La más reciente encuesta realizada por el Observatorio Venezolano de los Servicios Públicos, revela que el 66 % de los barquisimetanos califica como «malo» el servicio de agua que está recibiendo actualmente en la capital de Lara.
La mayoría de las personas consultadas en Barquisimeto advirtieron también que están contando con el servicio solo 3, 2 o 1 día por semana, y se quejan por la calidad del líquido que están recibiendo en sus hogares. El descontento popular causado por este tema se intensifica y por eso cada vez son más las protestas en Lara por agua.
Las autoridades regionales insisten en que el agua es la prioridad 1 en su agenda de trabajo; no obstante, la solución de los problemas sigue siendo una materia pendiente.
El Plan de Gobierno de Lara 2017-2021, contempla «obras y mantenimientos necesarios en los sistemas de distribución de los municipios para garantizar el servicio de agua continuo y de calidad en las 58 parroquias del estado», así como la “rehabilitación y construcción de los sistemas de aguas servidas de los colectores en las principales poblaciones del estado”.
Este plan también incluye la “rehabilitación completa del sistema de acueducto (desde la fuente hasta la distribución y redes) Alto Tocuyo, Quediche y Atarigua, para prestar un mejor servicio a los municipios Iribarren, Jiménez, Morán y Torres”; “mejoras en el sistema de campo de pozos de Valle Hondo, Macuto y Titicare-Limoncito”; la construcción de pozos para suministrar agua al sector Colinas del Potrero, parroquia Tamaca; y las rehabilitaciones de la estación de bombeo Alto Tocuyo y de la planta potabilizadora de la ciudad de Barquisimeto.
Si se juzga por lo dicho en el plan, el agua podría considerarse una prioridad. Pero si se juzga por las obras construidas hasta la fecha para resolver los problemas existentes en esta materia, tras más de un año de gobierno en Lara, otra es la historia.
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