Jesucristo. Por ello, tal Palabra pierde su efectividad.
En sentido de comparación, el dinero es como la Santa Escritura, deben emplearse para el bien, para ayudar, bendecir y salvar a aquellos por quienes el Señor dio a su Hijo unigénito… y así nuestros talentos aumentarán constantemente” (E.White, Alza tus ojos, p. 203).
Es tan problemático tener dinero, como no poseerlo. Tal vez por ello, el apóstol Pablo afirmó: “Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males. Y algunos, en esa codicia se desviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1ª Timoteo 6:10). Es decir, puede codiciar tanto el que tiene riquezas, como el que no posee un centavo.
En ésta época de aguinaldos y otros beneficios económicos, aumentan las publicaciones o comentarios relacionados con el uso sabio del dinero.
De allí que tomamos parte de un artículo publicado en msn.com/es-ve/dinero/noticias… titulado: “Cómo ordenar el presupuesto del fin de año en pocos pasos”. En el mismo, muestran algunas recomendaciones: 1) El dinero, primariamente, se debería gastar en alimento y salud (en Navidad o en cualquier fecha). 2) No endeudarse con tarjetas de crédito, sin antes saber el interés del financiamiento. 3) Dejar una parte para el ahorro. 4) Cuando exista la necesidad de comprar algo, se debe cotizar, como mínimo, en tres sitios distintos.
De acuerdo a la página servicioskoinonia.org… artículo 371 señalan: “… el dinero tiene tres usos legítimos que son: comprar, economizar y donar”.
En la página www.help4adhd.org/es/living/wwk17, tratan el tema de cómo manejar las finanzas en seis (6) puntos básicos: 1) ‘Revisar la forma de ingreso’ y en qué usarlo. 2) “Organizar los documentos financieros”. 3) ‘Evitar’ los gastos impulsivos. 4) Tomar conciencia del gasto. 5) Tener un plan para el uso del dinero a futuro. 6) Salir de deudas y apartar para el ahorro.
Por su parte, Jesús, el Hijo de Dios, utilizó varios escenarios para enseñar lo que significa el dinero y los efectos de los bienes materiales en los humanos. Por ejemplo: 1) Le dio una lección a un joven rico y le señaló que las riquezas eran su ídolo (Lucas 18:22,23). 2) El Salvador declaró que una viuda aportó más que todos (Marcos 12:43,44), porque a pesar de su pobreza, “dio todo lo que tenía”.
Los libros que hablan de presupuesto, tocan el ingreso, gasto, inversión, ahorro, pero muy pocos hablan que, en dicho presupuesto, hay que apartar en primer lugar lo que corresponde a Dios. Esa es la intención del plan bíblico conocido como el Diezmo y ofrendas, tal como ocurrió con Caín y Abel, Abraham, Moisés, incluyendo lo escrito en Malaquías 3 y hasta los apóstoles.
Quiere decir, que para lograr el buen uso del dinero es cuando colocamos a Dios en primer lugar, dentro de nuestro presupuesto y lo demás vendrá por añadidura (Mateo 6:33).
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