El escándalo por la detención de varios dirigentes de la FIFA en Zurich, entre los que figura Rafael Esquivel, salpica a la Copa América, que se disputó en Venezuela durante el año 2007.
Según la justicia estadounidense, los sobornos superan los 100 millones de dólares para adjudicar los derechos de transmisión televisiva de la Copa América de 2015, 2019 y 2023, así como la edición 2016 en Estados Unidos.
Adicional a ese primer reporte, comienzan a revelarse con mayor detalle las cuantiosas cifras que envuelven esta penosa página de la dirigencia en el fútbol internacional.
Entre 2003 y 2008 hubo depósitos en cuentas a nombre de Esquivel y otras a nombre de Nicolás Leoz y Eugenio Figueredo por más de 3.5 millones de dólares en total.
Los movimientos involucran como intermediario al brasileño José Margulies, quien presuntamente se encargaba de pagos ilegales a altos funcionarios.
También se señala que en 2007, cuando Venezuela organizó la Copa América, el entonces presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (Esquivel), cuadró un soborno cercano a un millón de dólares a cambio de dar su apoyo para que la empresa Traffic fuese la encargada de comercializar los derechos del torneo continental.
Se asegura además que el dirigente había recibido 700 mil dólares más, como parte de las ganancias que obtuvo Traffic tras concluir la cita continental.
Para la edición 2011 de la competición de clubes suramericanos, Esquivel habría solicitado un nuevo pago por un millón de dólares, relacionado con los beneficios obtenidos por los derechos de la Copa de 2007.
En 2014 se ve nuevamente involucrado en transferencias por 50 mil, 250 mil y 400 mil dólares a cuentas controladas por él en UBS, Bank of America y el Banco del Espirito Santo en Florida, con Hugo y Mariano Jinkis como los responsables de los pagos.
Esquivel también aparece como uno de los beneficiados de los sobornos millonarios de la empresa Datisa.
Lea también:
Detienen a Rafael Esquivel y a otros dirigentes por presunta corrupción en la FIFA
