#OPINIÓN El coronel psicópata narcisista #1Sep

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Este artículo está dedicado a mis alumnos y a todos cuantos han sido o están siendo abusados por un psicópata narcisista.

¡Cuánta desgracia para la gente feliz, cuando un psicópata narcisista se cruza en su camino! Estos depredadores sociales solo ejercen maldad y perversión, siendo la peor representación de un ser humano, si es que los podemos llamar humanos.

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Causó conmoción mundial todo cuanto se escondía tras una fachada de rectitud y decencia de Russell Williams, el coronel fetichista, violador y asesino. Se disfraza con ropa interior femenina y graba y fotografía las torturas a sus víctimas antes de asesinarlas. Fue piloto de la Fuerza Aérea de Canadá y sirvió a personalidades como la Reina de Inglaterra. Y se trata de un Coronel psicópata narcisista.

Pues la siguiente historia está enmarcada en el comportamiento oculto de un Coronel psicópata narcisista en res nullius, donde se recoge parte de  sus andanzas y violaciones a las leyes, a la moral, a la ética y a los usos sociales. Un Coronel enconchado en algún país latinoamericano, pero sin abstraernos de su existencia en alguna fuerza militar de cualquier parte del mundo. Desventuradamente para alguna institución el psicópata narcisista o el sociópata narcisista pudiera estar ahora mismo a sus anchas en tranquilandia, haciendo corrupción, cometiendo delitos y burlando las leyes y como toda realidad nefasta, seguramente tiene de aliado a algún homólogo que en vez de perseguirlo y ponerle los ganchos, ambos están asociados para delinquir proveyéndose de dólares mal habidos con negocios ilegales dentro de servicios públicos legales.  Right now, en algún lugar indefinido de un país latinoamericano tal vez o del mundo, dirigiendo alguna institución del estado, sodomizando por ejemplo algún servicio público al que han corrompido y en el que han establecido un sinnúmero de vilezas y componendas internas para hacerse de sumas millonarias  pues la codicia no los detiene.

Nos toca tratar la historia clínica de un Coronel psicópata narcisista. Que al igual que el sociópata no desarrolla conciencia, ni es empático. No experimenta culpas ni remordimientos como tampoco acepta responsabilidad por sus desafueros éticos y morales y a otros les endilga sus tortuosidades.  Es un ladrón comprobado, que despoja a las personas e instituciones de gigantescos volúmenes de bienes,  así sean del patrimonio social de la empresa por derecho propio o de las donaciones que esta recibe, el psicópata narcisista las recibe a su propio y personal nombre. ¡Que conveniente! Y si se trata de personas naturales, de personas físicas las despluma.

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El descaro y el cinismo. Se trata de un individuo que miente con descaro, que bajo perfil y entre sus monos voladores, defiende y  practica con excesiva desvergüenza, impúdica y deshonestamente hechos y situaciones que merecen  desaprobación general. Es un cínico por antonomasia; además de  hipócrita pues  finge cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente  experimenta. En este introito es menester indicar que los reales sentimientos del psicópata narcisista  son el odio, la envidia y el desprecio hacia sus víctimas.  

El Coronel psicópata narcisista, es un trastornado sin empatía, que le gustan los riesgos y las emociones límite. Se aburre con facilidad, es promiscuo y  adicto. No posee norma moral, ni ética, ni respeto a las leyes.  Manipulador, controlador, con falso carisma. Una persona falsa. Un depredador social.

Este Coronel psicópata narcisista es una falsa persona. Averiguar las intenciones de una persona puede ser bastante difícil, y muchas veces hacerlo termina en decepción, pero afortunadamente hay formas seguras de detectar a una persona falsa:

Las personas falsas como este Coronel  psicópata narcisista, se preocupan por el estatus social de otras personas. Si quieres saber cómo es una persona observa cómo trata a sus inferiores, no a sus iguales, Cuando una persona no está en realidad preocupada por su propio beneficio no le presta atención al estatus social de los demás sino que se centra en los rasgos y las características de su personalidad. Una persona falsa por otro lado no está interesada en ti. Está interesada en lo que puede obtener de ti. La persona falsa juzga a las personas por cuan poderosas o ricas son.

Las personas falsas manipulan a otros. Y este Coronel es un truhan de la manipulación.  ¿Te imaginas una persona genuina y feliz tratando de manipular a alguien? No sólo hacer una manipulación inofensiva sino usar viles , crueles, denigrantes, desagradables métodos y un despliegue de maldad insolente,  para hacer que otros hagan lo que es mejor para ella, sin importar lo malo que sea para alguien más. Esto es exactamente lo que hace una persona falsa, como este lo hace este castrense personajillo.

La gente falsa anhela atención. Este Coronel psicópata narcisista, se hace rendir pleitesía, verbigracia haciendo esperar por horas a las personas que solicitan hablarle  y él y sus asistentes  amaestrados – sus monos voladores -, se regodean en una insana satisfacción expresando ¡que esperen jajajaa!, mientras el sociópata o psicópata está encerrado en su oficina o burbuja narcisista dándole rienda suelta a sus parafilias. Y echándoselo de importante en lo que inunda de atención a su ego depredador.  Las personas genuinas y seguras por lo general no sienten un deseo ardiente de ser el centro de atención en todo momento. La razón detrás de esto es bastante simple, a las personas auténticas realmente no les importa lo que la sociedad piense de ellos en el sentido de ser normales y corrientes;  pero con las personas falsas la situación es completamente diferente, sienten que les falta algo importante e intentan compensarlo adelantándose en el juego, sin importarles quién salga lastimado en el proceso. La persona falsa obliga con sus actitudes a que le rindan pleitesía

La gente falsa nunca escucha. Este maléfico depredador social, el Coronel Psicópata narcisista solo se escucha a sí mismo, solo presta atención a los gruñidos de su licantrópica personalidad y alardea de cuantos cargos o puestos de alto nivel ha tenido y de las muchas personalidades que conoce y de cuantos favores le deben. A las personas falsas les encanta  hablar sobre ellas mismas, si conoces a alguien que nunca te pregunta por ti y siempre hace que cada tema sea sobre el mismo, es probable que estés tratando con una persona falsa que no merece ni tu tiempo, ni tu esfuerzo; como es el caso de este hombre nocivo que ha desprestigiado el uniforme y no honra a sus padres quienes le inculcaron valores que él siempre ha desdeñado.

A las personas falsas les encanta presumir. Este parasito Coronel es un presuntuoso, pedante y jactancioso.  Nunca es divertido escuchar a alguien que presume de si y de sus hazañas.  Si te cruzas con una persona que no puede dejar de hablar de lo maravillosa que es, existe una gran posibilidad de que estés hablando con una persona falsa. Las personas genuinas están orgullosas de sus logros pero no se jactan de ellos de izquierdas a derechas. En cambio una persona falsa, sigue y sigue y sigue hablando de lo hermosa, inteligente y fantástica que es su personalidad, de sus cosas y hasta de sus insignificantes logros.

La gente falsa rompe sus promesas. Pudimos indagar entre la gente abusada por este Coronel depredador social, que siempre deja en mal a las personas que él no considera importantes y cambia  la versión de los hechos donde él empeñó su palabra o cambia irrespetuosa y burlonamente lo que había dicho negando lo que era evidente que habría salido de su boca mentirosa y cual patán cambia la palabra empeñada y tergiversa los hechos, dejando como tontos o mendaces a quienes le solicitaban el cumplimiento del compromiso adquirido. Da una imagen de ser la persona más encantadora del mundo pero resulta ser un fraude y un mentiroso que nunca cumple sus promesas; en cambio las personas auténticas demuestran ser de palabra. Si tratas con una persona que habla mucho de sí misma  y siempre desaparece o niega haberse comprometido cuando llega el momento de actuar;  definitivamente no es  una persona con la que puedas contar ni en la que debas fiar.

Las personas falsas siempre son oportunistas. Hay muchísimos episodios de entre los cuales mencionaré solo este que trataré más adelante y para que percibas la situación con este Coronel psicópata narcisista, y podemos traer a colación la habilidad retorcida que tiene de adueñarse y/o secuestrar las relaciones sociales de importancia que tiene su víctima, mediante el infiltramiento sagaz. Las personas genuinas adoran pasar tiempo contigo y nunca tirarán una amistad o una relación por la ventana, en cambio las personas falsas ven la situación de una manera completamente diferente.  Les encanta estar a tu lado pero sólo hasta que conozcan a alguien de un estatus social más alto o que tenga más dinero; y  no tienen escrúpulos de arruinar  la relación con tal de obtener de ti lo mejor que tienes. Te usan.

La gente falsa desprecia a los demás. Es el caso de que este Coronel psicópata narcisista, ataca la autoestima de sus víctimas, las desprecia, las odia por no tener él lo que ellas si tienen;  las humilla, las hace sentir inferiores, les aplica técnicas oscuras de dominación como el gaslighting. Una de las señales más obvias de una persona falsa es que intenta lucir mejor a costa de otros. Este tipo de gente como este militar sin honor, nunca duda en criticar mordazmente a sus presas humanas para verse él más genial. Las personas genuinas, por otro lado, hacen todo lo posible para animar e inspirar a sus amigos y compañeros, mientras las falsas siempre hacen comentarios ofensivos.

La gente falsa se alimenta del drama. Este psicópata Coronel es peor que una comadre chismosa y enredadora, pues alimenta situaciones para que se produzcan enfrentamientos donde victimiza a personas en tanto disfruta el espectáculo. A este Coronel le encanta carear – confrontar entre si –  y humillar a la gente por diversión y entretenimiento.

Si ves que tú amigo o compañero destruye la vida a otros constantemente, no pienses que nunca te hará lo mismo, porque una vez que se aburra de ti o sea estratégico para él o ella,  puedes convertirte en su próxima víctima muy fácilmente y te culpará de sus errores. Este militar psicópata narcisista  además es alevoso.

Las personas falsas son chismosas. Las personas genuinas tienen altos principios morales que no les permiten hablar a espaldas de alguien. Si no les agradas  simplemente no interactúan mucho contigo, pero las personas falsas prefieren la hipocresía, mostrándose muchas veces amables contigo, a la vez que hablan mal de ti a tus espaldas. Este Coronel es la expresión más insidiosa de la hipocresía. El Coronel psicópata narcisista  actúa con premeditación y ventaja, a la vez que prepara a sus monos voladores para que disfruten el circo que él monta para dañar a otros. 

Las personas falsas sólo son amables cuando necesitan algo. Lo único que le importa a una persona falsa es ella misma – como este delincuente Coronel – por lo que ven a los demás desde la perspectiva de lo que pueden obtener de ellos. Esta característica oculta puede ser bastante difícil de notar desde el principio, pero desgraciadamente, todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos enfrentado a gente falsa, hipócrita, envidiosa y desleal que nos han jugado malas pasadas. « Por eso prefiero rodearme de personas que revelan su imperfección, en lugar de personas que falsifican su perfección». (Charles F. Glassman)

Las personas falsas desaparecen cuando más las necesitas. Este Coronel psicópata narcisista, construye y propicia escenarios donde le crea problemas a sus víctimas y al  momento de buscar su intervención para dirimirlos porque se produjeron por su orden y consentimiento; entonces este psicópata desaparece, se niega o no corrobora que la situación se generó por su orden y cuenta.  Todos y cada uno de nosotros hemos estado en una situación difícil al menos una vez en nuestra vida, estas situaciones son lo peor.  Claro, pero muestran quiénes son tus verdaderos amigos ya que los falsos amigos siempre desaparecen a la primera señal de problemas o te los endilgan,  o los evaden,  o  niegan haberte dicho algo sobre un asunto puntual,  para salir ellas – las personas falsas – como las rectas y ecuánimes. Así es el comportamiento de este miserable Coronel. Los psicópatas narcisistas empujan y programan a sus víctimas a cometer errores para que una vez consumada la falta, la infracción, el error o el delito; entonces  ellos los psicópatas narcisistas se erijan en los verdugos de sus víctimas, exponiéndolas incluso al escarnio público, en lo que consiguen burlarse de ellas y ensuciarles su reputación.  Para defecarse en el buen nombre de sus víctimas.

¿Sabes quiénes son depredadores sociales?  Son maniáticos depresivos, poco estables emocionalmente, adictos a algo, como a las drogas y a las parafilias.  Ellos tienen un sentido malvado, parasitario, de engaño,  de control y manipulación, en la que  ejercen y tienen perversiones. Utilizan a otros como títeres o marionetas y los controlan para jactarse maléficamente de hasta dónde pueden llegar sin que nadie los descubra,  por ello generan en su entorno situaciones donde le rindan pleitesía y sean idolatrados como dioses y  terminan afectando la autoestima y el patrimonio de personas y la imagen y el prestigio de instituciones. Son peligrosos delincuentes que se esconden en una fachada falsa. En verdad, son personas de las que uno no se puede confiar y a las que se les debe neutralizar.  Buscan saciar sus perversiones con personas apetecibles por sus cualidades, imagen, talento o patrimonio. El psicópata narcisista como depredador social cuando está al frente de las instituciones sociales, las corrompe y las desprestigia.

Este Coronel tiene una grave afección en la amígdala cerebral. Algunos estudios basados en diversas técnicas de exploración por imágenes muestran que los mecanismos cerebrales subyacentes a la impulsividad, inestabilidad emocional, agresividad, ira y emociones negativas podrían estar en una desregulación de los circuitos neuronales que modulan las emociones. En especial, se han observado pequeñas diferencias individuales en cómo se regula la amígdala, un núcleo cerebral que desencadena el pánico o la ira en respuesta a estímulos de peligro procedentes de otras áreas cerebrales. Algunos individuos como es el caso de este Coronel psicópata narcisista al que se contrae esta historia, tiene dificultades para inhibir esta respuesta desde el área pre frontal. Se sabe que el abuso de sustancias o el estrés empeoran esta capacidad de inhibición. Y sobre el abuso de sustancias hablaremos más adelante cuando hace su primera incautación de drogas. Este desadaptado psicópata es un consumidor de sustancias ilícitas.  

De unos apócrifos recogemos un diálogo con nuestro Señor Jesucristo, en el que  San Vicente de Paul le dice al Rey de Reyes: “Señor, si tú estuvieras en mi lugar, ¿Qué harías en esta ocasión?”. Y Nuestro Señor, dentro de toda su  omnipotencia, magnificencia y su gloria, en ningún momento mutiló ni censuró  ese paralelismo y sin interrumpir entabló el  diálogo.

Imagínense, ni siquiera el creador del universo se sobresalta, ni predispone, ni censura que un mortal haga un inocente parangón con Él para impulsar ambos un diálogo. No ocurre así con este Coronel trastornado psicópata narcisista, despreciable. Estos depredadores sociales no permiten que se les compare pues las demás personas son cosas u objetos como un mueble o una silla y ellos son Dioses. No digieren la idea que alguien haciendo uso de los recursos del lenguaje pueda hacer un símil para graficar un asunto. Aunque quien desconoce la verdadera personalidad de un psicópata narcisista, su destructiva, maltratadora, delincuencial  y maléfica esencia,  nunca cometería el error de compararse con él. A veces pecamos por desconocimiento, y después nos crispa el asco.   

El psicópata y mayormente el psicópata narcisista y siempre el psicópata es narcisista,  está enfermo de grandiosidad como es el caso de este Coronel y podemos escuchar de su boca la siguiente expresión: “Yo soy un Dios, criaturas ridículas, todos están por debajo de mí”, al estilo Loki in the Marvel Comics. Tal como ha acontecido en innumerables ocasiones con este Coronel , una de las cuales  cuando ejerciendo la máxima autoridad de una empresa del Estado, en un episodio donde un funcionario quiso hacer un símil comparativo para explicar un punto solo a los efectos gráficos,  le dijo al Coronel, “supongamos que en ese caso no se trata de mi sino de usted” , a lo que el Coronel replicó de forma violenta e impulsiva sintiéndose incluso destronado,  ¡no señor usted no se compare conmigo, yo soy muy superior a usted! .  ¡Váyase a la ver….!

Solo imagínense la escena, a este Coronel endiosado en una oficina dentro de su burbuja narcisista y grabando en videos con cámaras ocultas y con su smartphone y los de su asistente, para recoger morbosamente un material donde humilla a los empleados de la institución. Bueno, es que este desalmado trastornado además es chismoso, recuerden que es una de las características de las personas falsas, – se maneja como una comadre brollera -, es un peligroso  individuo que padece gran angustia e inseguridad, lo cual lo impulsa a agredir, ya que en su mente se forman un sin número de fantasías destructivas que lo llevan a tener esa actitud.  El propio arrogante, ególatra, cuyas expresiones dieron pie, junto a otras manifestaciones psicopáticas y narcisistas de este Coronel,  para impulsar la presente investigación. Se trata de igual modo de  un voyerista – trastorno mental en el que el individuo siente placer sexual de observar, muchas veces a escondidas – , que se complace morbosamente en registrar en videos o le  gusta grabar o filmar sus ofensas y a sus víctimas. Mantiene un registro de las reacciones de sus víctimas cuando las ataca y especialmente cuando les ataca la autoestima. Pasa horas y horas en una perversa satisfacción enfermiza observando a través de  cámaras ocultas  a sus víctimas.

La grandiosidad. Es una característica puntual de este trastornado. «Miren, allá en el cielo, es un ave, es un avión, ¡No!, es el súper Coronel. En la tierra, el súper Coronel tiene poderes y habilidades mucho mayores que de los hombres mortales». Este psicópata narcisista está convencido de que es superior a todos.

Un hombre con enormes complejos de grandeza, su estampa morfológica le queda diminuta comparada con el mega hombre que se cree de sí mismo. Una característica propia del psicópata narcisista es la de creerse un Dios, un ser superdotado, con cualidades superlativamente superiores a todo mortal. Enfermo de majestuosidad en la que Ángeles se extasían, es megalómano y  protagoniza reiteradamente perversiones en la que le dice a los empleados de la institución – pero que él asume como suyos de su propiedad, sus esclavos,  o sea que le pertenecen como una cosa o un objeto, pues los cosifica – , «no conmigo no se compare yo soy muy superior» , nada más le falta decir YO SOY UN DIOS, y lo dice convencido de que él es una especie de Dios a quien todos deben rendirle adoración y mantenerse sumisos y genuflexos ante tan colosal hombre-deidad. Este sentido de grandiosidad, con un ego infladísimo es otra de las características del psicópata narcisista. Las personas con trastorno de personalidad psicópata narcisista sobreestiman sus capacidades y exageran sus logros (lo que se denomina grandiosidad). Creen que son mejores que los demás, únicos o especiales. Cuando sobreestiman su propia valía y sus logros, a menudo también subestiman la valía y los logros de los demás.

Ya sabemos que además de un psicópata, se trata de un narcisista exacerbado, diagnosticado psiquiátricamente y de connotaciones negativas. Con un rasgo de la personalidad caracterizado primero por una baja autoestima, que trata de compensar con una exagerada sobrevaloración de la importancia propia y de un gran deseo de admiración por los demás. Cuando se siente menos ante otras personas de quienes sabe poseen mayores virtudes que las suyas, trata de apocarlas, vertiendo su psicopatía  en expresiones gestuales o verbales de grandiosidad para sí mismo, mientras que de desprecio y humillación hacia la otra persona atacando su autoestima. Este trastornado Coronel, es una falsa persona, que se caracteriza por tener un perfil maltratador en sus relaciones, actuando de forma insidiosa y velada con sus víctimas cuando le conviene, pero queda expuesto porque igualmente en muchas ocasiones no puede controlarse a sí mismo. Entre otras estrategias para abusar de las personas utiliza el silbato de perro, expresiones cuyos significados sólo son percibidas o escuchadas por sus víctimas pues las demás personas presentes no las entienden porque el psicópata narcisista no las dirige a ellas.  

Los desprevenidos y empáticos amigos. Entre tantas características parasitarias de este Coronel psicópata narcisista como depredador social, podemos mencionar la habilidad retorcida que tiene de adueñarse y/o secuestrar las relaciones sociales de importancia que tiene su víctima, mediante el infiltramiento sagaz. Toda amistad desprevenida de la víctima es manipulada por el  Coronel Psicópata Narcisista. Lo explico de este modo. Es reiterativo en la conducta de este maniático, que cuando una persona que está siendo víctima de este malandro de tres estrellas oscuras, resulta que tiene entre sus amigos y conocidos a alguien con peso e importancia social o institucional , en fin una persona de influencia y respeto con ascendencia sobre este pervertido Coronel y entonces pide la intercesión a su amigo o conocido para que hable con el psicópata narcisista para que deje de atacarlo y deje de victimizarlo y cuando esta tercera persona interviene y contacta al trastornado, este timador social el psicópata se luce como bueno y afable, arguyendo que no tenía idea de lo que está sucediendo o de lo que la mente de la víctima o de su recomendado le estaba jugando una mala pasada y cuando esta persona a quien él considera su cuasi igual – recordemos que para este trastornado nadie es igual de magnifico como él – , le habla y le refiere al asunto;   entonces el psicópata se hace el “desentendido de los sucesos mediante los cuales humilla, ofende , sobaja y mortifica a su víctima ” y el ofensor cual actor instala otra trama , otra obra teatral y  se hace deber favores .  Y «eureka», el coronelillo hampón  pone en movimiento todo un entramado maligno y falso donde se apropia y se roba  la relación de importancia social que era de su víctima y quienes desconocen su alterada psicología ni se imaginan la astucia artera de este personajillo y sus juegos mentales. Por eso hay que advertir a los amigos de que se trata de un Coronel  psicópata narcisista integrado retorcido, pervertido y astuto, que se encuentra encubierto, con el que hay que ser condescendiente para salir de ese escollo.

Ineludible mencionar  el caso de la mesa de la infamia, que es la mesa de trabajo en equipo, donde el Coronel psicópata narcisista aprovechándose de su ascendencia jerárquica, humilla con palabras y gestos a las víctimas a quienes les dirige toda su maldad atacando la autoestima de estas personas, abusando de ellas, en una expresión de la jactancia y prepotencia de su poder circunstancial. Es un hombre cargado de anatemas.  Una misma porquería, la peor representación de un ser humano, es este timador. En ocasiones, convoca reuniones para despotricar de sus víctimas, para desprestigiar a sus víctimas y decir de ellas  cuantas bajezas,  mentiras e infamias pueda crear su retorcida mente, para dañar la reputación de sus víctimas,  con tal de desviar la atención sobre sí mismo y retratarse como un hombre de honor y de corrección, siendo el peor delincuente enmascarado. Y sus monos voladores prefieren escuchar las calumnias de este espectro maligno en contra de un inocente que no estuvo presente porque cobardemente este vil Coronel se las ingenió para no invitarlo, pero gente decente le informó lo sucedido.  Es que el Coronel psicópata narcisista es como el espejo maldito de la película de Oculus  (2013) del Director Mike Flanagan.

La diabólica inquisición. Recordemos  que los psicópatas narcisistas como este coronel, se afanan y se afincan en destruir la reputación de las personas que  convierte en sus víctimas, desacreditándolas y colocando sobre ellas la mirada enjuiciadora de las demás personas. ¿Y por qué lo hace? Lo hace porque él quisiera ser lo que esas personas son, las envidia y por tanto persigue ensuciarlas y desprestigiarlas para dar el mismo Coronel una imagen que no tiene, para figurar él como el virtuoso de la institución, donde nadie le haga competencia. En un mundo al revés, el delincuente psicópata narcisista hace ver a su víctima como el problema, cuando el problema es el propio psicópata narcisista, en este caso el Coronel depredador social  y ciudadano enmascarado. De modo que los monos voladores ya inoculados de la maldad del depredador social y con un prejuicio sembrado en sus cerebros secuestrados se convierten injustamente  en inquisidores, juzgadores y sentenciadores del comportamiento de la persona que han victimizado y el psicópata Coronel se hace ver como el impoluto hombre de bien. Tomás de Torquemada les queda pequeño.

Se burla de los puestos de trabajo de sus víctimas como inferiores al de él, como pequeños en espacio físico, además de escarnecer de la apariencia física y la vestimenta de su víctima. Olvidando el efecto búmeran, el karma o la justicia de Dios, como deseen llamarla.  A este trastornado y depredador social le excita lucirse a costa de los demás y usa entonces para esos fines o directamente la humillación delante de todos o el silbato de perro que explicaré en otro artículo.

Olvidan sus monos voladores que cuando dejen de serle útiles, el Coronel psicópata narcisista los dejará colgados de la brocha. Se trata de un timador, sin honra, sin honor y sin esplendor que no sea falso, perecedero,  circunstancial y efímero. No apunta a que se le recuerde por sus méritos sino por sus deméritos;  es en consecuencia un deshonesto y un desprestigiado, sin integridad, sin ninguna moralidad. Intimida cobardemente a las personas cuando no se siente observado y que sus actos quedarán inmunes e impunes, es un pávido si no tiene quien lo respalde ,  que se escuda en las armas  y en una circunstancial posición de jerarquía en la empresa del estado que ha convertido en su concha del crimen y con una fachada de licitud la ha desprestigiado y la hace su centro de operaciones delictivas obteniendo furtivas, inusitadas  y elevadas riquezas en dólares mediante la extorsión y la venta de lo que salvo pequeños aranceles en condiciones normales es de expedición gratuita, pero que la corrupción en ambas direcciones facilitan su entrega a través de la red interna y externa de descomposición moral y ética ,  además de los sobornos, el tráfico de influencias, la evasión fiscal, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo y la cooptación .

Quienes han podido observar, mirar o presenciar en su realidad explosiva al Coronel psicópata narcisista, en su plena expresión, de su trastornado comportamiento , al descubierto, cuando la impulsividad propia de este depredador social ha dejado  desenmascarada su esencia y tal cual se puede percibir su verdadero rostro y no el que oculta, han quedado estupefactos al no digerir la idea de cómo un hombre que aparenta una impoluta corrección acomodaticia en público, es en verdad un monstruo, lleno de maldad, crueldad y de deformaciones de todo tipo que caracterizan a la peor versión de un ser humano .  

A este Coronel psicópata narcisista se la diagnostica, según el DSMIV (Manual de diagnóstico de Psiquiatría) dentro de los Trastornos de Personalidad, con un Trastorno Antisocial de la Personalidad  y  sea útil este expediente para describir , registrar y evidenciar la prognosis de depredador y parásito, pues constituye una información para que la sociedad se entere de sus comportamientos y características, para estar alerta en su acontecer diario de personajes que siendo psicópatas narcisistas o sociópatas complican o destruyen con crueldad y malignidad, además de jactancia y prepotencia  la vida de otras personas o de las instituciones y que las víctimas no comprenden que es lo que sucede con gente así que aparenta normalidad, como el caso de este psicópata integrado; pero que siempre tienen un plan perverso en donde la manipulación y el control son sus armas esenciales. Es una descripción de una patología desde sus inicios, que es un tipo de trastorno mental que se caracteriza por la alteración del carácter o de la conducta social de esta persona, que además se hace de un club de fans siniestro, o cómplices que son sus monos voladores, a quienes el psicópata narcisista los ve como sus lacayos.

Otras situaciones enfermizas se generan en este ambiente, ante la ayuda y asistencia de las esclavas sexuales, donde se producen desafueros morales y hasta anticristianos, por embelesamientos de algunas empleadas que les gusta el sometimiento, la sodomización, las relaciones adulterinas e hipnotizadas por fantasías enfermizas personifican a Anastasia Steele. Pues no atisban que se trata de un psicópata narcisista y son brazos ejecutores de las perversiones de un maniático y sin miramientos dañan a las víctimas de este desalmado   En mi próximo artículo trataré sobre las fantasías de Susana. Aberraciones como estas, le dan combustible a las corrupciones del psicópata narcisista.  

¿Acaso conoces a un Coronel así, o eres uno de sus monos voladores? Es que los monos voladores copian o imitan las detestables conductas del psicópata narcisista y obedecen sus órdenes criminales, como es el caso de Susana que le gusta cohonestar con el pecado haciendo apostasía, cede a las tentaciones, a la inmoralidad sexual hasta de pensamiento  y a la codicia; incluso si para complacer al psicópata deba pisotear los Derechos Humanos,  la decencia o hasta al mismísimo Jehová de los ejércitos. Un servilismo y esclavismo psicológico, además delincuencial y ninguna autoestima – estas personas que fungen como espías o esbirros no se quieren a sí mismos- , además que dejan enemigos en el camino por obedecer al psicópata narcisista, el cual es un personaje tan oscuro,  tan dañino para la sociedad y los monos voladores hacen apología de este delincuente. Son su club siniestro de fans, que como rebaño obedecen y emulan al psicópata narcisista, para sentirse superiores o congraciarse con el depredador social. Que como Ángeles malvadas traicionan a los suyos por ese enamoramiento adulterino en el que se les caen los blúmeres por el Coronel psicópata, que las embauca retorcidamente, pero  son sus monas voladoras y sus monos voladores. Aunque no se engaña a quien se sabe engañado y a estas esclavas sexuales, con sus deformaciones psicológicas,  les gusta que el entorno se entere que son servirles del malvado y que este les delega poder,  tanto poder como el del psicópata, así entreguen su alma a Satanás por el daño que hacen a sus hermanos, al prójimo. Estas mujeres de esta anchura moral viven y disfrutan con estar junto al Coronel en su salsa psicopática en la que veneran a un desquiciado sintiéndose protagonistas de viles, lacerantes y atroces escenarios.

Tanto el Coronel psicópata narcisista produce un daño psicosocial, como los monos voladores que alcahuetamente no le dicen ni una palabra de reproche moral, pero es entendible pues participan de las ganancias producto de la corrupción.  Si eres un mono volador o una mona voladora disfrazada de Ángeles y estás consciente de la maldad que haces, no te dejes seguir utilizando como una marioneta de este perverso Coronel. Ahora si eres perverso como el psicópata narcisista tu alma seguirá a la de aquél en los tormentos eternos.

Nos referiremos a lo largo de este artículo al paciente, como al trastornado Coronel en parangón con Russell Williams, sabiendo ustedes que desde el inicio al epilogo se trata de un psicópata narcisista que para infortunio y calamidad de la sociedad logra llegar al grado de Coronel,  desde donde perfecciona la criminalidad y la delincuencia a través del robo y el hurto, las drogas, el soborno y el chantaje, el cohecho , el control del miedo y de los recursos para provecho propio, la manipulación, el engaño, la mentira  entre otras invirtudes.   

Con una tendencia natural a hacer el mal y con historial de problemas de conducta, al futuro Coronel, de niño sus padres no logran enderezarlo. Él hace y protagonizaba actos realmente desconcertantes o espeluznantes, bochornosos, reprochables  e inmorales.  Cosas que no se conciben que pueden provenir de un infante sano mentalmente, porque se trata de conductas psicopáticas narcisistas. Su padre, un hombre rígido de carácter,  no encuentra forma para que su hijo deje de robar y deje de vender las cosas del hogar y de otras personas, porque se está entrenando como ladrón.  Su señora madre una dama muy correcta, se llena de tristeza al ver que su hijo tiene un desorden de la personalidad, que aun cuando ella no sabe cómo calificarlo médicamente, si entiende que no es habitual que un infante se comporte como lo hace su criatura, que además se cree mejor que los demás niños e incluso que los adultos, él siente que es grandioso y tiene un egocentrismo escalofriante, que nadie puede compararse con él. Algo malo ocurre con su hijo. Que además es mentiroso compulsivo, es un mitómano, es un mentiroso crónico. Característica esta de su personalidad, que le agrada grandemente a este niño , pues se sacia y se place en la mentira, y en su vida de adulto siente complacencia e incluso defiende a quienes logra enfermizamente identificar como mitómanos igual que a él y sobre todo cuando eso le deja ganancias y máxime si son dólares.  Sus padres siempre le capturan las mentiras y él como siempre se ríe a media jeta o a media cara,  con  el rostro  perturbador, una sonrisa maliciosa y predadora,  prolongada, por lo que se puede sospechar de una personalidad antisocial  psicópata o sociópata.

También luego de andar con una pandillita que tiene, se presenta en la casa de sus padres con diversos objetos robados y de distinto valor, que los vende y se hace de dinero. –Apenas tiene 10 años y se escapa del hogar por  fisuras convenientemente acondicionadas por el pequeño bribón y lo hace sigilosamente , en silencio para no advertir ni que no está ni donde está  – , comportamiento que de adulto lo caracteriza al llegar a sus oficinas o al llegar a sus casas a hurtadillas . Hacer todo furtivo, de llegar a escondidas  a la casa o al  trabajo y de salir a escondidas cuando así lo planifica en tanto eso le garantiza mantenerse encubierto de sus  crímenes,  corrupciones, desviaciones y adicciones.  Ya descuella como un delincuentillo, actividad preferida por los psicópatas narcisistas.

Lo llaman el psicópata albañil, porque en cada región donde lo envían, allí se construye una mansión con dineros provenientes de la corrupción, y se compra vehículos para sí y para sus parejas de ocasión, porque así como su personalidad está adulterada, su vida es un continuo adulterio. Los vecinos de una de las tantas casas que construyó y construye con los dineros mal habidos, producto de trampas, cohecho, corrupción, tráfico ilícito de drogas,  etc.,  pues siempre en cada localidad donde le asignan funciones él levanta con una inmediatez delincuencial,  una mansión de por lo menos tres plantas y estos vecinos lo describen como un hombre extraño, misterioso que oculta algo,  antisocial, que se esconde, pedante y jactancioso en sus pocas apariciones en público.

Ya muchos empleados de alguna de las  instituciones a cargo de este psicópata narcisista, narran como el Coronel siempre llega cada vez que puede,  como un humo que se desliza a escondidas  o  a hurtadillas  para que nadie advierta su presencia en el afán siempre de capturar a algún trabajador haciendo algo indebido , no para corregir el suceso , sino para extorsionar al empleado y sumarlo a su banda de delincuentes y esbirros personales; pues lo indebido, ilegal e incorrecto es privativo de él y de sus monos voladores. A los aprendices de ladronzuelos los extorsiona y los suma a su club de monos voladores.  Siempre busca  como ensuciar a alguien para tener coartadas que lo exculpen y justifiquen, manipulando a quien tenga en sus manos por saber algo penoso de él o de ella,  para tener esclavos que obedezcan sus órdenes delictivas y poder además ejercer  manipulación y control.

Llega a hurtadillas con el objeto de sorprender  y hacerse el invisible para poder ejercer control desde las cámaras ocultas y sabemos que  ejercer control es lo que más hacen los psicópatas narcisistas. Les obsesiona controlarlo todo en tanto se garantiza que su mundo criminal se mantenga a salvo de quienes lo puedan descubrir e incluso de otros depredadores sociales como él. Llegar a escondidas o hacer creer que está en su oficina o que no lo está es un ardid en el juego psicopático narcisista de este peligroso hombre y falsa persona, que custodia como todo depredador su burbuja narcisista.

Un singular episodio en la niñez  de este coronelillo, ocurrió con un camioncito de volteo de plástico que le robó al vecino y cuya posesión no tiene forma de justificar y por lo cual  llena de pena y de vergüenza a sus padres,  quienes no comprenden por qué su hijo, teniendo muchos juguetes y otros camioncitos de plástico, éste opta por robar.  Pero es la envidia y el afán de tener lo que a otro le pertenece aunado a la adrenalina que a este niño le genera hacer cosas prohibidas legal y moralmente reprochables. En otra ocasión le dio de palos a unos pichones de paloma solo por el placer de ver como no levantaban vuelo. Le refirió a su mamá, riéndose malévolamente a media jeta, “jajaja ya no podrán volar”.  En otra ocasión metió un gato al congelador y se extasiaba escuchando los desgarradores maullidos del minino, y luego lo sacó muerto por congelamiento. Estos son solo algunos episodios de las perversiones de niño de este trastornado Coronel. El sadismo lo caracterizaría por el resto de su vida y significativamente en su ejercicio como Coronel es un déspota, al menos que negocien con él pues siempre deja un abanico abierto para que lo corrompan y eso le excita y le deja ganancias en dólares o euros.  Es una hetaira de la moral.

Este psicópata narcisista  cuando niño, al ser regañado y verbalmente sancionado, para nada siente ni pena, ni remordimientos.  Se sigue comportando reiteradamente como si nada hubiera pasado y reincide en las mismas vilezas, maldades y atrocidades. Es exclusivamente burlón, se mofa de sus víctimas, de su apariencia física, de su vestir. Conducta ésta que ejerce repetitivamente de forma indecente a la edad adulta.  Mantiene la vida parasitaria propia del psicópata. Por otra parte es singularmente perverso o aberrado con las niñas. Con los años se descubre que igual siente atracción por los niños o los varones adolescentes. Es una de sus adicciones de adulto, la promiscuidad y la bisexualidad, además patológicamente  la pedofilia y la pornofilia. Por muchas morbosidades cometidas en la familia, de niño y en la escuela es acusado reiteradamente con sus padres. Su papá no lo aguanta, no lo soporta, lo da como un caso tan siniestro y retorcido, por eso siempre le manifiesta, «cuando estés en edad te voy a inscribir en la escuela militar para que te forjen carácter». Pero el niño siempre saca a flote un encanto timador para salirse con la suya; otro tipo de sonrisa,  una conveniente sonrisa embaucadora,  un carisma que finge y que lo ayuda habilidosamente  a zafarse de los problemas en que se mete y que para él solo son situaciones límite que lo mantienen en una «emoción psicopática». Son patologías propias de un niño psicópata narcisista.  Nótense los dos tipos de sonrisas de este paciente, una sonrisa embaucadora para engatusar a su público y una sonrisa malévola como señal de satisfacción y engreimiento por el  logro de sus escabrosidades en obsequio a su retorcida mente y diabólicos  juegos mentales.

En su carrera militar ya de adulto se descubrirían otras fantasías incontrolables del Coronel, entre las cuales  se citan  que en el salón de la oficialidad cuando era primer teniente se observaba cómo se descomponía con sus subalternos y superiores afeminadamente al ingerir licor. Sus preferencias lo identifican y caracterizan desde entonces.

No siente compasión. Entre tantos episodios llenos de maldad en los que de niño es su artífice, podemos mencionar que en una oportunidad le prendió fuego a un cachorro solo por el placer de ver como el animalito lloraba, gemía y se desesperaba mientras se chamuscaba y  esto le causa a este niño un placer insano, una excitación en la que se regodea al presenciar el sufrimiento del cachorro, un retorcido placer que se garantiza a lo largo de su vida con actos perversos en contra de otros animales pero especialmente en contra de otros seres humanos, de muchos subalternos, en los que especialmente escogería de víctimas a empleados de los Despachos en los que fungía como Jefe. Adviértase que este desalmado Coronel asume que él es propietario de los empleados, que son sus esclavos y así los mira y los concibe en su malévola mente. Para su deformada mente los empleados de la empresa del Estado, no son personas libres que trabajan para una institución del estado, ¡no!  El psicópata ve a los empleados como de su propiedad personal, como marionetas y cosas a las que hay que utilizar y que le deben pleitesía y sumisión.

Es malvado con los animales, lo que a través del tiempo y por disimular ante su ambiente  procura disfrazar y tiende a camuflar. Un amiguete le recomendó tener un perro para hacer terapia, pero siempre que puede de modo encubierto  lastima a los animales, entonces retoma las andanzas de su psicopatía infantil. Él se va integrando al ver las reacciones de su entorno, pero no cambia, ni cambió, en esencia es psicópata y eso no tiene cura. No hay opción, el psicópata narcisista es la peor versión de un ser humano. Entonces él hace gala de su falso carisma y de su encanto perverso y se zafa de sanciones, por el amor que sus padres le tienen. Se formó como un maligno de la mentira, desde chico demostró ser un mentiroso compulsivo.  Su sonrisa despectiva a medio rostro le delata, su maléfico engreimiento y su satisfacción personal por la maldad que comete.  

No olvide el lector que el psicópata narcisista, se vale de una imagen que construye sobre sí para manejar y manipular su entorno, a la gente que lo rodea y cual actor o histrión se hace de un falso encanto o un falso carisma, pero con una visión egocéntrica en la que se cree magnífico y está convencido de que  nadie puede superarlo ni en astucia, ni en habilidades, ni en inteligencia. Este depredador social, se ensalza de grandiosidad mientras cosifica a las demás personas. Puntualicemos además que tiene una vida parasitaria, no produce sino que chupa, roba, hurta o estafa a otras personas o a las instituciones por las que pasa en funciones de jefe. Es la corrupción en su más malvada y asquerosa expresión, en lo que ha perfeccionado hacerla bajo perfil, pero los signos exteriores de riqueza lo delatan.

En su infantil etapa son muchos sus conflictos en las relaciones personales e interpersonales o ataques físicos y al autoestima de otras personas, especialmente ataca a sus compañeros de estudios, a sus condiscípulos y a sus vecinitos y primos, es de niño un azote para  quienes deben soportar su violencia física, sus juegos mentales y la maldad verbal que este les propina en su locuacidad insultante y denigrante; además siempre se roba o hurta cosas, ser ladrón es una de sus pasiones. Es especialmente vengativo con los compañeros que obtenían mejores calificaciones que él y siempre les hace maldades y atrocidades, pues ningún niño podía tener la osadía de superarlo, ya que él sentía que era mejor que todos.  Siente complacencia en engañar a otros niños y presume de ello.  Desde pequeño demuestra sus mañas como ladrón. Comenta su mamá que siempre falta algo en casa y es el niño quien se los roba y los vende  y siempre anda con dinero al robarse las cosas de su casa o al robarle a sus compañeros en la escuela, o a los familiares.  Se entrena en su vida parasitaria  que lo caracteriza  el resto de su vida. Una de las características diagnósticas de las clasificaciones existentes, la Robert  Hare, de los / las psicópatas es la vida parasitaria; es decir, viven de los recursos de los demás, como cualquier parásito, se alimenta y se nutre de las personas que tienen alrededor y necesariamente de la pareja, y si tienen a su cargo una institución o una empresa social, la corrompen y desprestigian.

De infante, siempre se roba lo que está a su alcance  y se convierte en un luzbel del camuflaje, engaña a todos los que puede seducir con su falso carisma  y se hace de una pandilla que lidera. Su presencia es un horror para quienes conocen su personalidad. Son niños de su edad, a los que él controla y manipula, pero sobre los que también ejerce violencia física y psicológica; son sus primeros monos voladores que lo tratan como al jefe.  Siempre se garantiza ser el anti líder, un anti líder siniestro, a lo largo del tiempo buscó puestos de jerarquía para poner en práctica su psicopatía. Observaremos que si no se siente jefe que manda y si no tiene quien le obedezca se siente vacío, pues manipular y controlar es su combustible.

Como pueden darse cuenta, ya desde niño este Coronel  psicópata narcisista, se entrena en patear y  en darle la vuelta a las reglas, a violar las leyes, a contrariar la moral y a vivir pisoteando la ética. En todo momento busca como irrespetar los usos sociales y burlar las prohibiciones, para él es un reto y le llena de adrenalina vivir al límite  al saltarse las verjas. Y solo es un niño, figúrense ustedes en lo que se convirtió de adolescente psicópata narcisista o de hombre psicópata narcisista.

Hay prolijidad de acontecimientos que por razones de la extensión de este artículo no se pueden pormenorizar, pero no queremos igualmente  mutilar la etapa adolescente y la adulta.

La erotopatía del Coronel  psicópata narcisista. Aunque es adicto al sexo, a las drogas, lo es también a la mentira compulsiva, es un mitómano. Aunado a eso  le complace ver sufrir a las demás personas, es un sádico en toda la extensión del término, pues además entre sus parafilias es pedófilo. Causar dolor y atacar la autoestima de sus víctimas es una de sus peores invirtudes. Parejas describen como en el sexo es insanamente obsceno, perverso y sádico; utiliza  unas pautas recurrentes de conducta en las que le es necesario acudir a una serie de objetos, rituales y situaciones poco usuales para obtener la satisfacción sexual completa, es voyerista le complace sexualmente pasar horas espiando a través de cámaras ocultas a sus víctimas sean empleados o no de la institución donde funge como jefe,  tiene fetichismos como usar leotardos durante el sexo; vestirse con ropa interior de niña y una infinidad de perversiones en los que los impúberes son su delicia.

 Además de que humilla y esclaviza a sus parejas  mediante la técnica luz de gas, «Gaslighting» es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto hace que la persona se sienta ansiosa, confundida o incluso depresiva, que es usada por el maltratador para someter y anular a la víctima. Una forma de violencia sutil pero muy efectiva, que acaba provocando que la persona sobre quien se aplica se convenza que está perdiendo la salud mental, despojándola de su valor en sí misma  y haciéndola creer que no es nadie sin la ayuda del maltratador, que él es quien le permite ser algo en la vida y que sin él no es nadie, ni  es ni podrá llegar a ser feliz.  Le quita su autoestima y la abusa sexual y psicológicamente. Este Coronel psicópata narcisista ha perfeccionado esta técnica de dominación para destruir y someter a sus víctimas y a sus parejas. Es un hombre medianamente inteligente, pero peculiarmente perverso.

Este Coronel, psicópata narcisista se ha convertido al tipo integrado, está encubierto, cosifica a las personas y las ve como medios para alcanzar sus propios fines. No muestra empatía emocional, pero sí empatía cognitiva. Comprende las emociones de otros, pero es incapaz de ponerse en su lugar. Usa esa comprensión para manipular y ejercer dominación. Para este psicópata narcisista, las reglas solo aplican si lo atrapan y hasta ahora ha tenido muchos cómplices a lo largo de su carrera militar y en su mundo como parásito.

Hay problemas estructurales en el sistema límbico de este personajes [Coronel psicópata narcisista].Los procesos de selección para el ingreso a la vida militar, no eran tal cual son hoy, pero que a los fines de ser gráfico  los homologaré aquí a los actuales procesos en cuanto sean aplicables. Con grandes resistencias y con peligrosas alertas,  especialmente de quienes les correspondió hacerle los exámenes psicológicos  y psicotécnicos, los test proyectivos y los psicométricos. Se le presentaba cuesta arriba a este siniestro personaje entrar a la Escuela Militar. Los test proyectivos dejaban muchas verdades expuestas, y los expertos y especialistas en psicología y en psiquiatría lograron el hallazgo de evidenciar que algo no está bien en el comportamiento aparente ni en el comportamiento subyacente de este aspirante a la vida castrense. Al indagar en los laberintos de la mente de este aspirante, se encuentran problemas a nivel de la amígdala y que su cerebro tiene alterado el sistema de recompensas. Sí, en efecto, los expertos de la mente y del comportamiento lo dieron como no recomendado. Encontraron en el desalmado, un joven medianamente  inteligente, pero de mente retorcida, por lo que no recomendaban su ingreso a esta fuerza castrense.  Que su ingreso a la honorable fuerza militar sería una mancha que pondría en tela de juicio incluso la ética y el profesionalismo de quienes permitieran esa aberración. Pues el desalmado no tiene el perfil psicológico para asumir diáfanamente funciones militares.  Nótese como el Coronel Russell Williams también trampeó evadir estos controles.

Pero, como «arte de “magia» el desalmado joven psicópata narcisista,  el joven aspirante logra entrar a la Escuela Militar y empieza a deshonrar a la institución. Unos tíos y amigos de la familia, se supo después, influyeron para que este no recomendado, al fin lograse entrar al honorable cuerpo militar. Con el falso halo con el que se hace caracterizar, y  con una cara de quien no mata una mosca, con una cara de huevón, el trastornado, el desalmado empieza a hacer de las suyas. Rápidamente se hizo de una camarilla, que por supuesto son sus nuevos monos voladores  en la vida castrense.

Aquí en los ascensos, hay un limbo en esta exposición que no expondré porque es tan indecente, tan tortuoso y tan funesto de parte de este psicópata narcisista, que prefiero censurar.  Solo fantaseen lo que hace  y es poca su imaginación así la dejen volar. Recuerden que para el ingreso a la carrera militar se le calificó como no apto, como no recomendado. Y por sus insanas estratagemas para lograr siniestramente sus objetivos hace patológicamente detestables actos de bajeza,  mediante el uso de tortuosos y oscuros procedimientos. Siempre tuvo un padrino que hizo un trabajo sucio por él. Es que siempre él deja que otros hagan su trabajo indecente, para él quedar distanciado de los sucesos y nunca piensen en la intervención de sus manos,  de sus juegos mentales, de sus patologías y de su maldad. Este psicópata siempre tira la piedra y esconde la mano, o busca a otras manos que tiren la piedra por él y que nadie se imagine que él es el titiritero. Sus títeres son sus monos voladores que lo justifican y quienes creen cejijuntos en este timador infeliz, a veces por inocencia otras por conveniencia al participar en sus delitos y de las ganancias furtivas que su criminalidad les genera.  Es de tener en cuenta, que este Coronel, todo lo altera y todo lo vicia. Nada de lo que pasa por sus manos ni tiene pureza ni es en esencia tal como lo expone o la exhibe, él es una estafa como persona. Una colega psicóloga que lo conoce como a una radiografía, expuso en su diagnóstico presuntivo: A este Coronel psicópata narcisista no lo subestimen ni en maldad ni perversión.

El psicópata narcisista llegó hasta Coronel. En este jerarquía  se hace como de costumbre de una camarilla de gente con baja autoestima , los monos voladores de ocasión , de aliados o cómplices dentro de la fuerza , que en el futuro le alcahuetean sus desmanes y malas costumbres – la inclinación al robo entre muchas otras delincuenciales mañas  – y desde altos rangos lo solapan y cada cual hace carrera y son ascendidos, pero el psicópata narcisista tiene muchas averiguaciones en contra , muchos expedientes abiertos por infinidad de faltas y violaciones al honor , a la ética , a la moral y a las leyes y no obstante muchas influencias que mueve dentro de ese mundo furtivo de corrupción, malandrajes y delincuencia, a pesar de ello y por tantas evidencias que quiso tapar cuales excretas de gatos, no logra pasar del grado de Coronel. Es muy evidente su comportamiento deshonroso. Es y fue una vergüenza para el cuerpo castrense al que pertenece, así llegue a retirarse siempre es una mancha.   Solo cuenta con los deshonrosos amiguetes quienes participan con él en la comisión de delitos y en bochornosos y afrentosos actos de vileza, esos son sus cursos quienes estudian con él  y del mismo modo delincuentes enmascarados igual que él o inocentes personajes que desconocen que son utilizados por este psicópata narcisista.

En un afán por lograr dominio y sumisión, cuando se enamora enfermizamente de alguien,  pone en marcha el hostigamiento, la persecución, el acoso y hace de la presa su víctima. Ya de adolescente este Coronel hubo experimentado su bisexualidad con algunos cadetes; así podemos advertir una primera adicción de este depredador social,  la adicción al sexo sea con hombres o con mujeres. El punto es que los psicópatas narcisistas tienen adicciones y esta es una que  delata al pervertido Coronel psicópata narcisista de este caso. Siempre usa en contra de sus víctimas el gaslighting entre otras formas oscuras de dominación.

Cuando tiene una extraña fijación con algún empleado porque entre otras cosas le envidia sus carreras universitarias, su imagen pública , su lustre y buena reputación , su preparación y sus talentos;  el jefe psicópata narcisista y este caso el Coronel;  por razones fútiles y con una morbosa  atracción destructiva hacia su víctima,  se empeña en acosarlo  en el trabajo  en sus intentos frustrados por someterlo, le ordena a todos sus monos voladores que le irrespeten, que no hagan caso de su jerarquía en la empresa  y le apliquen ignominia, además de desprestigio.  En una ambivalencia entre admiración y desprecio por no lograr someterlo, el Coronel explota impulsivamente y comete graves delitos contra los derechos humanos que no prescriben. Has leído bien, no prescriben y hay cabos sueltos. No solo usted graba Coronel, le dijo un empleado.

El licántropo. La licantropía es un fenómeno psicopatológico que se manifiesta como la firme creencia de la propia transformación del cuerpo en el de un animal con la adopción de conductas y expresiones acordes con el cambio. La expresión clínica de este cuadro da lugar a diferencias en su ubicación nosológica. Aunque a usted le cueste creerlo, es enteramente cierto. Manifiesta un empleado el momento en el que divisó la presencia de alguien que venía avanzando detrás de su silla de trabajo,  a sus espaldas mientras laboraba en su computador, y se trata del Coronel psicópata narcisista, en lo que describe el empleado de la institución  que venía caminando hacia él literalmente con los dientes pelados, enseñándoselos y salivando en actitud amenazante. El mañoso abusador, estaba detrás del  empleado mostrándole sus dientes cual animal rabioso a punto de atacar mientras lo miraba con desprecio, por lo que el empleado se levantó de su asiento y se alejó con precaución y dejó solo a ese trastornado quien lo miraba con la agresividad propia de un depredador salvaje. El Coronel estaba fuera de sí, o mejor dicho dentro de su esencia psicopática y licantrópica semejaba un mismo animal salvaje y se dejó ver como perro con mal de rabia, pero por la gracia de Dios el empleado evitó ser objeto de un crimen. Otra circunstancia que define el interés por la presente investigación, esa escena donde el Coronel psicópata narcisista cual licántropo amenaza la integridad física y psicológica del empleado.

Observe como el psicópata narcisista, deja de andar encubierto cuando la impulsividad le gana la batalla y queda expuesto, cuando no puede controlarse como un disfraz de persona que tiene engañados a muchos, pero que se descubre o deja ver su verdadera personalidad,  ante las personas de quienes por alguna razón ya no le importa que opinión puedan tener de él y se muestra tal como es. No se trata de que usted recree o piense que el psicópata hace algún gesto desentonado, ¡no! Aquí el psicópata real y literalmente le muestra al empleado los dientes como un animal que va a atacar a su presa. Y el Coronel, al leer esto  si pudiera y desde cualquier país donde se escribe esta historia clínica y  donde se encuentre su esfera de acción, sabrá que es así.  Es un disfraz este Coronel.

Empezó entonces el empleado a estudiar a este Jefe hasta determinar que en efecto es un psicópata narcisista, se puso en contacto con muchos amigos especialistas y desde aquel acontecimiento donde el Coronel como perro rabioso le enseñó los dientes y en actitud de ataque mostró desprecio hacia el empleado, este decidió descifrar el anormal comportamiento de este militar. 60 periodistas. 34 abogados, 44 psicólogos y 5 psiquiatras a nivel global saben de las atrocidades de este desadaptado social  y conocen su personalidad. 

Parte del trastorno de la personalidad del psicópata narcisista o sociópata narcisista es sentir y expresar desprecio hacia sus víctimas, así de este modo se comporta el Coronel.  Y usa entre otras cosas mostrarles literalmente los dientes o usa una sonrisa desdeñosa como afrenta y desprecio. Y para lograr sus delitos y el control, la manipulación  finge tener sentimientos nobles para conseguir sus objetivos. Es un timador, un actor. Pero los reales sentimientos del psicópata son: la ira – se lo pasa fuera de si -, el odio – es rencoroso no gestiona sus emociones – ,  la envidia – quiere tener todo lo que ve en los demás –   y el desprecio – es perverso humillando a sus víctimas.  Es impulsivo y pierde con facilidad el control de sí mismo.

Hay incontables canalladas y delitos ahogados en el mutismo. Una sargento quiso acusarlo, denunciarlo de haberla violado presuntamente y de cometer contra ella asquerosas depravaciones con saña enfermiza, pero no se supo nada más de la infortunada  y todo quedó en silencio. ¡Juzgue usted! Este es el silencio de los inocentes del que se habla, que son callados o sacrificados para encubrir a un delincuente psicópata narcisista.   

Es menester mencionar que gracias a gente decente, con honor verdadero, que sabe de la existencia de este Coronel Psicópata Narcisista y conoce de su camuflada personalidad, este depredador social fue impedido de seguir ascendiendo, pero  lastimosamente para la sociedad llegó al grado de Coronel. Solo imagínense nada más que desgraciadamente hubiera podido seguir ascendiendo. Pero ese  descalabro institucional  se detuvo, por su múltiple historial aterrador, el cual se dedicó a borrar o a desaparecer como de costumbre hace con las pruebas que lo incriminan, pero que hay muchos cabos sueltos por los que en su momento le pondrán los ganchos. Hay crímenes Coronel, que no prescriben le dijo un empleado, son las excretas de gato que por el olor se descubrirán, así se esconda en  el medio de una constelación.

En el entorno del psicópata narcisista aún hay personas con el sentido de la ética que suministra información sobre su comportamiento y desmanes, sus delitos y sus escondrijos, camuflajes, y mañosos subterfugios  para robar y delinquir, corromper y corromperse.  Hay hasta cuentas bancarias internacionales en dólares  que no tiene cómo justificar. El largo brazo de la ley seguro le pondrá los ganchos.

Los tontos útiles. A medida que va ascendiendo,  y ya con el rango de Coronel  y con los amiguitos que él usa, pervierte, sodomiza y convierte en sus serviles delincuentes  y «que algunos no se saben usados», viola sucesivamente los derechos humanos de empleados y subalternos (sobre todo si el empleado no quiere unirse a su banda criminal  y además tiene capacidades, talentos y titulaciones que para el psicópata narcisista constituyen una humillación que alguien pueda superarlo), a los que personalmente y utilizando a  su monos voladores se encarga de apocarlos para darles el mensaje de que no son nada, que no son nadie, les ataca la autoestima , les hace percibir que no valen nada, que el jefe y Dios es el psicópata narcisista, el súper jefe. Este hombre descarga su ira incontrolable e impulsiva siempre que se siente frustrado al encontrarse una presa a la que hay que destruir, porque la endivia, pues no olvidemos que se trata de un «predador humano», un depredador social, sumamente envidioso y va tras personas apetitosas , porque tienen más talento que él, o capacidades o mayores titulaciones que no han obtenido fraudulentamente como sí el psicópata narcisista que se vale de sus posiciones para adjudicarse títulos universitarios  por los que no estudió y  solo imagínese cómo los obtuvo .

Es un hombre malo, con una fea personalidad,  induce los acontecimientos. No se suceden espontáneamente los eventos que él recrimina y que le permiten ejercer control. Sus enojos en la oficina son desorbitados, y desproporcionados, vive en una continua ira. Vive en un estado de irritación permanente y está alerta sobre el comportamiento de los demás para recriminarles cualquier nimiedad o tontería, para humillarlos y muy especialmente para controlarlos y  manipularlos. Promueve el acontecimiento de sucesos que puedan ser de alguna forma objeto de censuras para tener alguna excusa de donde apuntalarse y humillar, denigrar y sobajar a las personas, especialmente a sus víctimas. Incluso promueve e impulsa el enfrentamiento entre personas solo por la enfermiza satisfacción de ver como se atribulan o desmoronan moralmente, además que nunca los empleados de la institución ni se esperan una afrenta de tal bajeza,  ni se imaginarían que su jefe los irrespete de esa manera y les ponga emboscadas para satisfacer sus psicopatías.  Impulsa de igual manera a los empleados que según él puedan ser manipulables a que cometan delitos y una vez teniendo en sus manos toda esa información que desprestigia a su víctima, lo hace su lacayo, su sirviente y su servil delincuente. Los sodomiza moralmente. Reportan empleados y otras personas que por efecto del giro de la institución han tenido que conocerlo y relacionarse con él , que este  psicópata narcisista el Coronel desalmado , confecciona escenarios en los que hace que las personas se enfrenten entre sí, los hace carear y se gratifica morbosamente  en presenciar como seres humanos producto de la ruindad de este tipejo , quedan incrédulos de que un hombre que ejerce jerarquías importantes se comporte como una persona vulgar sin educación y vierta tanta maldad, donde  viola las leyes – pues su autoridad no es la del sistema judicial-  , e irrespeta los derechos de las otras personas. Es un hombre maligno.

Una característica propia del depredador social es su disposición para el chisme y hurgar sobre las demás personas sobre todo para tener insumos para someterlos, controlarlos y manipularlos a su antojo. Luego se sacia amenazándolos, les dice “yo a ustedes los conozco”, en lo que constituye la advertencia de que los tiene en sus manos, pues les sabe secretos de los que haría uso si dentro de su psicopatía necesitara para mantener su hegemonía y control. Hace uso de bajezas, de tratos impropios y de toda clase de chantajes y extorsiones, para mantener su mundo de delitos y corrupción. Este parásito, que es su característica, pues la vida parasitaria es propia del psicópata,  se arroga el derecho de entrometerse en la vida ajena y se cree justificado al hacerlo.

El hostigamiento psicópata narcisista. Estos depredadores sociales tal como el Coronel, buscan al igual que los depredadores en el reino animal, a presas que les atraen, que sean apetitosas para ellos, porque tienen o poseen lo que en ellos carece.  Y el depredador humano que tiene este prognosis, asume una fijación cuando alguien tiene talentos y virtudes que él no tiene, y para este psicópata constituyen una ofensa, un desafío, pues dado su egocentrismo y un exagerado sentido de su propia valía que es el  sentido de grandiosidad , entonces nadie puede distinguirse mejor  que él. De tal forma que este trastornado encubierto, con la ayuda de sus monos voladores, gente con baja autoestima a los que él hace delincuentes (espías, serviles, lacayos, cómplices, encubridores, correveidiles, esclavos y sirvientes) persigue, aísla y enfila toda su artillería psicopática narcisista a los fines de destruir la reputación y el buen nombre del empleado que para el predador  constituye una competencia porque quiere la fama y el prestigio de las cuales goza su víctima.   Por sus hechos el Coronel no tiene buena fama y está desprestigiado, de tal manera que envidia la marcada  buena reputación de su víctima, y entonces, se propone quitarlo del camino, a través de muchas tretas bajas, abusando de su jerarquía en la institución. El psicópata narcisista es un envidioso y es ofensivo que otro tenga  ingenios y  capacidades de las que él carece. Así es este delincuente Coronel.

Este psicópata narcisista, al igual que todos los que padecen este trastorno de la personalidad,  son individuos muy susceptibles. Se sienten ofendidos con gran facilidad, reaccionan con ira extrema cuando se les cuestiona y tratan de destruir o infravalorar y sobre todo ridiculizar a quien lo haga. Este Coronel se cree con el derecho de sobajar, maltratar, difamar, humillar, golpear la autoestima de las personas y entrometerse en la vida privada ajena, pero que a nadie se le ocurra devolverle el mismo trato porque lo califica de hipócrita, así todas “las relación interpersonales” con sus víctimas estén signadas por la hipocresía, lo que es característica de este depredador. Nadie puede ser hipócrita conmigo porque aquí el hipócrita solo puedo ser yo.  Así se expresa el coronel.

Narra un empleado que descubrió toda la mafia y movimientos delincuenciales internos institucionales dirigidos por el Coronel psicópata narcisista, que  al escogerlo como a muchos como su víctima,  lo persigue y envía a espiar, mientras almuerza o se corta el cabello, mientras dialoga con otras personas , incluso le impide recibir ayuda de otros empleados para  surtirse de combustible, le colocó sendas cámaras para vigilarlo personalmente y desde su computador pasa horas observándolo obsesivamente cual voyerista que es;  le envía gente a plantearle conversaciones ficticias a ver si el empleado dice o hace algo en contra del Coronel, o que le sirvan de excusas para desprestigiarlo, además ordena aplicarle ignominia. Es este Coronel  un desadaptado, un  criminal que enmascarado en una institución lícita como fachada, tiene un hervidero de corrupción y un desmadre en una organización delincuencial encubierta.  

El Coronel está desquiciado, en fase maníaca. Y estas y otras maneras de asediar al empleado es una de las tantas formas de control de este depredador social para mantener a salvo su mundo furtivo de delincuencia y depravación moral. Cuando el empleado encuentra un escenario adverso sin haber ninguna razón aparente que lo justifique, es el Coronel psicópata narcisista quien sin arriesgarse personalmente envía a sus monos voladores a cometer estas infamias. Porque otra de las características de estos psicópatas narcisistas es mantenerse a salvo de lejos mientras otros ejecutan sus órdenes siniestras. Pero para su beneficio el empleado en este caso es advertido de lo que sucede, por personas muy cercanas al psicópata narcisista y de inmediato el empleado intuye que se trata de maniobras del parásito Coronel quien usa y manipula a otras personas para que hagan o digan crueldades que hieran la autoestima del empleado. Es insanamente perverso este Coronel, no experimenta remordimientos ni culpa.

Aunque es un psicópata narcisista encubierto, del tipo integrado; la conducta de este Coronel es una  depravación total, es un disoluto, un insulto a la dignidad, a la honradez, y a la decencia, además no le importa que sepan que es un bandido, es más se justifica y lo asume. Así  se jacta de cómo obtiene dólares delincuencialmente.  No tiene ni honor ni vergüenza, como tampoco remordimientos, ni cánones morales. A este psicópata narcisista nada lo detiene así tenga que camuflarse de lo que sea, no olviden que es un Luzbel del camuflaje , a cualquiera convence de lo que sea pues tiene un verbo disuasivo para aparentar ser una santa paloma y esconder su tiranía y perversiones de la atención de cualquiera,  pues es un actor capaz de fingir encantos y luego de escucharlo puedes salir convencido de que es un santo varón, una especie de mártir , con un gran corazón y se trata de un farsante, que engaña y manipula a todos. Nótese que los psicópatas narcisistas son grandes manipuladores que manejan a todas las personas  para conseguir y materializar sus planes perversos, sus delitos, su falta de probidad, pues son mañosos y se jactan de pregonarlo a manera de chiste macabro.

Otra adicción la podemos descubrir cuando hace su primera incautación de sustancias ilícitas. Desde ese momento este Coronel se las ingeniaría y en lo futuro para quedarse con gran parte de la droga incautada, para venderla a través de sus monos voladores y para el consumo personal.  Siempre toma para sí lo ajeno o se aprovecha de bienes producto de delitos donde él funge como autoridad actuante, verbigracia se adueña, se apropia de parte del alijo de drogas, no pierde oportunidades, siempre deja para sí parte de la mercancía que decomisa fuere de la naturaleza o del tipo o clase que fuere. Tomen en cuenta que el psicópata es ladrón y este paciente es ladrón desde niño; por lo que  este psicópata narcisista no pierde la oportunidad de hacerse de recursos de manera mal habida. No pierde oportunidad cuando le ponen los mangos bajitos y si no están bajitos, él se las ingenia para robarlos.

El grave error que tiene la gente empática, es  fantasear o pensar que el psicópata narcisista no va a actuar como psicópata narcisista. Las ratas actúan como ratas y erramos si esperamos que actúen como palomas. Este depredador social siempre está urdiendo un plan, su maléfico pensamiento de perversión, de control y de manipulación continuamente está en modo activo. Este perverso mal de la sociedad empática, no cambia, pues su trastorno no tiene curación ni tratamiento efectivo. Él puede acomodaticiamente metamorfosearse para hacer creer que ha cambiado, pero no, ese es otro disfraz temporal para salir de algún apuro o evitarse algún lío.  

Un hombre de muy baja ralea, sórdido, camuflado bajo un falso carisma. Lo subestiman quienes creen que es una buena persona o un hombre correcto porque lo ven en modo encubierto y porque no los ha atacado a ellos, ni los ha escogido como sus víctimas, porque no les ha tocado de cerca tratarlo y sortear sus afrentas. No se puede menospreciar la maldad de este sórdido psicópata narcisista.

Es un abusador y en puestos de poder, es mayormente despreciable con el mando, es un abusivo en todo el sentido de la palabra, especialmente es un violador de los derechos humanos. Este psicópata es un infame, perfecciona la maldad y es artífice de los peores actos de tortura psicológica a sus víctimas o a los empleados que se atrevan a darse por enterados y criticarlo en su mundo de delincuencia y violación de las leyes. No se puede ser neutral ante las perversiones que planea y ejecuta el psicópata narcisista, y sus monos voladores están peligrosamente comprometidos con él y seguro el destino les será el desprecio público o la cárcel cuando ya el psicópata no esté. Sí, ya están todos identificados y sólo la prudencia, la diplomacia  o la educación permiten a la gente saludarlos o lidiarlos.

Ya es alarmante que alguna institución latinoamericana o de cualquier latitud sea dirigida por un Coronel corrupto, para que además  sea un psicópata narcisista. Es inaudito, debido a su camaleónica forma de proceder y pasar inadvertido para quienes no lo conozcan, porque un psicópata es una bomba de tiempo, no tiene alterada su inteligencia sino su forma de proceder en sociedad, pues comete toda clases de delitos sin experimentar ningún remordimiento por sus actos, ni de los desmanes y violaciones a los derechos humanos y en  contra de cualquier hombre o mujer.  Un psicópata se justifica a sí mismo incluso en el poder que ostenta momentáneamente para ejercer crueldad y cometer impunemente toda clase de delitos y fechorías. El Coronel  psicópata se turba y pierde los estribos fácilmente cuando las cosas no salen como las ha planeado.

Esta gente como el Coronel,  es malvada, perversa y están en pleno uso de sus capacidades mentales. El Psicópata, posee una personalidad anormal. Es muy difícil conseguir que un psicópata deje de vulnerar las normas sociales y legales y sus comportamientos no tienen la cualidad como para liberarlos de sus responsabilidades penales, sino que son agravantes incriminatorios por tratarse de psicópatas.

Los psicópatas saben lo que hacen, están conscientes de que violan las leyes y de que cometen delitos y sienten emoción en ello, les gusta el riesgo,  saben manipular a las personas con un encanto que es falso, que es solo una fachada, para engañar y sorprender la buena fe de todos. Y no son empáticos. Nunca se colocan en la situación y el lugar  de las otras personas, de cómo se sentirían si a ellos les hicieran las maldades, los daños que el narcisista, el  sociópata o psicópata hace y ejecuta en perjuicio de los demás seres humanos.  

¿Tienes tú un Jefe Psicópata Narcisista y eres tú uno de sus monos voladores? ¿O te respetas tanto que te sentirías indigno  por formar parte del grupo de lacayos delincuentes en que este depredador social disfrazado de gente honesta los ha convertido?  Él podría salvarse  y ustedes caerán. Él no es íntegro, ni honesto, ni decente, se cree superior a ustedes, desde niño ha sido ladrón, analiza esta historia clínica.

Los hechos son expresiones y materializaciones propias de los psicópatas narcisistas, los acontecimientos con el Coronel  Russell Williams, nos han permitido recrear situaciones que personajes como estos tienen la insolencia, el descaro y la desfachatez  de cometer sin escrúpulos y sin experimentar culpa.

Además de las dos cadenas perpetuas, el coronel de la Fuerza Aérea Russell Williams, fue sentenciado a veinte años de prisión por otros dos asaltos sexuales y a un año de cárcel por cada uno de los 82 robos cometidos. Todas estas penas las está cumpliendo de forma simultánea en el centro penitenciario de Port-Cartier (Quebec). ¿Entonces puedes creer que los crímenes de los psicópatas narcisistas son puro  cuento? La impunidad de la que hasta ahora pueda gozar algún tipejo como este es por el tráfico de influencias y  la vagabundería de la corrupción que a muchos moja las manos , pero el largo brazo de la Ley le llegó a este Coronel psicópata narcisista.

¿Crees  que quienes amparan a tipejos así, puedan tener a Dios con ellos?  Por suerte la ficción nos permite ilustrar situaciones. Observen el complejo de grandiosidad de este Coronel psicópata narcisista encubierto integrado. «Miren, allá en el cielo, es un ave, es un avión, ¡No!, es el súper Coronel». En la tierra, el súper Coronel tiene poderes y habilidades mucho mayores que de los hombres mortales. No se comparen conmigo, yo soy un Dios, dice el delincuente Coronel.  ¡Váyase a la v…!

Crisanto Gregorio León

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