La Economía, como ciencia, gira en torno a comportamientos relativamente lógicos, que incluso pudieran calificarse de científicos. Sin embargo, al tratarse de una ciencia social hay un conjunto de factores que influyen en ella que poco tienen de científicos, y menos aún exactos. De ahí la dificultad de predecir lo que ocurrirá en el plano económico. Un ejemplo concreto de lo anterior está ocurriendo en Venezuela, país que se ha convertido lamentablemente en un laboratorio de lo que no se debe hacer en economía, con una seguidilla de experimentos fallidos durante los últimos años como legado.
El último error del Gobierno nacional es retroceder en lo poco que se venía avanzando con la implementación de un ajuste económico, que aunque aplicado de manera errática empezaba a dar señales de un posible camino para estabilizar la economía. Este retroceso viene por el reciente cambio ministerial, que al parecer fortalece la visión más radical dentro de los múltiples grupos de interés en el Gobierno. Aunque no se han hecho anuncios concretos sobre algunos cambios, en el plano económico las señales son muy importantes, y en este momento el mensaje es de ambigüedad.
Las consecuencia de unas señales poco claras desde el Gobierno, con cambios de Ministros con visiones distintas de lo económico, y que sin duda responden a presiones internas dentro del Oficialismo, debilitan aún más la ya afectada economía venezolana. Las lecturas son muchas, pero lo que queda claro es que el Ejecutivo Nacional se encuentra más fragmentado de lo que muchos suponen, y más que el Ejecutivo Nacional se pudiera decir que el Oficialismo en general es el que se encuentra entrampado en un conflicto entre visiones distintas sobre cómo abordar el problema económico.
Mientras estas indefiniciones continúen, y más aún mientras se siga intentando implementar un modelo que con el petróleo a 100$ por barril igual fracasó, el pueblo seguirá sufriendo los embates de una economía cuya principal consecuencia ha sido el empobrecimiento generalizado de la población. Estos cambios en el gabinete tienen dos tipos de consecuencias, las previsibles y las impredecibles. En el grupo de las primeras está mayor inflación, inestabilidad cambiaria, escasez, es decir la agudización delo que ha sido la realidad del país durante los últimos meses.
Con respecto a las consecuencia impredecibles, más que económicas son políticas. Particularmente cómo reaccionarán ciertos sectores del Oficialismo, que sin duda tienen una visión distinta, a este nuevo cambio de rumbo del Ejecutivo Nacional. Qué estarán pensando algunos gobernadores y alcaldes del oficialismo que sin duda se identifican con posiciones menos radicales, o el sector de las FAN que veía con buenos ojos los ajustes recientes, sin mencionar a los socios internacionales, como China y Rusia, que seguramente quieren algo de estabilidad en el país. Ya se verá en las próximas semanas.
Twitter: @lombardidiego
