La selección de baloncesto masculino de Venezuela fue mucho más allá de las iniciales expectativas con las que llegaba al Preolímpico FIBA Américas 2015 de México y, con irreverencia, concentración, sacrificio en defensa y mucha paciencia en labores ofensivas, se volvió el “David” del torneo en las instancias decisivas para derribar a “dos Goliat” y –contra todo pronóstico- convertirse en inédita campeona del continente.
Desde la gesta del subcampeonato obtenido por los “héroes de Portland” en el inolvidable Preolímpico del Memorial Colisseum en 1992, al sucumbir 127-80 ante el “Dream Team” original de Estados Unidos en la final pero amarrar un boleto antes de ello a los Juegos Olímpicos de Barcelona, habían pasado 23 años sin estar tan cerca de tocar la gloria en este nivel.
Así como en aquel torneo Venezuela llegó como campeona suramericana, merced a su triunfo sobre Brasil en el Fórum de Valencia un año antes, esta vez el equipo, aunque sin su NBA Greivis Vásquez (Milwaukee Bucks), los lesionados Luis Bethelmy Gregory Echenique o el naturalizado Donta Smith (Hapoel Jerusalén, Israel), también arribaba con la chapa de monarca del sur, tras su gesta de Margarita 2014.
Cierto era que en los Juegos Panamericanos había culminado con un juego discreto en la séptima plaza, pero en su extensa y exigente preparación entre Europa (España, Macedonia, Serbia), Asia (China), Argentina y la propia México, ofreció grandes exhibiciones, incluido un final de ensueño con un ajustado cotejo frente a la España de Pau Gasol, 82-80, decidido por un remate de Felipe Reyes en el último segundo, en la inauguración del Coliseo de Burgos.
Era el presagio de vientos favorables y Venezuela deslumbró con su defensa en México. En la primera ronda derrotó a Cuba (73-52) y Puerto Rico (74-63) y aunque cedió contra Canadá (82-62) y Argentina (77-68), no deslució. En la segunda fase superaron a República Dominicana (72-68), cundió el pánico por las caídas frente a México (73-70) y Uruguay (77-75) pero las aguas volvieron a su cauce contra Panamá (75-62).
Los criollos, que nunca tuvieron en un juego más pérdidas que asistencias, que luchaban los rebotes sin pívot natural que ayudase a Miguel Marriaga, que sorprendían con reservas jóvenes como Miguel Ruiz y Javinger Vargas y no siempre atacaban con buenos porcentajes pero, eso sí, gastaban lo suficiente del reloj para hacerle más corto el juego –en posesiones- al ataque rival, dieron una lección de básquet moderno.
Rompieron los paradigmas y, cuando llegó la hora de crecerse, sometieron a una Canadá con nueve jugadores NBA, vinieron de atrás (68-75) en un último parcial inolvidable para Heissler Guillent –diez puntos seguidos- y clasificaron así a Río 2016 con un triunfo, 79-78.
Luego le pidieron permiso a parte de la “Generación Dorada” de Argentina para meterse a la repisa de los campeones de América por primera vez, al someterla 76-71 pese a la infatigable ofensiva y clase de Luis Scola y Andrés Nocioni. El “Ché” García volvió a ganarle una final a su país en nombre del nuestro y así superó a su viejo maestro, el boricua Julio Toro.
Este lunes, la selección vuelve a casa en el avión presidencial, arribará a la 1.00 de la tarde y comenzará una caravana llamada “Campeones de América” por el Ministerio del Deporte, que les permitirá recorrer desde Maiquetía a la avenida Sucre y de allí a la plaza O’Leary de Caracas.
