Coinciden expertos: Petare es consecuencia de la fragmentación del Estado

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Efectivos de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional (FAES), de la Guardia Nacional y del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), fuertemente equipados y con apoyo de tanquetas y helicópteros, tomaron la madrugada del viernes el barrio José Félix Ribas, de Petare, e impidieron el acceso a éste y otros sectores aledaños, en la búsqueda de Wilexis Alexander Acevedo Monasterio y sus secuaces.

El expran de Tocorón, donde estuvo recluído por  homicidio, robo, extorsión y secuestro, de 31 años y de 1 metro 80 centímetros de estatura,  tras ser juramentado  como juez de paz en el barrio  se convirtió en cabecilla de una mega banda de aproximadamente doscientos sujetos armados con fusiles AR-15 y FAL, así tamnién con ametralladoras Mini-Uzi y granadas.

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Durante cinco días consecutivos de la semana pasada hubo tiroteos entre la banda de Wilexis contra la que organizó otro pran, apodado El Gusano,  que busca tomar el control del mencionado barrio y de quien se dice que fue uno de los favorecidos por la titular del Ministerio de Servicio Penitenciario, Iris Varela, quien concedió, sin consulta de tribunal alguno, la libertad  bajo el régimen de confianza tuteladas a 575 presos comunes de Yare, El Rodeo y Tocuyito, el pasado mes de abril.

De esas balaceras no hubo información oficial,  pero tras los sucesos de Macuto y Chuao del domingo y el lunes, Nicolás Maduro, en cadena nacional de radio y televisión,  ordenó al ministro del Interior, Néstos Reverol, capturar o neutralizar a Wilexis. Y la orden no tardó en ser ejecutada. 

Cabecilla respondió

Wilexis, en video, respondió a Maduro, quien lo había señalado de obedecer instrucciones de la Administración de Control de Drogas (DEA) para efectuar los tiroteos con el fin de ocasionar distracción en la población mientras se efectuaba el desembarco de los presuntos invasores, de los cuales se informó que habían muerto ocho y hay un gran número de detenidos, entre éstos dos estadounidenses.

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El cabecilla, quien habría caído en desgracia por haber permitido manifestaciones de calle en las últimas semanas debido a los problemas colectivos, dijo también que él no estaba con Maduro ni con Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y considerado como presidente de la República por casi sesenta países democráticos, comenzando por los Estados Unidos. 

Lo cierto del caso es que el cabecilla delincuente resultó respondón al régimen. Es de recordar que fue José Vicente Rangel, actual alcalde de Petare, quien en sus funciones de viceministro de Relaciones Interiores lo designó y juramentó como juez de paz del José Félix Ribas, por supuesto al declarar a este territorio: zona de paz.

El poder a los delincuentes

Luis Izquiel, criminólogo y profesor universitario en esa especialidad, al ser consultado por Elimpulso.com, dijo que las zonas de paz fue una idea del régimen para evitar que los malandros se siguieran matando por el control de zonas y, desde luego, lograr que las comunidades tuvieran tranquilidad. 

Pero, los delincuentes, que ya tenían control territorial, se sintieron autoridad cuando fueron reconocidos por el propio régimen, que tenía a uno de sus más calificados representantes sentándose con ellos. Rangel Ávalos llegó a mostrar videos y declarar que se había reunido con más de 280 cabecillas de bandas. Éstas, que contaban entre veinte y  sesenta integrantes, se hicieron mucho más peligrosas y organizadas al transformarse en mega bandas al llegar a tener hasta doscientos o muchos más sujetos, como la de Wilexis, quien llegó a ordenar cierre de establecimientos en el barrio y apoyar protestas en las que se coreaba “el hampa nos protege  y la FAES  nos roba”.

La orden de captura contra Wilexis Alexander Acevedo Monasterios  o Wileisy, como lo llaman en su barrio desde el 2014, tiene tinte político porque el sujeto es el mandamás en el José Félix Ribas y él mismo lo dice en el video en que le respondió a Maduro que está trabajando por la tranquilidad del barrio y contra quienes han llegado para quitarle las viviendas a los vecinos. Asume de plano una condición de autoridad. Y eso es lo que ha pasado en las zonas de paz, que los delincuentes tienen poder sobre las comunidades donde habitan y operan, dijo Izquiel.

Falta de políticas integrales

Esta situación, explica Nelson Fréitez, sociólogo y docente de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, se debe a que el régimen en lugar de atender seriamente  el problema de la delincuencia, buscó lo que creyó la forma más cómoda para restablecer la tranquilidad en los barrios donde los delincuentes se han venido haciendo más fuertes.

El principal problema radica en la pobreza, ya que los muchachos carentes de formación familiar y  excluidos de las oportunidades de ganarse la vida mediante una profesión, ven a los delincuentes, que pueden gasta fácilmente el dinero que les producen los delitos cometidos, una ocasión propicia para vivir cómodamente. Son los más oportunos candidatos para ser utilizados por los cabecillas de las bandas.

Señala que las consecuencias de las zonas de paz fueron estudiadas por el hoy fallecido padre Alejandro Moreno, quien residió cerca del José Félix Ribas, y analizó todos los aspectos de ese lugar y de otros, como el 23 de Enero, la Cota 905, El Cementerio y demás sectores de la Gran Caracas,  donde proliferaron y se agigantaron las bandas delictivas.

Claro está, al Estado le han faltado políticas integrales para los habitantes de las zonas pobres, donde la escasez de los servicios  es generalizadas y la calidad de vida es caldo de cultivo para la delincuencia.

Fenómeno nacional 

En el correr de los últimos cinco años, las bandas no sólo se han organizado, sino que se han disciplinado para actuar contra la sociedad, según un estudio hecho por  el Observatorio de  Delito Organizado (ODO), que recoge la información de todo el país sobre las bandas y mega bandas.

Las más peligrosas, además del Distrito Capital y Miranda, están en Aragua, Anzoátegui, Bolívar, Carabobo, Trujillo, Vargas o La Guaira y Zulia.

Fragmentación del Estado

Petare es consecuencia de la fragmentación del Estado venezolano devenido en violencia,  afirma el sociólogo Daniel Azuaje, consultado  por Elimpulso.com.

Ya el Estado no ejerce control sobre muchos territorios, lo que ha ocasionado una situación muy complicada, porque incluso organizaciones terroristas operan libremente como el Ejército de Liberación Nacional, de Colombia, en suelo venezolano. Y muchas otras más, que se han asentado ante la permisividad que han tenido por parte de las autoridades.

Ahora es muy difícil corregir esta situación porque tanto las mega bandas como los grupos de contrabandistas, narcotraficantes y terroristas ya tienen control de vastos territorios y el Estado ha perdido soberanía.

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