Desde que comenzó la hiperinflación en Venezuela (según economistas desde finales de 2017), los dueños de tiendas de ropa y calzado han buscado la manera de subsistir en medio de esta notable crisis.
Una de esas estrategias, aplicada desde 2019 (algunos desde 2018), ha sido colocar precios en dólares a su mercancía para intentar mitigar las pérdidas.
Y aunque no se reporta la misma cantidad de ventas de hace 10 o 20 años, los pequeños y medianos comerciantes que se mantienen en el país siguen cotizando sus productos de acuerdo con el valor de la moneda estadounidense, a fin de generar algo de ingresos en medio de la alta inflación que se vive en la actualidad.
“Si no vendes usando la tasa del dólar paralelo, la inflación acaba con todo. Es verdad que ahorita no se venden tantas prendas como en el pasado, pero al menos cuando logras vender algo no se te devalúa tan rápido. El año pasado había miedo de colocar precios en divisa, pero ahorita muchos hasta los colocan en carteles y vitrinas. Incluso, los compradores ya están acostumbrados a escuchar el costo de la ropa y alimentos en moneda estadounidense”, expresó María Brito, encargada de un local en el centro de Puerto La Cruz.
En 2019, esta estrategia rindió buenos frutos a más de un comerciante en la temporada decembrina, pues según afirmaron algunos consultados, cuando ofrecían sus productos en bolívares tenían “muchas pérdidas”.
No obstante, en diciembre de este año existe una situación que llama mucho la atención y es que los vendedores formales no sólo han aumentado el precio de la ropa y los zapatos en bólivares, sino que además están aplicando ajustes en dólares.
Por ejemplo, una franela que costaba entre 3 y 10 dólares en 2019, este año oscila entre 8$ y 15$.
Lo mismo está ocurriendo en el caso de los jeans y pantalones de vestir, los cuales eran comercializados entre 7$ y 15$ el año pasado, mientras que en la actualidad su valor varía entre 10 y 20 dólares, dependiendo de la marca.
Y ni hablar de los zapatos deportivos, que figuran entre los artículos más buscados por la ciudadanía a la hora de comprar estrenos para diciembre.
Uno de estos cuesta entre 10 y 30 dólares, mientras que el año pasado, los mismos modelos eran vendidos, máximo, a 18$. Sólo en algunos locales se pueden ver ofertas de deportivos en 5$.
En pocas palabras, este año se están necesitando más dólares para comprar ropa y calzado que en 2019.
Para el economista anzoatiguense, Gilberto Román, es “absurdo” que en Venezuela se hable de inflación en dólares. “No debería haber repercusión inflacionaria del dólar porque en el territorio nacional no hay un banco central que emita la moneda estadounidense. Sin embargo, igual se está dando este fenómeno. Lo que comprabas con un dólar hace un año, ahora necesitas cuatro o cinco. Es decir, aunque no es el término adecuado, estamos hablando de una inflación en dólares”, explicó para El Tiempo en días recientes.
Pese a eso, el experto entiende el hecho de que los comerciantes coticen su mercancía en moneda extranjera, pues a su juicio, esta es la única forma de hacerle frente a la hiperinflación que vive el país.
Lo que sí es lamentable, agregó Román, es que más de 93% de la población cobra sueldos en bolívares y esto no le permite enfrentar algún tipo de variación de precios en divisa. “Se les hace inalcanzable”, reiteró.
A juicio del presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Wael Raad, a quienes aumentan los costos “se les queda la mercancía”.
“La competencia permite que los precios se mantengan en muchos sectores. En estos días he notado que hay variedad de precios en jeans, zapatos, franelas…”, expresó.
Movimiento
Además de los incrementos de costos en dólares, se viene notando que hay mayor movimiento de personas en las calles.
Hace unas semanas, el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) en Anzoátegui, Marco Tulio Salazar, comentó que este movimiento se debe a que la ciudadanía estuvo más de ocho meses en cuarentena y por eso ahora se encuentran “paseando” tras la declaración de flexibilización especial, por parte del gobernante Nicolás Maduro.
Lo cierto es que al menos en las calles Sucre y Libertad de Puerto La Cruz, así como en el bulevar 5 de Julio de Barcelona, se ha registrado un importante flujo de transeúntes desde que llegó diciembre.
“Un porcentaje de la población sí está saliendo a hacer sus compras, pero la crisis económica sigue y al mayor porcentaje de la ciudadanía le alcanza sólo para lo básico que son los alimentos. Es una realidad que muchos venezolanos no podrán cumplir con la tradición de comprar ropa nueva, regalos y hallacas. Pero no se puede negar que hay un porcentaje de la población que ha logrado adaptarse más fácil a la situación y esos son los que están comprando y viviendo la tradición”, explicó Raad.
Sobre el uso del dólar en las transacciones comerciales, el presidente del gremio barcelonés manifestó que a pesar de que esto le da “oxígeno” a la economía, también genera algunas dificultades.
“Por ejemplo, cuando vas a pagar con un billete de 20$ y quieres gastar 4,$ te vas a encontrar con un problema porque no hay casi billetes de la denominación 1$ y 5$. Los comerciantes, para solucionar en estos casos, tratan de que los clientes completen una cifra redonda que haga más fácil dar el vuelto”, añadió.
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