#OPINIÓN Por la puerta del sol (92): Gracias Dios, muchas gracias #12Dic

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La noche quedo atrás con sus sueños, soledades y naufragios. Llego el amanecer como rocío a las flores, otro día mas fortaleciendo el alma entre sus oraciones la dura espiga de la esperanza en medio del indeciso transcurrir del día.

Señor, si la melodía es la esencia de la música, tu eres en el universo la esencia de la vida, eres como la suave brisa, como el melódico cantar del pájaro, eres la esperanza del hombre hecha canto que se eleva a ti en encendida lira.

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Señor, tu que me sales al paso cada mañana, poniendo ante mis ojos la esplendidez de la aurora, tu que despiertas al pájaro para que de la bienvenida al nuevo día, tu que estas siempre presente en cada árbol, en cada flor, en la brisa, tu que das energías a las manos y al cerebro, siempre presente en la nítida estrofa del amor, en la esperanza del campesino al sembrar sus semillas, tu Señor que siempre estas presente en el corazón del hijo bueno, en su compañía, en sus palabras de amor, en los ojos abiertos de cada día, tu que me haces fuerte animosa y capaz, eres mas sublime que la sonrisa de un bebé, mas que la ciencia que la fecunda victoria, eres mas que el triunfo, que la sinfonía de una diana inspirada en un amanecer, eres mas que el sueño del hombre que navega feliz.

Señor tu eres mas que las bellezas de tu Creación, mas que las supremas ansias de hacerte un poema al son de las cuerdas del arpa que vibre en las manos de un maestro y escuchar encantado como se vuelven himno, al solo escuchar tu nombre las letras y notas sobre el pentagrama.

Gloria a ti que eres la existencia, que alientas la vida, que llevas en tus alas sombra al ardiente desierto, paz a los caminos, cobijo al huérfano.

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Gloria siempre a ti que controlas la puesta del sol y la llegada del amanecer, tu el único que bañas de luz a una abeja que vuela bajo el crepúsculo y al alma del hombre das la paz al final de su existencia.

Desde el amanecer seguiré elevando hacia ti el incensario de mis oraciones y un Hosanna cantare a aquel Jesús, único camino que conozco para llegar a ti.

Como recita en su poema el paisano Lasprilla «Aquel Jesús que en el Tabor envuelto en raudales de casta blancura, su faz soberana, radiante y divina, filtraba en las almas aladas dulzuras»

Gracias por los hijos y nietos que me diste, gracias por mantenerme fuerte, capaz y tranquila, gracias por la salud de todos nosotros, por las innumerables bendiciones derramadas sobre el hogar y la familia. Gracias en medio de nuestras diarias luchas por mantenernos unidos y contentos.

Soy apenas una hija que quiere agradecerte por todo lo bueno y hasta por lo difícil otorgado.

Gracias por permitirme seguir en este mundo, por permitirme ver ascender las estrellas y ver como de cada uno de sus rayos nacen millones de espigas.

Gracias Dios, muchas gracias.

Amanda Niño de Victoria

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