A través de un comunicado, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) reveló que los cadáveres de la masacre ocurrida el 1 de mayo en el Centro Penitenciario Los Llanos (Cepella) en Guanare, estado Portuguesa, fueron entregados en estado de descomposición.
La OVP aseguró que «los familiares se acercaron hasta la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) para obtener más información sobre la identidad de los fallecidos y algunos lograron identificarlos a través de fotografías. En tanto, los cadáveres eran ingresados a la sede del Servicio Nacional de Medicatura y Ciencias Forenses (Senamecf)».
Señalaron que los «cadáveres no fueron debidamente refrigerados porque las cavas de la medicatura forense tienen dos años dañadas, así como tampoco había camillas suficientes ni insumos para el aseo del lugar. Incluso algunos cuerpos fueron dejados en camillas pero a la intemperie».
Indicaron que el «Senamecf tampoco contaban con personal suficiente, por lo que solicitaron apoyo de Caracas, Lara y Barinas. Finalmente, la entrega de los cuerpos se convirtió en un verdadero calvario, los familiares tenían que entregar hasta tres y cinco copias de las cédulas de identidad, lo que para ellos solo era un intento más para retrasar la entrega».