Un informe de dos grupos de derechos humanos, al que tuvo acceso el medio estadounidense The New York Times destacó que las detenciones secretas, conocidas como “desapariciones forzadas” juegan un papel central en el gobierno venezolano para controlar a su población, desalentar a la disidencia y castigar a sus oponentes.
Una nota publicada por el medio explica que el reporte, publicado el viernes 19 de junio, documenta 200 casos similares en 2018 y 524 el año pasado, un alza que atribuye al incremento de protestas.
La investigación arrojó numerosos secuestros en los que las autoridades llegaron en vehículos no identificados, no mostraron identificación ni órdenes judiciales, confiscaron celulares y computadoras y dijeron poco al esposar y cubrir la cabeza de los detenidos. Más del 20% de las víctimas reportaron haber sido torturados durante el cautiverio.
Las desapariciones forzadas son consideradas como un crimen contra la humanidad bajo el derecho internacional si se comprueba que suceden de manera sistemática. Los autores del reporte sobre Venezuela dicen que la práctica es “una de las más graves y crueles violaciones a los derechos humanos” porque deja a las víctimas “en un estado de absoluta indefensión”.