#OPINIÓN Cronicario: La radio renacerá en un nuevo orden político #26Jul

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Hace unos dos meses el colega y amigo Omar Montilla expresó en su muro de Facebook su preocupación por el estado actual de la radio en Venezuela y sus expresiones se abrieron a una discusión y varios participantes se expresaron coincidentes con él en la mayoría de sus opiniones.

Eso me llevó a expresar mis opiniones en tres entregas: esta primera dedicada al análisis de lo ocurrido al inicio del actual régimen, una segunda mirará el estado actual y una tercera de reflexiones y propuestas.

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El cierre de 34 emisoras junto a RCTV en 2007, hace una docena de años, marcó la pauta de cómo está la radio en Venezuela en estos momentos con el agravante de la aprobación de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión llamada Resorte, convertida en la presión legal y el chantaje, como antecedente fatal para los medios radioeléctricos.

Ello significó la autocensura de otras radioemisoras con el consiguiente cambio de programación y la supresión de noticieros y programas de opinión por temor a la pérdida de la concesión y al cercenar la libertad de expresión las estaciones se convirtieron en “rockolas” con pura música junto a programas superficiales de complacencias. Algunas concesiones “vencidas” fueron expropiadas y otorgadas a testaferros, militantes y simpatizantes del gobierno.

La radiodifusión venezolana en la década de los ´90 estaba en franco proceso de crecimiento y las programaciones, en especial en Caracas, entraron a competir en calidad. Surgieron excelentes periodistas, productores, comentaristas y locutores en una variada programación y los circuitos radiales comenzaron a “exportar” sus programas al interior vía satélite. Lo mismo ocurría en el interior, donde también la radio crecía y progresaba de manera similar.

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Con la Ley Resorte y las expropiaciones apareció el miedo. Todo cambió: nació esta era de mediocridad en los medios radioeléctricos, con locutores gritones de lenguaje barato y chistes malos o de doble sentido de baja ralea.

A ello hay que sumar la radio y TV comunitaria: el gobierno entregó concesiones a vecindarios y aficionados que sin ninguna preparación ni formación abordaron la radio convertida en nuevas señales de programas de bajo nivel de contenidos y de propaganda oficialista que además por ubicarse cercanas a las frecuencias de las emisoras independientes interfieren en sus transmisiones.

Esa es la situación actual de nuestra radiodifusión. Se ha producido un retroceso en la producción y realización de programas de calidad e interés público que además alcanza la tecnología porque los soportes y equipos se han quedado atrás por los altos costos de mantenimiento, sustitución y renovación de los aparatos sugeridos en la era de la digitalización del medio. Ese es el diagnóstico. Unos héroes luchan para ofrecer lo poco de calidad que aún sobrevive, con una audaz búsqueda de los pocos anunciantes que se atreven.

¿Cuáles cambios se deben hacer en la radiodifusión venezolana para volver al mismo auge nacional e internacional de otros tiempos?

Lo primero que debe cambiar es el sistema político, para que haya una apertura hacia una radiodifusión actualizada, libre, democrática. Con el actual sistema de gobierno censurador y represivo es más que ilusorio realizar esos cambios que permitan recuperar la radio en particular y los medios en general.

Conatel a cada rato cierra una emisora que no se pliegue al amordazamiento, persiguen a periodistas y locutores, amedrentan a los empresarios, amenazan y asustan a los anunciantes. La radio tiene que entrar en sintonía con los tiempos que vivimos, estar más en las redes sociales, abrirse a contenidos nuevos, pero ahora con sus programaciones censuradas, presionadas  y bajo amenaza sólo se ocupan de entretener con mediocridad.

En Barquisimeto sólo quedan cuatro emisoras AM, Unión Radio con programación nacional, Cristal siempre saboteada y amenazada solo transmite cuando tiene electricidad, Popular con la secuela de los daños recibidos que la sacaron del aire varios meses y Minuto con un noticiero estable pero escrito con pinza aunque es atrevido con inteligencia para dar las noticias. Las FM requieren detenido análisis donde solo cuatro o cinco tienen perfiles definidos y programas de calidad frente a “rockolas” imponiendo una programación musical con predominio de rancheras,  vallenatos, “raspacanillas”, llaneras de baja calidad y vulgares reguetones que en nada contribuyen a mejorar el gusto del público.

Juan José Peralta

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