#Especial: Crisis afecta salud mental de los venezolanos

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La salud mental es indivisible de la salud pública y afecta significativamente el capital humano y socioeconómico de los países. La salud mental no es meramente la ausencia de trastornos mentales y sus síntomas, sino también un recurso que apoya la totalidad del bienestar y de la productividad.

Una salud mental positiva es un estado de bienestar en el que el individuo desarrolla sus propias capacidades, puede lidiar con las tensiones de la vida cotidiana, ser productivo y fructífero, y contribuir con su mejoramiento y el de su comunidad.

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No obstante, la crisis económica tiene la potestad de afectar la salud mental, física y psicosomática de cualquier persona que se encuentre sometida a un estrés originado por el desequilibrio en la base del sustento de las necesidades fundamentales de una familia, explicó el doctor Edgar Benítez, médico psiquiatra.

“La parte económica, el dinero y el sueldo son lo que permite que cada persona pueda cancelar sus deudas, tener techo, poder comprar sus medicamentos, tener para divertirse y ahorrar. Sin embargo, el venezolano está destinando su presupuesto a sobrevivir, a comer y comprar algunos medicamentos. La situación genera un marco de inseguridad, ansiedad, frustración, temor, incluso de ira”, expresó Benítez.

Todas aquellas actitudes traen consigo un síndrome de estrés crónico sostenido que produce una permanente liberación de sustancias que tienen efecto neurotóxico y afectan el sistema inmunológico y  la salud de las neuronas, entre ellas se encuentran: cortisol, aumento del glutamato, adrenalina (que aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardiaca). Esto puede producir síntomas en cada órgano, ya sea el cerebro, el estómago, a nivel cardiovascular e incremento de la hipertensión.

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Incluso cualquier patología que sufra una persona puede empeorar bajo una gran cantidad de estrés. Siendo ésta una de las razones por las cuales han fallecido usuarios luego de permanecer largos horas en las colas para adquirir alimentos regulados.

“El estrés crónico termina afectando la salud mental porque al afectar el sistema endocrino del ser humano, van aparecer trastornos de la bioquímica cerebral y el sistema de serotonina, que trae consigo: ansiedad, crisis de angustia, ataques de pánico, trastorno de sueño, irritabilidad e incremento de la conducta agresiva y violenta”.

Entre los más afectados están aquellas familias que tienen integrantes con enfermedades crónicas y no logran conseguir su medicamento por el alto precio del mismo o su escasez dentro del mercado; padres de familia que cuando salen a hacer sus compras para cubrir las necesidades de alimentación de  su núcleo se consiguen con que el sueldo no les alcanza para hacerle frente a aquellos gastos en su totalidad, e incluso jóvenes que desean iniciar una familia o independizarse y no lo logran por la inflación que se presenta en el mercado.

Crisis social

En otro orden de ideas, el terapeuta Cristin Torcate se refirió a que la crisis pasó de ser económica a social. La razón: el bajo nivel de adaptabilidad o capacidad para manejar situaciones de incertidumbre.

“Para el ser  humano es importante que en el transcurso del tiempo las condiciones de vida puedan mantenerse, para conseguir una correcta salud mental. Esa dinámica que nos permite gozar de seguridad en todos los aspectos nos otorga una psique estable”, explicó.

Torcate detalló que existen varias condiciones de vida que el ser humano no controla, esto desencadena incertidumbre, que posteriormente genera miedo y ansiedad, dentro del contexto social.

Sin embargo, si todos aquellos impulsos se trasladaran al entorno político, podría producirse un estallido, que de alguna manera se ha ido conteniendo en el país. “Por distintos factores se ha aliviado esa tensión que a nivel de la población se está creando, momentáneamente”.

Cuando la seguridad comienza desestabilizar, independientemente de la razón que sea, se responsabiliza al factor político. Torcate hizo hincapié que en la sociedad participan cada uno de sus ciudadanos.

“Si en estos momentos hay un mal ambiente político, se agrava con una desestabilidad social. Debajo de la situación de incertidumbre, inestabilidad, frustración y culpabilidad, se suma una crisis ética y de valores, que lleva a cada miembro a funcionar bajo sus instintos más básicos, ahí es donde se ve a las personas peleando en una cola para adquirir alimentos”.

“Yo me aprovecho de tu miedo, vendiéndote con sobreprecio un producto que necesitas”. El fenómeno del “bachaqueo” es un ejemplo de lo que el miedo y la necesidad pueden crear o desencadenar en las personas, quienes caen en conductas desesperadas y siempre existe alguien que se aprovecha de eso.

Trabajo personal y en conjunto

“Lo correcto es utilizar la psique para solventar cualquier situación de incertidumbre. Allí se ubican las personas que apuestan a crecer en tiempo de crisis. La humanidad ha pasado por situaciones sumamente fuertes. Lo que ha hecho posible superar aquellas irregularidades que afectan en masa, es precisamente, un trabajo sobre el componente psíquico. Históricamente existen cantidad de ejemplos de personas que se dieron a la oportunidad de lograr grandes cosas en tiempos de crisis”, apuntó Torcate.

Sin importar la condición social, el primer paso que debe tomar en cuenta cada una de las personas, para encontrarse mentalmente sano en esta situación país, es conocer cuál es su realidad, aceptar todas aquellas cosas que dependen directamente del control del individuo y cuáles no, posteriormente trabajar y aportar mediante la toma de decisiones actividades que consigan recuperar el orden dentro de esta sociedad.

En consideración de Torcate, vivimos una situación difícil pero no terminal, sucede que frente a toda esa pérdida de fe la realidad se ha distorsionado negativamente, no dando paso a ver las cosas positivas o cómo salir hacia delante con un trabajo en conjunto.

La palabra clave: resiliencia, que es la capacidad de una persona para hacer frente a las situaciones difíciles y sobreponerse a ellas.

Las personas resilientes tienen mayor capacidad para afrontar la crisis en el sentido de ser más resolutivos, buscar soluciones ante los posibles problemas, es decir, crecen en la adversidad.

“Si aquí existiera un tsunami o terremoto, todos nos veríamos en la necesidad de resolver en conjunto, yo no debo aprovecharme de ti, sino solidarizarme contigo. Los valores y la ética están relacionadas  con la estabilidad psíquica del ser humano y para conseguirla no solo se requiere de un cambio de gobierno sino personal. Ante eso todos debemos trabajar para conciliar esa seguridad mental”, enfatizó Torcate.

Cuestión de actitud

Según los especialistas existen cuatro actitudes que adoptan las personas frente a esta crisis económica:

  1. Quienes el miedo y la incertidumbre los llevan a huir, y emigran para buscar estabilidad social en otras tierras.
  2. Un grupo que ve oportunidades y esperanzas, y lucha con nuevas estrategias de trabajo o en movimientos políticos y religiosos.
  3. Quienes se resignan y caen en la ira y depresión, solo viven esperando lo que pueda pasar o lo que no, en un modo de sobrevivencia.
  4. Los conformistas a quienes simplemente no les importa nada más, si consiguen cubrir aunque sea la necesidad de alimentación de forma segura.

Paso a paso

La licenciada en psicología Mary Carmen Rivas recomienda:

  1. No se aísle. Busque mantener el contacto permanente, esto nos ayuda al desahogo, distensión emocional y a compartir ideas para salir de la crisis.
  2. Dedique un poco de su tiempo al cuidado de su cuerpo y de su salud.
  3. Evite el uso de lenguaje fatalista, que no es más que las palabras de desaliento, desesperanza, de odio, de guerra y  muerte.
  4. Combata la percepción parcial negativa. Haga el ejercicio consciente de buscar las cosas buenas que ocurren en su entorno.
  5. Filtre la información que recibe, no se haga eco de rumores, ya que cuando lo hace, usted deja de usar su sentido común y pierde el interés en la comprensión y la lógica de las cosas que vive, convirtiéndose en un peón del régimen.
  6. Evite sobreexponerse a escenarios angustiosos, saque tiempo para momentos de ocio, de recreación, para la conexión con la espiritualidad, para el romance, la sexualidad, la risa, el humor, el entretenimiento.
  7. Tema menos al futuro y ponga más coraje en el presente.

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