#OPINIÓN Una serenata para la hallaca #19Dic

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En Venezuela, son dos las actividades colectivas que convocan a toda la familia en vísperas de la Navidad: el montaje del nacimiento y la elaboración de las hallacas. Ambos eventos involucran la mayor cantidad de miembros de la familia, desde los más pequeños hasta los abuelos, cada uno de ellos representando el rol que le corresponde, como si siguieran un guion escrito por las sabias manos de sus más remotos ancestros. Hasta algunos vecinos y amigos se suman en ocasiones a estas manifestaciones de la más genuina identidad del venezolano que, con mucho o poco, ha logrado superar las adversidades para mantener viva la llama de la tradición.

Como en toda celebración, la música juega un papel fundamental en el reforzamiento del ambiente festivo que se vive en estas manifestaciones del ingenio humano, en donde todos y cada uno de los participantes sólo buscan aportar lo mejor de sí para lograr la feliz culminación del proyecto y poder regodearse con el resultado. La diversidad de ritmos y temáticas de la música navideña venezolana garantiza una banda sonora inagotable para que estas representaciones de la más profunda venezolanidad se conviertan en una auténtica fiesta.

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Si bien el nacimiento o pesebre, conocido en otros países como belén o portal, acapara la mayor cantidad de versos entre los aguinaldos, tonos, salves y villancicos atesorados en la memoria colectiva, también la hallaca ha sido motivo de inspiración para muchos compositores, anónimos o conocidos, quienes le han cantado a este suculento manjar que forma parte del plato navideño venezolano. Quizás sean las parrandas, gaitas y otros ritmos menos “devocionales” quienes le han cantado a la “multisápida”, como la bautizara un ex presidente de la república, siendo los preferidos para acompañar las largas sesiones de trabajo que, desde finales de noviembre, se realizan para la preparación de grandes cantidades de hallacas.

Acá recopilamos una pequeña muestra de canciones que hablan de la hallaca, desde la simple mención hasta el detallado proceso de elaboración. En esta serenata virtual, se incluyen los enlaces para que puedan escuchar y disfrutar de los temas y de esa manera ir entrando en el calor de las fiestas.

A la hallaca se le canta desde siempre aunque algunas de esas melodías se hayan perdido en con el tiempo otras han llegado hasta el presente gracias a partituras, la tradición oral o registros sonoros. Ya en el siglo XIX, algunos aguinaldos “a lo profano”, como se le llamaba a todos aquellos que no le cantaran a la divinidad, mencionaban a la hallaca como elemento de la cotidianidad caraqueña del entonces. Si acaso algún vecino, aguinaldo anónimo, se refiere al olor que se sentía al respirar, avivando de esa manera el apetito de los parranderos que iban de casa en casa entonando sus melodías.

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Un villancico tachirense que grabara el legendario Quinteto Contrapunto, titulado Canción de la parima relata que en “la puerta del cielo venden hallacas, 25 por medio y una de ñapa”, un precio que solo en “el paraíso terrenal” pudiera contemplarse. Por su parte, Que buena parranda recrea una pintoresca escena en donde la virgen María y San José esperan la llegada de su hijo disfrutando de las delicias gastronómicas de la mesa venezolana:

San José bebiendo chicha

y María haciendo hallacas

esperan al Dios Niño

en la Puerta de Caracas

Los Gaiteros de El Tablazo le cantan a la hallaca en ritmo de parranda central. Muchas personas acostumbran a encargar las hallacas a proveedores de confianza que garanticen la calidad del producto, pero las más sabrosas son las hechas en familia, con las manos maternas como garante de la mejor sazón. “El secreto está en el guiso y en lo suave de la masa. Ya encargaron cien hallacas, mira qué compromiso”.

La sola mención del nombre de la agrupación que interpreta el siguiente tema remite a los variados sabores del plato navideño. El Conjunto de Aguinaldos Pan de Jamón recuerda lo importante que es comer las hallacas calientes, seguramente para disfrutar de los olores intensos que emanan al sacarlas de su verde envoltorio. Si me dan hallacas, “dénmelas calientes, porque hallaca fría no gusta a la gente”.

Y ¿quién hace la mejor hallaca? La respuesta parece resonar al unísono: mi mamá. Iván Pérez Rossi y Hernán Gamboa recogen ese sentir popular en una parranda titulada La hallaca que originalmente grabara el cuarteto vocal Serenata Guayanesa en 1981y que posteriormente fuera versionada por cantantes como Raquel Castaños y Nancy Ramos. El texto de esta canción describe perfectamente la forma, el olor y el sabor de la hallaca, así como los ingredientes que la integran, reafirmando la preferencia por la hallaca hecha en casa: “Digan lo que digan, no discuto más, la mejor hallaca la hace mi mamá”.

Gaita y hallacas, dos presencias obligatorias durante las fiestas decembrinas. La gaita es la expresión musical más representativa del estado Zulia y se ha convertido en el ritmo musical más característico de la temporada navideña, aunque los zulianos la escuchen durante todo el año. Sabor a Hallaca es un tema interpretado por Maragaita en el que deja claro el indiscutible vínculo que existe entre hallacas y gaitas.

“Se disfrutan en diciembre

porque tienen más sabor

una gaita y una hallaca

hacen las pascuas alegres.

Dos sabrosos alicientes

para pasarla mejor”

El Zulia ha exportado a la gaita a nivel nacional como uno de sus productos musicales mejor acabados. En todos los rincones del país se escuchan los furros y tambores anunciando la llegada de las navidades. En puntos tan distantes como en la isla de Margarita, además de la gaita oriental también se escucha e interpreta por esta temporada la gaita zuliana. Allá hay hallaca es un tema grabado por la Agrupación de Gaita Margariteña en el cual se reivindica la necesidad de mantener la tradición de hacer las hallacas a pesar de los altos costos de los ingredientes.

De regreso al estado Zulia “El Colosal” Ricardo Cepeda y su agrupación gaitera grabaron un emotivo tema titulado Olor a Navidad, en donde el compositor se pasea por momentos y sensaciones que todos atesoramos en nuestros recuerdos. La llegada a la casa de la abuela, el olor que emana de su cocina, el encuentro familiar, los abrazos, las bendiciones.

“Olor a dulce de lechosa,

a majarete y hallacas,

impregnan toda la casa

anuncian la Navidad.

La viejita que su bendición nos da

y el viejo el más fuerte abrazo

¡Por Dios! Estos momentos gratos

Yo nos los cambio por nada”

Así como la gaita genera nostalgias también ofrece momentos de risas y diversión como es el caso de la hallaca de El Gran Coquivacoa, la cual en tono jocoso habla de las habilidades del protagonista del tema para hacer hallacas.

Los ritmos bailables caribeños, como la salsa, también han hecho espacio para cantarle a la hallaca. Mientras que Cheo Linares y su agrupación describe en un tema el proceso de elaboración de la hallaca, el Sonero del Mundo, Oscar de León le canta al vendedor ambulante del preciado manjar quien con su pregón va ofreciendo su hallaca de maíz tierno.

La música y la alegría son los aderezos adicionales que le dan ese sabor único e inconfundible a la hallaca venezolana. Quién no haya participado en una de estas reuniones familiares para la elaboración de las hallacas tiene una deuda pendiente en esta vida. Como reza un verso del poeta César Guevara: “Entre jolgorio y guataca la hacen el niño y la abuela, y es de toda Venezuela ¡sabroso manjar, la hallaca!”.

Miguel Peña Samuel

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