El Deportivo Táchira encontró un premio consuelo una semana después de perder la final del torneo Clausura, al obtener su clasificación a una fase preliminar de la Copa Libertadores 2017, como consecuencia de la decisión de los equipos mexicanos de solicitar un “permiso” de año y liberar el puñado de plazas que le correspondían.
El fútbol venezolano ya tenía definidos a sus tres participantes: Zamora y Zulia por ganar el Apertura y Clausura, además de Carabobo, por liderar la tabla acumulada de la temporada 2017. Al retirarse los elencos del país azteca, Venezuela recibió un cuarto boleto y cayó en manos del Carrusel Aurinegro, el mejor ubicado en la clasificación global, que no estuviese ya anotado en el torneo.
La oncena de San Cristóbal cerró los dos torneos semestrales con un acumulado de 68 puntos, uno menos que Carabobo. De alguna manera, esta clasificación al torneo de clubes más importante de América que le llega de carambola en una recompensa para un club que fue muy regular a lo largo de la cancha.
Así las cosas, Táchira dejó libre el cupo que había obtenido para la Sudamericana y lo tomará el Atlético Venezuela, según divulgaron las autoridades del fútbol nacional.
El cuadro fronterizo, segundo mayor ganador de estrellas en el país, transita por una nueva etapa, impulsada desde hace un par de meses por Jorge Silva, propietario de la empresa JHS, que adquirió el ciento por ciento de las acciones del club para lanzarse en busca de objetivos ambiciosos.
El movimiento de más impacto lo ejecutó sin que hubiese terminado su participación en el torneo Clausura, al sellar un preacuerdo con el colombiano Santiago Escobar para entregarle la dirección técnica, en lugar de Carlos Fabián Maldonado, que cumplió al llevar al conjunto a la gran final del certamen. Escobar sería presentado este jueves, adelantó la prensa tachirense.
