Habitantes en angustia por cloacas desbordadas

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“Los niños están enfermos, todos tienen infecciones respiratorias y ahorita no se consiguen antibióticos. ¿Qué están esperando? ¿Que haya que internarlos en un hospital y que por falta de medicamentos terminen en algo peor? ¡Por favor atiendan nuestro llamado!”.
Esta preocupante declaración pertenece a Yolmary Pérez, miembro de la comunidad que habita en el callejón 5-A del sector Nueva Segovia, quien destacó que los olores putrefactos afectan la salud de todos los habitantes de la zona, y sus vecinos son los más afectados, al tener una cloaca colapsada justo enfrente de sus casas.
En la cloaca localizada dentro de la calle ciega, convergen y se derraman los desechos orgánicos de toda la ciudad diariamente, además del material graso que proviene de los establecimientos de comida cercanos a la zona. La filtración de agua estancada, se convierte en un riesgo biológico para las personas que podrían entrar en contacto con ella, además de ser un foco para la cría de zancudos, que afecta principalmente a los niños de la vecindad.
“Han desarrollado enfermedades en la piel a causa de las picaduras. Además, tienen dificultades para respirar. Los hemos llevado al CDI, a los ambulatorios, pero nadie tiene medicinas para tratarlos”, expresó Pérez, haciendo referencia a sus sobrinos de uno y seis años edad.
Después de dos meses en la misma situación, la comunidad continúa con las filtraciones de agua y sin respuesta por parte del equipo de Hidrolara, quien realizó una visita quince días atrás para verificar la situación de los vertederos, sin informar cuáles serían las medidas a tomar.
“Nos dijeron que mientras más reclamos fuéramos, mejor. Pues ya casi todos los vecinos han puesto su reclamo, y seguimos en blanco, sin que nos digan nada convincente sobre qué se va a hacer al respecto”, añadió Javier Colmenárez, otro miembro de la comunidad.

Reclamos repetidos

Ocho meses atrás, la cloaca en cuestión había colapsado y el procedimiento fue el mismo: repetidas llamadas y reportes sin respuesta por parte de Hidrolara, hasta que los vecinos manifestaron su descontento obstruyendo el tránsito de vehículos en la calle, específicamente en la vía hacia la Ribereña.

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En esta ocasión, el problema parecía haber quedado resuelto, ya que las inundanciones de aguas negras dentro de los hogares habían cesado, pero las cloacas colapsaron nuevamente hace más de sesenta días.

Un abogado experto en materia comunitaria, aconsejó a los residentes de manera anónima, que solicitaran además una inspección por parte de esta empresa encargada del suministro de agua, para así determinar la acción a tomar: si hacer mantenimiento a la tubería, o si reemplazarla con una nueva, lo cual es un proyecto que requiere mucho más tiempo y recursos.

Del mismo modo, agregó que si la situación persiste, pueden hacer una demanda ante un tribunal municipal contencioso de los servicios públicos.

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