El interinato no tiene asegurado el músculo político para su supervivencia #13Dic

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Al interinato que conduce Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (AN) de 2015 y reconocido como presidente encargado por un grupo de países, se le mueve el piso político de cara al 5 de enero de 2022. Hasta ahora, de los partidos del G4, Primero Justicia ha sido el  más frontal al lanzar dardos a la gestión del dirigente opositor

Al interinato que conduce Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (AN) de 2015 y reconocido como presidente encargado por un grupo de países, se le mueve el piso político de cara al 5 de enero de 2022.

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Pese a todos los argumentos que han difundido Guaidó y su equipo sobre la imperiosa necesidad de continuar con su gestión, dentro de las organizaciones políticas del G4 pareciera que el aval está sujeto al reajuste del funcionamiento del gobierno interino, a la revisión de sus competencias y a la reorganización opositora. De manera, que los días que restan de diciembre están marcados por el apremio y la precisión de estrategias viables.

Hasta ahora,  dirigentes de Primero Justicia, sin ambages, y de Un Nuevo Tiempo (UNT), mediante indirectas, han sacado a la luz sus diferencias o cuestionamientos hacia Guaidó y el interinato. Por su parte, el partido Acción Democrática (AD) ha sido más cauto en sus afirmaciones, pero no ha avalado propuestas del Presidente de la AN de 2015 ante la Comisión Delegada.

“Mi mandato es muy claro, y me apego a la Constitución, a la defensa de lo que nos queda hoy en Venezuela de vida republicana, que es el mandato del artículo 233. El artículo 233 de la Constitución tiene que ver con la defensa y resistencia de la democracia en Venezuela”, aseveró Guaidó en noviembre pasado.

El politólogo Luis Salamanca asevera que, en el contexto actual, aunque el jefe del interinato, Juan Guaidó, sigue siendo un dirigente muy importante, ya no ostenta la mirada de líder único de hace casi tres años.

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Salamanca recuerda que, en 2019, Guaidó logró aglutinar apoyos dentro de la sociedad venezolana y con la oposición, incluso con sectores radicales como María Corina Machado (Vente Venezuela), quien también ha decretado el fin del interinato.

“Todos se sumaron a Guaidó, pero al no lograrse los objetivos máximos que se había propuesto del cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres, decayó. Además, comenzó a disminuir su poder de convocar internamente en el país”, puntualiza el politólogo.

En este punto, coincide Maryhen Jiménez, doctora en Ciencias Políticas, quien expresa que de continuar el interinato, en la forma como se le conoce hasta ahora, “tendrá el apoyo de Estados Unidos, pero va a carecer de fuerza a lo interno. No es igual Guaidó en enero de 2019 que Guaidó en enero de 2022”.

Añade que, lamentablemente, el interinato no se centró en el terreno primordial que es el país, ni tampoco buscó tejer redes y organizar a la gente.

“Por el contrario, se enfocó más en una agenda internacional que, de hecho, ha ido cayendo. Vemos que ha habido problemas importantes en términos de rendición de cuentas, de transparencia”, indica Jiménez.

Asimismo, la investigadora puntualiza que la fórmula que se encontró para el interinato, en vez de coordinar, fragmentó aún más a la oposición.

“No se trata de una fórmula que pueda incluir, ni horizontal, es una forma vertical donde hay un Presidente y el resto, en teoría, debería obedecer. No se sabe muy bien cómo se toman las decisiones en el interinato. Y ese es uno de los grandes problemas, si comparamos, por ejemplo, con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en su mejor momento, el gobierno interino no cuenta con mecanismos de toma de decisión y de resolución de conflictos”, asevera la también investigadora de la Universidad de Oxford.

Interinato con piso débil

Luis Salamanca destaca que el interinato se mueve en dos terrenos, dos bases de sustentación, la internacional y la doméstica. Sin embargo, donde aún tiene mayor sustento es dentro de un sector de la comunidad internacional.

Otro aspecto que destaca el politólogo y profesor universitario se refiere al poder ejecutivo que ostenta el gobierno encargado fuera del país, pero que ha sido esquivo a lo interno.

Agrega que el aval de un sector de países es una de las causas por las que el gobierno de Nicolás Maduro no se atreve a detener a Guaidó, pese a varias amenazas y a la persecución a través del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y de la Fiscalía General a cargo del fiscal Tarek William Saab (designado por la constituyente).

A lo interno, la capacidad de maniobra de Guaidó, enfatiza Salamanca, se ha diluido.

Por su parte, la investigadora Maryhen Jiménez puntualiza que al interinato le queda el apoyo de un sector de la comunidad internacional y algunos factores minoritarios dentro del país como Voluntad Popular (VP), La Causa R (LCR), Encuentro Ciudadano.

“Otra cosa es lo que vemos en los otros partidos, por ejemplo, el caso más reciente, el de Un Nuevo Tiempo (UNT), un aliado importante del G4, gana Manuel Rosales en el Zulia y eso mueve el terreno a lo interno y se dio esa primera reunión con Maduro. El choque entre esa realidad política y un deseo de ser gobierno se dio”, destaca.

Expone que Primero Justicia (PJ) también está fragmentado a lo interno. En ese escenario, refiere que Henrique Capriles dijo que no se podía acompañar la ruta más allá de 2021, y más recientemente, Julio Borges, excomisionado para las Relaciones Exteriores de Guaidó, advirtió que el interinato se agotó.

Jiménez recuerda que Acción Democrática (AD) está movido con la candidatura de Sergio Garrido  a las nuevas elecciones del gobernador de Barinas el 9 de enero.

Los dardos contra el interinato

En los últimos meses, Guaidó ha conminado a los partidos del G4 a sentar posición sobre el futuro del interinato, al tiempo que ha insistido en la necesidad de mantenerse como vía para la lucha y desde su gobierno diferentes voces han defendido el sustento de la continuidad de la gestión.

Aquí un punto de inflexión es el Estatuto que rige la Transición Democrática.

«Tenemos muy poco tiempo para que se lleve a cabo la Reforma del Estatuto de la Transición, por tal motivo, es indispensable que abordemos en unidad todos los aspectos neurálgicos para la lucha contra la dictadura», advirtió Julio Borges, el 7 de diciembre, dos días después de que anunciara su renuncia al cargo de Comisionado para las Relaciones Exteriores de Guaidó.

La primera reforma del Estatuto para la Transición se hizo el 26 de diciembre de 2020.

Por su parte, el procurador especial del interinato, Enrique Sánchez Falcón, señaló, el pasado mes de noviembre en un foro de la AN de 2015, que, tal como está concebido, el Estatuto de la Transición representa una suerte de primacía del poder legislativo sobre el Ejecutivo.

«Se le han dado muchos controles a la AN sobre el Ejecutivo, y eso ha impedido que la Presidencia interina pueda resolver de una manera adecuada, por ejemplo, en la ejecución del presupuesto. Esto no quiere decir que se limite la función contralora de la AN», subrayó.

Sánchez Falcón argumentó también que la Procuraduría y las Juntas ad hoc son los representantes judiciales del gobierno interino en los juicios que están defendiendo lo activos de los venezolanos en el exterior.

Aunque, hasta ahora, no se ha realizado la sesión de la Comisión Delegada de la AN de 2015, en la que formalizará su renuncia y presentará su propuesta de cambios para el futuro opositor, Julio  Borges adelantó algunos aspectos a través de Twitter. Para algunas voces dentro de PJ, el respaldo al interinato está condicionado.

«Nuestro mayor interés es plantear reformas en aspectos importantes como: relanzamiento de la unidad, reordenamiento y focalización de la lucha política dentro y fuera de Venezuela, transparencia y protección de los activos, entre otros», sostuvo Julio Borges.

El coordinador nacional de PJ ha insistido en que el objetivo del interinato se agotó. Sin embargo, la posición de Borges y de su partido apuntaría hacia cambios y ajustes en la estructura que sustentó, hasta ahora, el principal bastión de la lucha opositora contra el gobierno de Maduro y la búsqueda de la transición que aún luce en pañales.

«Ya han pasado tres años y nos encontramos en un momento en que hay que tomar decisiones. Tienen que desaparecer las contradicciones y la falta de rumbo y debe haber un proceso de reforma de la unidad democrática», advirtió Borges cuando anunció su renuncia.

El dirigente opositor no madrugó a nadie con su posición sobre el interinato, por cuanto este año, Borges y PJ han sacado a la luz sus grandes cuestionamientos hacia Guaidó.

«Nosotros debemos reagruparnos y ver como volvemos a construir un foco cuyo fin sea la salida de Maduro. Tener un Gobierno interino o tener otro tipo de cosas eso no da para la lucha contra Maduro”, ha insistido el excomisionado Borges.

En el mismo tamiz, Henrique Capriles, exgobernador de Miranda y dirigente de PJ, dijo, antes de las elecciones regionales, que el interinato murió el 30 de abril de 2019 con la Operación Libertad. De esa operación, en la que no hubo ingreso a instalaciones de la Fuerza Armada Nacional (FAN),solo quedó la salida de Leopoldo López del país y algunos militares y civiles detenidos.

En el caso de UNT no se ha emitido ninguna posición oficial sobre el futuro del interinato, pero su principal dirigente, Manuel Rosales, se fue a la yugular el 22 de noviembre, tras ser electo gobernador del Zulia.

«La política no se puede ejercer con sentido divisionista. Nunca, pero nunca, las redes sociales sustituirán el contacto con la gente. Nunca un liderazgo se levantará desde cómodas poltronas; nunca un liderazgo nacerá por decreto», aseveró Rosales.

Durante la discusión en la Delegada sobre la situación de Monómeros Colombo Venezolanos, UNT se abstuvo, en tanto PJ y AD avalaron el informe de la Comisión Especial que viajó a Barranquilla, en Colombia. La Delegada desechó la propuesta de Guaidó de un decreto de reestructuración de la empresa.

Los miembros de la Delegada de la AN de 2015 son 18, los mismos que votarían sobre la reforma del Estatuto para la Transición. En el caso de AD, fuentes del partido dijeron a TalCual que, hasta ahora, esperan apoyar la continuidad del gobierno interino.

El respaldo internacional

“Nosotros reconocemos al presidente interino Juan Guaidó y su gobierno. Nosotros continuamos trabajando con ellos estrechamente. Y no espero ningún cambio en ese sentido”, dijo el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian Nichols, el 16 de noviembre.

Hasta ahora, el gobierno de Joe Biden mantiene su respaldo, pero este apoyo no es incondicional.

«Creo que el comportamiento de Biden sobre el interinato responde, en gran medida, a su debilitamiento interno, a la perdida de popularidad y el enorme peso del estado de Florida en cualquier elección nacional. Él tiene una muy pronta, no inmediata, pero cercana que es el año que viene las elecciones de medio termino en el Congreso, donde , es muy factible, que si la elección fuera hoy, pierde el Congreso. Y tener el tema venezolano como un frente de conflicto en Florida para Biden no es conveniente», enfatiza el internacionalista Félix Arellano.

Añade que, en el estado de Florida, es radical el tema de Venezuela, Cuba, y Nicaragua.

De allí que Arellano no ve a Biden bajando la guardia, generando espacios muy flexibles como inicialmente se esperaba «porque su deterioro de popularidad llego muy rápido, y las diferencias dentro del partido demócrata se han agudizado, entre los que son mas progresistas y los que son más conservadores. Ahí queda entrampado el tema Venezuela, donde el voto del estado de Florida quiere medidas duras”.

El internacionalista sostiene que uno de los escenarios factibles para el 2022 es que se empiecen a dar mayores divisiones dentro de la comunidad internacional.

«En Europa, fuera de la Unión Europea y dentro de la Unión Europea, hay dudas en varios países de mantener el esquema actual hacia el interinato. Luego,  en la medida en la que la oposición venezolana esté más fragmentada y mas reacia a Voluntad Popular y el liderazgo de Guaidó, eso va a alimentar posturas distintas en Europa», asevera Félix Arellano.

En este aspecto, puntualiza que Europa quiere fortalecer la relación con Estados Unidos pero quedó muy golpeada después de Trump. Cree que, en este momento, Europa siente que la alianza con Estados Unidos es inestable «y no creo que vaya a actuar tan ciegamente a lo que diga la Casa Blanca».

Aunque el Centro de Comunicación Nacional del interinato asegure contar con el reconocimiento europeo, fuentes diplomáticas del viejo continente confirmaron a TalCual que tal cosa no es cierta. España, por ejemplo, que fue el primer país de aquellos en darle tal reconocimiento ya no lo otorga. Sin decirlo abiertamente, consideran a Guaidó no un presidente encargado sino un líder opositor e interlocutor destacado. Madrid, por tanto, aplica la Doctrina Estrada, surgida a partir de Genaro Estrada, quien fue canciller de México hace más de cuatro décadas.

La Doctrina Estrada postula que «México no se pronuncia en el sentido de otorgar reconocimientos» sino que «se limita a mantener o retirar, cuando lo crea procedente, a sus agentes diplomáticos y a continuar aceptando, cuando también lo considere procedente, a los similares agentes diplomáticos que las naciones respectivas tengan acreditados en México, sin calificar ni precipitadamente, ni A posteriori el derecho que tengan las naciones extranjeras para aceptar, mantener o substituir a sus gobiernos o autoridades».

Así está buena parte de Europa, aunque el entorno de Guaidó afirme que allí se le ve como presidente. Ciertamente el reconocimiento otorgado en 2019 nunca ha sido formalmente retirado. Pero en la práctica, ya no es tal.

Félix Arellano visualiza para después del 6 de enero, posibles y mayores divisiones también en la comunidad internacional, con lo cual se debilitaría la lucha democrática y se fortalecería al gobierno de Maduro.

Arellano va más allá y expresa que, para el  venidero 2022, no ve a la Casa Blanca tomando a Venezuela como un tema prioritario, menos si se toma en cuenta que hay tantos frentes abiertos en su política exterior. «Creo que EEUU va a mantener el respaldo a Guaidó con bajo perfil y eso le va a dar más flexibilidad a Europa a asumir posturas más independientes», añade.

Por su parte, el politólogo Fernando Spiritto esboza que el respaldo de EEUU para el próximo año se perfila como un respaldo formal. Indica que el dirigente que encabeza el interinato perdió su poder de influencia, tras generar expectativas políticas que no cristalizó.

«Ellos mantienen el estatus y el reconocimiento de Guaidó y eso es porque no hay una alternativa. A veces, coordinarse en materia internacional es difícil y la posición en torno a Guaidó, por el momento, no hay nadie quien la sustituya», asegura Spiritto.

El politólogo agrega que Biden está enfocado en su política interna, y, si ve más allá, se enfoca en China.

Los retos de la oposición

De cara al futuro opositor, Luis Salamanca y Maryhen Jiménez creen que las fuerzas que adversan a la revolución no deben perder el norte del año 2024.

«Yo los veo muy desapegados de la vía electoral lo cual me parece un error. De hecho, la base de sustentación del gobierno interino es la Presidencia de la Asamblea Nacional en virtud de la elección del 2015. Sí eso no generó un aprendizaje, va a significar que vamos a estar en medio de estas incoherencias estratégicas», indica Salamanca.

Para el politólogo es esencial que la oposición no descuide que, a partir del año 2022, se abre el período que denomina el trienio del cambio político.

«Esto parte de la idea de que debemos preparar el cambio político en estos años que viene, y con una fecha tope que es el 2024. Entonces, debe aprovecharse el referendo revocatorio para movilizar y transmitirles la gente con sinceridad de qué va la cosa, que se busque fortalecerlas como organizaciones y como una propuesta unitaria, con un solo candidato para el 2024», indica.

Después de las elecciones regionales, desde el G4, y también María Corina Machado, han llamado a la necesaria reorganización opositora, cada uno con una visión concreta.

En ese orden, Maryhen Jiménez señala que el 2022 es un año crucial para la oposición venezolana, «van a tener que decidir por cuál ruta se va a decantar, si van a buscar una fórmula de salida para ese gobierno interino y volver al tablero nacional y dejar ese tablero paralelo o van a mantenerse en esa ruta».

Destaca que, en ese contexto, los resultados electorales y la situación de Barinas tras el 21 de noviembre es un aspecto neurálgico que debe ser potenciado para reimpulsar a la oposición. «Barinas demuestra que, incluso, a la familia de Chávez se le puede ganar, desmonta un principio maximalista de que no es posible ganar en contextos autoritarios», subraya Jiménez.

Destaca que, para 2022, es imperativo que se estructure una agenda de coordinación, y de recomposición interna, y el programa que va a ofrecer una nueva alianza, sobre todo si se toman en cuenta las estrategias de represión del gobierno de Maduro. Allí el lema es la cohesión opositora.

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